< Capítulo 2 >

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Abril 11/ 2014.

05:30 a.m.

Otra vez tendría que despertarme para ir a la escuela, me levanté después de escuchar los gritos de mi mamá afuera de mi habitación gritando como loca. Después de unos minutos ya estaba lista, esta vez no iba con afán porque había echo todo a tiempo, bajé hasta la cocina y ahí estaba mi madre.

- Buenos días mamá. Le dije bostezando.

- Buenos días Sarah, he preparado un desayuno de frutas. Sonrió.

Mamá sabia que mi desayuno favorito eran las frutas. Éste parecía un buen día. Yo llevaba unos vaqueros claros, un top blanco, una chaqueta color marrón, y unos botines marrones. Tomé mi rico desayuno y salí hacia la escuela.

- Adiós mamá!

- Adiós Sarah.

Fui caminando hasta la escuela y otra vez sentía esa extraña sensación de que me estuvieran observando, miré hacia todos lados y no vi nada así que seguí con mi camino.

06:20 a.m.

Cuando llegue a la escuela caminé hasta mi salón y ahí estaba mi querida amiga Anhie.

- Amiga! Que tal la mañana? Le dije dándole una gran sonrisa.

- Bueno, no me puedo quejar, este parece ser un buen día.

- Sabes? Pienso lo mismo, parece ser un buen día.

En ese momento me acordé de aquel mensaje.

De Anhie: mañana tengo que contarte un rumor que he escuchado en la oficina de la escuela.

- Oye! Dime lo que me tenias que decir, no me dejes con la intriga por favor. Le dije haciendo pucheros.

- Tranquila haha, el rumor es que parece que llegará un nuevo chico a la escuela, Sarah no vallas a comentar con más nadie okay?

- Okay! Le dije con una gran sonrisa. -Pero sabes quien es? O cómo se llama? Andale, dime! Yo sé que tu eres como del FBI haha.

- No Sarah haha, no sé nada de eso aún, al parecer puede venir hoy o mañana.

En instantes dejamos ese tema y en pocos segundos llegó la profesora de historia. Una señora gorda como una ballena, ojos grandes y pecas en su cara. En realidad toda la escuela le tenía temor, pero era por ser tan estricta que todos le temían.

Muy buenos días. Dijo en ella con una voz muy fina.

Buenos días señorita Delyn. Dijo toda la clase.

En toda la clase me atacó el sueño, miraba hacia la pizarra pero mi vista cada vez se nublaba más, caí en un sueño profundo...

No... No... alejate, no puedo seguir.

Sarah... Sarah...

Me desperté de un salto escuchando una voz muy fuerte

- SEÑORITA SARAH! Sabe usted muy bien que no puede dormir en clase! Me dijo la profesora de historia, no quiero que esta situación se vuelva a repetir, de lo contrario tendré que llevarla a dirección.

- Lo siento señorita Delyn, no volverá a pasar.

Aún no entiendo porque me quedé dormida, mi amiga Anhie sólo me miraba con los ojos abiertos como platos.

12:20 p.m.

Faltan 10 minutos para ir de nuevo a casa, sólo queria llegar y descansar de todo este día, Me quedé hablando con mi amiga y cuando sonó la campana caminamos un poco, hablamos de muchas cosas y tambien le conté acerca de la familia Wilson, de que sentía que en la escuela todo estaba dificil ya que era último año y que si quería venir a mi casa a almorzar pero me dijo que no porque tenia una cita con el dentista, cuando llegué a mi casa podía sentir ese rico aroma de la carne que estaba preparando mi madre, abrí la puerta y me dirigí hacia la cocina, ahí estaba mi madre preparando el almuerzo.

- Hola mama! Que rico huele. Le dije lamiendo mis labios.

- Gracias Sarah haha, Cuentame qué tal tu día? Me dijo sonriendo.

- Pues un día normal haha. " no le contaría que me había quedado dormida ya que empezaría con su gran interrogatorio " y bueno, hay noticias nuevas o qué?

En ese momento mi mamá sirvió mi almuerzo y lo colocó en el comedor de la cocina.

- Pues he invitado a la familia Wilson a cenar ésta noche. Me dijo con una gran sonrisa.

- Queeeeee???? Noo cómo fuiste capas ma! Ni siquiera los conoces bien. Le dije frunciendo el ceño.

- Sarah! No hay que conocerlos bien para saber que son muy buenas personas y nada de peros, ésta noche te vistes muy bien para la cena, he dicho! Me dijo mi madre con voz muy exigente.

- Bahhh, está bien, estaré en la cena. Le dije frunciendo el ceño y mirando hacia el plato de mi comida.

Cuando terminé mi almuerzo subí a mi habitación, mire mi horario a ver si tenia deberes para el día siguiente pero no tenía deberes así que planearía una pequeña siesta cuando sonó mi móvil.

* Llamada telefónica *

Anhie: Amiga! Tengo una fiesta esta noche, quieres venir?

Sarah: Lo siento Anhie, mi mamá ha planeado una cena y sabes como es ella con esos temas.

Anhie: Uhhh, te entiendo Sarah, será otro día, divierte y disfruta la cena. Me dijo con sarcasmo y una gran carcajada. Adiós Sarah, pasala bien.

Sarah: Adiós Anhie, haha. Le dije colgando la llamada y tirándome en la cama para poder descansar. Dormí cerca de dos horas y cuando me desperté me quedaban tres horas para alistarme para la cena. Busqué en mi armario un gran vestido amarillo largo y muy elegante con un brillo por todas partes, unas zapatillas doradas y unos accesorios dorados, tomé mi ropa interior y me di una gran ducha, saqué todo el estrés de este día, cuando salí sequé mi cabello con el secador y luego me pasé un poco la planchita, cuando estuve lista totalmente, retoqué mis labios con un labial color bordó con brillo y bajé las escaleras. Mi madre ya había terminado la cena, la verdad a mí no me gusta mucho vestirme muy elegante pero no podía hacer nada ante la voluntad de mis padres.

- Como toda una reina. Dijo mi padre con una gran sonrisa. Ven acá princesa.

- Gracias Pa! Le dije dándole un gran abrazo.

- Que hermosa te ves hija. Dijo mi madre.

Ayudé a mi mamá a colocar los platos de la cena y justo en ese momento sonó el timbre, mi padre abrió la puerta sonriente y ahí se encontraba la que parecía ser la familia Wilson. La señora Laurie Wilson, una señora delgada, ojos azules, piel blanca y cabello negro lacio como las plumas de un cuervo, el señor James Wilson, un señor alto, de contestura gruesa, trigueño, ojos color miel y cabello marón, estaba la que parecía ser la pequeña Emma, una niña de unos 11 años, piel trigueña, ojos azules y cabello ondulado castaño oscuro, también estaba el que parecía ser Steve, un chico delgado, de unos 18 años, ojos azules, cabello negro y blanco, al momento de ver a Steve me quedé en shock, era jodidamente sexy y vestido así con esmoquin era la tentación de cualquier chica, no me imaginé a Steve así, me lo imaginé como un niño de 10 o 12 años, reí en mi mente, pasaron unos minutos y mi madre colocó la cena en la mesa y mientras mis padres hablaban de negocios, políticas y más cosas, yo cruzaba miradas con Steve, podía sentir su mirada puesta en mí pero cuando lo miraba esquivaba mi mirada así que decidí mirar a mi plato y comer disimuladamente, durante la cena Steve no dijo ni una palabra, cuando finalizó la cena nos despedimos, Steve tomó mi mano y acercó sus labios hasta ella, el echo de sentir sus labios en mi piel electrizó mi cuerpo y me sonroje dándole una pequeña risita tímida, él sólo me miró fijamente sin ninguna expresión en su rostro, parecía un poco tímido.

Cuando se fueron en mi mente sólo estaba su rostro, no pensaba en nada más, yo sólo sentía que tenía que ver a ese chico de nuevo, creo que cupido otra vez estaba haciendo de las suyas.

Si existe.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora