Ante tantos pensamientos, creí que mi cabeza estallaría o quizá me desmayaria, tal vez moriria. El mundo me daba vueltas, mis manos temblaban a la par de mis piernas y por mi cuerpo pasaba una corriente que me hacia sacudirme violentamente y en lo único que logre pensar en un momento de claridad, fue en el sabor de un café.
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Al llegar a la cafetería me senté en la barra, en el mismo lugar de siempre, donde venia cuando mi mente necesitaba ser aclarada y los pensamientos disipados, el pequeño espacio que la musica y el café hacían mi lugar feliz. A pesar de que la silla era pequeña e cincomoda y la barra estrecha y maltratada, era el único lugar para pensar a gusto.
Me acomode en la silla y apoye mis codos sobre la barra, me sirvieron el mocaccino que siempre había pedido desde la primera vez que me senté en este lugar. Mi mano derecha cubrió mi frente echando para atrás el cabello que se posaba sobre esta y mi mano izquierda batía torpemente el mocaccino que aun estaba hirviendo.
≥Vaya día de mierda -me dije mentalmente- esto no puede estar pasando, el tipo no esta muerto, no esta muerto...<
El corazón me dio un vuelco y mis ojos se abrieron como platos. Dos policías estaban en la puerta observandome, podía verles y ellos a mi, y en ese instante tenia la sensación de que todo había acabado...
[{Hola a todos, soy Juan D. Peña también conocido como APoeticGuy, soy de colombia, tengo 14 años y este es mi primer libro. Seguramente no están entendiendo nada de que esta pasando pero ya se irán dando cuenta. Perdón por lo corto del prologo y si les ha gustado les prometo mas. Mis redes sociales: Twitter: @LasLetrasCallan. Tumblr: Elpoeta mudo. Instagram: APoeticGuy. Y no olviden dejar su comentario para saber si quieren mas.}]