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Ontario, Canadá 2009

J U S T I N

Esto estaba mal.

Esto estaba muy mal.

Ella va a estar muy molesta conmigo, si es que ya no lo estaba.

Hace media hora vi a Haley salir del instituto sin darle explicaciones a nadie ya que cuando fui a preguntarle a sus amigas donde estaba me dijeron que no tenían ni idea y que tampoco sabían que se había ido, esto iba de mal en peor.

Caminé -corrí- hasta su casa con la esperanza que ella estuviera ahí porque si no lo estaba iba a darme un ataque de nervios. Repase en mi mente que era lo que iba a decir, no estaba seguro ni cómo ni que decirle cuando la viera, pero tenía que darle una explicación, espero que se vaya a tomar bien todo esto, no lo creo, pero eso espero.

Llegué a su casa y toqué la puerta, pero nadie respondía, volví a tocarla y entonces me detuve a ver el hogar de mi novia. Su casa era tres veces más grande que la mía, la de ella era blanca y los marcos de las ventanas eran de un tono azul fuerte, por dentro la sala de estar tenía un diseño antiguo con muchas decoraciones color bronce y muebles marrón oscuro. La cocina era gigantesca y daba paso al jardín y al segundo piso, en ese la habitación de Haley se encontraba al final, sus paredes eran rosadas con algunos toques de blanco, al igual que la cama, por los lados tenía dos pequeñas mesas de noche y más al frente había un escritorio en donde guardaba todas las cosas de la escuela, en su habitación también había un closet muy grande lleno de miles y millones pares de ropa, pero lo que a Haley le gustaba más de su habitación era la ventana que estaba ahí, tenía un pequeño lugar en donde sentarse. Su casa era una mansión comparada con la mía, ya que en el lugar donde yo vivía solo contaba con dos habitaciones y un baño con una pequeña cocina, y era esa la razón de porque no me gustaba ir a su casa... Esa y porque no le agrado a sus padres solo por ser un chico de pocos recursos. Recuerdo que el día en que Haley me llevo a conocerlos fue muy incomodo ya que nos pasamos toda la cena en un silencio sepulcral, su padre me veía con desaprobación y su madre con lastima. Cuando el señor McCall me preguntó sobre lo que quería ser cuando fuera mayor, imagino que quería que dijera algo como doctor o abogado, pero en el momento en que dije que quería ser músico la mesa volvió a ser silencio puro, segundos después Haley me defendió diciendo que yo tenía una muy buena voz y que en algún momento iba a ser alguien grande e importante en la vida, después de eso ella tomó mi mano y la apretó fuerte por debajo de la mesa. Por eso la amaba tanto, por creer en mí. La puerta de la casa se abrió de repente sacándome de mis pensamientos y llevar mi mirada hacia la mamá de Haley, usaba un delantal de cocina que llevaba encima de un vestido casual y tenía el ceño fruncido levemente.

"Hola, cariño ¿qué haces aquí?" —dijo ella suavemente y con una pequeña sonrisa, se notaba que hacia su mayor esfuerzo para agradarle.

"Hola, señora McCall, ¿Se encuentra Haley? —dije tratando de no sonar nervioso o desesperado, creo que fallé— la vi salir hace unos minutos del instituto y creí que pudo haber venido hasta aquí."

"No, Justin, ella no ha venido —se cruzó de brazos— ¿Ustedes no iban a encontrarse en la plaza al salir de clases?" ¡Mierda!

"Ah sí, es cierto —dije rápidamente sonando aun más nervioso— es que como la vi salir más temprano de lo usual creí que podía estar aquí" —le di una pequeña sonrisa que temblaba y ella rió—

"Está bien, tranquilo, pero dile a Haley que llegue antes de las diez, ¿sí? —Dijo—"

"Si, yo le aviso, adiós" —trate de sonar tranquilo al decirlo pero apenas terminé de hablar me fui corriendo hasta la plaza, estaba rezando para que ella estuviera ahí.

Después de unos minutos llegué a la plaza y empecé a buscar a mi novia por todas partes, pero no la encontré. Me senté en una banca y luego recordé que hoy era nuestro aniversario y que de paso, llegué tarde. Ahora iba a estar aún más molesta conmigo. Vamos, Justin, piensa en donde podría estar...

Giré mi cabeza hacia la izquierda y ahí vi el teatro Avon, entonces recordé que Haley siempre iba ahí cuando estaba enfadada o triste, ella era bailarina así que siempre que acudía a las presentaciones que había allí y además, es como su segunda casa ya que podía relajarse u olvidarse del mundo por tres minutos, sus palabras, no mías. Me levanté de la banca y empecé a caminar hacia el teatro mientras pensaba que si ella se la pasaba tanto en ese lugar debía saber con exactitud los momentos que es utilizado o no, y siendo casi las tres y treinta minutos de la tarde dudo que alguien se encuentre allí. Llegué a los escalones y miré el primero, recordando la primera vez que me senté ahí para tocar mi música, aún lo hacía, solo que ya no con tanta frecuencia, creo que en estos días volveré a venir y tratar de reunir un poco más de dinero para mi mamá y para mí. Subí los escalones y entré al teatro, caminé hacia la parte principal y dirigí mi vista hacia el escenario, pero no había nadie. Me senté en el piso y agaché mi cabeza, coloqué mis manos en la parte posterior y empecé a pasarlas por mi cabello desesperado. Joder Haley, ¿Dónde estás?

Pasé unos cuantos segundos ahí pensando, otra vez, en donde podría estar mi pequeña pelirroja, sabiendo que sentando en el piso del teatro no iba a conseguir nada decidí levantarme e ir a la policía para que me ayudaran a buscarla. Cuando estaba a punto de salir escuché un pequeño sollozo, gire mi cuerpo en dirección de las butacas y no vi nada, pensé que habría sido mi imaginación y que ya estaba a punto de volverme loco. Volví a mi camino y entonces lo escuché una vez más, ya un poco curioso, y en verdad algo asustado, caminé entre los asientos para ver si conseguía algo o a alguien, no fue hasta que llegué a la primera fila en donde vi un pequeño cuerpo recostado en una de las sillas, la chica tenía su cabeza entre sus manos pero no necesite ver su rostro para saber que era ella. Rápidamente me senté a su lado y mordí mi labio inferior.

"¿Haley?" —coloqué mi mano en su corto pero hermoso cabello pelirrojo. Tan rápido como escuchó mi voz y sintió mi tacto se alejó de mi y levantó su cara para dejarme ver sus bellos verdes algo hinchados y rojos ojos, Dios mío ¿Qué hice?

"¿Qué-que haces aquí?" —Dijo realmente bajo con una voz suave.

"Quería saber en dónde estabas, cariño, ¿Sabes? Estaba muy preocupado por ti porque no te encontraba" —Ella resopló y rodó los ojos.

"¿Si? ¿Estabas tan preocupado por mí que le pediste las coordenadas de mi ubicación a Amanda Johns? —Dijo obviamente sarcástica y con un poco de crueldad en su tono— pero creo que no la escuchabas muy bien porque acercaste tu rostro al de ella, y la besaste —su voz se rompió un poco al decir eso último, pero aclaró su garganta y siguió hablando— supongo que te las iba a enviar mediante saliva, no lo sé —levantó sus hombros y negó con la cabeza mientras volvía a recostarse en el asiento—.

"Déjame explicarte, Hale, por favor —Casi imploré— No es lo que crees"

"Nuestro aniversario de once meses, Justin —Dijo y me miró— hoy era nuestro aniversario de onces meses y tú vas y te besas con la perra de Amanda —Sorbió su nariz— dijiste que hoy ibas a darme una sorpresa, y vaya que me la diste —Soltó una pequeña risa sin humor— de haberlo sabido no te hubiera interrumpido y dejar que siguieras ahí."

"¡Ese es el problema! ¡Si te hubieras quedado otros cinco segundos hubieras visto lo que realmente pasó! —Casi grité, vi que Haley dio un pequeño brinco al notar la brusquedad en mi voz— Lo siento, déjame explicarte lo que pasó, ¿Si?"

"No, ya debo irme" —Dijo y se levantó rápido de su asiento, empezó a caminar hacia la salida pero yo la detuve tomándola por su brazo.

"Por favor..." —Juro por Dios que estaba a punto de llorar si ella no me escuchaba, esta chica lo era todo para mi, era la única persona que veía más de mi, que no le importaba si tuviera dinero o no, la única mujer, además de mi mamá y abuela, a la que amaba, y como la necesito. Ella mordió su labio inferior y pareció pensarlo, ese pequeño gesto hizo que mi alma volviera a mi cuerpo y relajarme un poco, solté su brazo y suspiré, listo para hablar, ella miro que la dejé libre y entonces se alejó de mí.

Nuestro onceavo aniversario y lo arruiné todo, maldita sea.

Beautiful mistake - J.B #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora