Todos los invitados a la ceremonia nos reunimos alrededor de la pista de baile, una suave música de fondo acompañaba a los recién casados, Julietta se movía con ligeros y gráciles movimientos manteniendo en todo momento una sonrisa para su esposo.
Todos a su alrededor mirábamos con ternura la escena y al cabo de un rato se fueron uniendo más parejas.
Si pudiera levantarme de esta silla de ruedas me levantaría y bailaría toda la noche hasta cansarme, miraba con recelo a todos los invitados de la pista de baile, deseando poder curarme algún día, levantarme y correr hasta caer rendida.
A mi mente vino la primera vez que baile para la compañía Dandelión, la plaza llena de gente esperando a verme bailar, nadie sabía que esperar de mi en aquel momento, ni yo tampoco, pero cada paso que daba a la pista me conducía a una nueva vida y en el momento que la música se apoderó de el silenció, todo el mundo desapareció, solo estábamos ella y yo.
Después vinieron los aplausos, las ovaciones y la felicidad.
Una rosa roja se hizo visible en mi campo de visión, al igual, que un joven de cabellos rubios y una mirada que reconocería en todas partes ataviado con un smokin totalmente negro y una pajarita blanca.
- Una rosa para la joven más hermosa de esta boda. -Miré a Keith totalmente sonrojada, sin embargo el, mantenía una expresión en sus ojos totalmente seria.
- Keith no esperábamos tu presencia.
-Vaya hermanito ya dejaste suelta a tu encantadora esposa.-Soltó con veneno en la boca, sus palabras eran totalmente sarcasmo, solté una ligera risa, con lo que MaryAnne y Francis me lanzaron una mirada acusatoria.
-Joven Francis ¿Como está su padre?- Mi madre apareció al lado del joven, calmando el aire tensó que se estaba formando a nuestro alrededor.
-Sigue en cama, reposando como dijo el médico Colette.
Mi madre asintió con la cabeza, Francis y su acompañante se despidieron educadamente de nosotros y se alejaron, mi madre hizo lo mismo y se acercó a mi abuelo al otro lado de la pista de baile donde hablaba con un chico joven y los que serían sus padres.
La noche fue fluyendo y mi familia y yo decidimos retirarnos horas más tarde.
A la mañana siguiente los fuertes rayos del sol me despertaron y una criada me ayudó a levantarme y a vestirme.
No tenía nada que hacer por lo que decidí coger un libro, acto seguido lo dejé en mi regazo para poder salir al jardín.
Estaba rotando las ruedas de mi silla cuando un joven se puso enfrente tapando toda la luz del sol que directamente me daba en la cara.
- Señorita, permitame que la ayude.
- Oh no, yo puedo sola, no se preocupe señor...
- Parks, William Parks, usted en Nadja, la nieta del señor Preminger.-Se agachó un poco, cogiendo mi mano dejo un delicado beso.
- Señor Parks un gusto conocerlo.
- William, veo que conoces ya a mi nieta, Nadja. - Mi abuelo apareció entre los matorrales junto con un hombre alto, de rasgos delicados, una nariz aguileña y cabellos dorados como William.
Nunca había visto a mi abuelo mantener una sonrisa tan amplia como aquella tarde y esa era la señal de que algo estaba pasando sin darme de cuenta.
----------------------------------------------------------------------------------------------------------
Hola Hola¡¡¡¡ Por fin tengo ordenador, ahora no habrá nadie que me pare jajaja Espero que os guste este pequeño capítulo y por si queréis saberlo, en mi imaginación William Parks es Jeremy Irvine ¡¡¡ Si queréis saber como es todo el elenco para mi me lo ponéis en los comentarios ¡¡ Un besito
ESTÁS LEYENDO
Nadja 2.La puerta del destino se abre de nuevo.
Romance-Todos los derechos reservados a Izumi Tōdō.-