-¿Quienes sois?- Preguntó la joven chica un tanto asombrada.
-Dos chavales perdidos en medio de Nueva York sin saber como ¿y tu?- Respondió Marco un tanto indiferente.
-Yo me llamo Patricia pero todo el mundo me llama Patri, encantada.
Jack, mientras Patri se presentaba miró detrás de la puerta por la que ella había salido, el pasillo estaba repleto de zombies.
-Mmm ¿no deberiamos salir de aquí cuanto antes?- Dijo Jack.
-Ah si, es verdad- Respondió la joven- Pero antes tengo que hacer una cosilla- metió la mano en uno de sus bolsillos y sacó una granada, seguidamente le quitó la anilla de seguridad y la lanzó al pasillo, rápidamente cerró la puerta. Se oyó una gran explosión ahí dentro.
-¡Que haces! Los zombies de los alrededores van a venir por culpa del ruido.- Replicó Marco.
-Por eso me vais a seguir, conozco bien la zona.
Marco y Jack se miraron dudosos, Patri dio un paso al frente y se dispuso a subir por las escaleras haciéndoles un gesto para que le siguieran. Tras subir por la escalera de incendios varios pisos llegaron a la azotea, ya se oían los rugidos de los zombies, ni Marco ni Jack estaban muy seguros de lo que estaban haciendo pero aún así decidieron seguir a Patri.
-Por cierto ¿cómo os llamáis?
-Yo me llamo Jack.
-Yo Marco.
-Muy bien pues espero que no tengáis pánico a las alturas- Respondió Patri con una sonrisa pícara. Se acercó a una gran antena de televisión que tenía atada una cuerda, estaba tensada pero no se veía el otro extremo, era una tirolina.
-No me jod...- Pero antes de que Jack terminara de hablar Patri le interrumpió.
-Si, en efecto, o esto o morir, es vuestra elección, espero que tengáis cinturón.
Marco si que tenía pero en cambio jack no.
-¿Para que necesitamos cinturón?- Pregunto Marco.
En ese instante Patri se sacó de su mochila tres cuerdas con un mosquetón en cada extremo.
-Para engancharos el mosquetón en el cinturón.
-Mierda- Dijo Jack entre dientes.
-Tu te tendrás que agarrar como puedas.- Añadió Patri con esa media sonrisa que preocupaba a Jack.
-Bueno vamos allá.
Patri enganchó los mosquetones a la cuerda tensada, seguidamente se enganchó en el cinturón uno de los tres mosquetones que quedaban libres, Marco hizo lo mismo pero Jack tuvo que atarse la cuerda un poco en el brazo ya que era bastante corta.
-Jack si te caes recuerda que estamos a cincuenta metros de altura- Dijo Patri.
-Gracias por la información, me será muy útil- Respondió Jack con un tono irónico.
-Bueno, iré yo primera- Añadió Patri que, tras un largo suspiro se tiró por el borde del edificio y tras recorrer unos cien metros por la tirolina llegó hasta un edificio mas bajo y aparentemente mas limpio de zombies. Marco se preparó para hacer lo mismo, miró hacia abajo, luego miró a Jack, cogió carrerilla y sin pensarlo dos veces se tiró, ahora que Marco ya había llegado al edifico de enfrente sólo quedaba Jack. Antes de tirarse cerró los ojos, no estaba muy seguro de si debía hacerlo, de pronto, la puerta que daba a la azotea se abrió y tras ella una gigantesca manada de zombies iba hacia Jack, no le quedaba otra.
-Uno, dos, ¡tres!- Recitó Jack y a la tercera se tiró. Iba agarrado de su brazo derecho fuertemente, estaba alcanzando una gran velocidad hasta el otro edificio, a pesar de todo se estaba empezando a resbalar, notaba como la cuerda le abrasaba la palma de la mano y el antebrazo, estaba a punto de llegar pero se soltó del impulso que le había dado la tirolina consiguió agarrarse al borde del edificio, rápidamente Marco y Patri le ayudaron a subir. Jack tenía la palma de la mano y el antebrazo en carne viva. Patri rapidamente sacó de su mochila una botella de alcohol y una venda, le echó alcohol a Jack en la herida y seguidamente le vendó.
-¿De donde has sacado todo eso?- Dijo Jack intentando disimular lo mucho que escocía.
-He estado durante todo el apocalipsis aquí, en Nueva York, me se atajos, vías de escape y he explorado todo lo explorable así que tengo bastantes recursos.
-¿Te gustaría unirte a nosotros?- Dijo Marco.
-Bueno, no tengo nada mejor que hacer, además, parecéis de fiar, o al menos eso espero, pero antes tengo que ir a buscar unas cosillas.
-Pues a que esperas, coge todo lo que necesites y nos vamos.- Respondió Jack impaciente.
-No es tan fácil.- Dijo Patri señalando a la lejanía. Marco miró donde estaba señalando Patri, era la estatua de la libertad.
-¿La estatua de la libertad?- Preguntó confuso Marco.
-En efecto, hay una puerta secreta que da a su interior, allí es donde guardo todo lo necesario.
-¿Y cómo vamos a llegar hasta ahí?- Preguntó Jack incorporándose del suelo.
-Dejadmelo a mi.- Añadió Patri segura de si misma, les hizo un gesto para que le siguieran. Se dirigió a la puerta que daba al interior del edificio, la abrió y entró, Marco y Jack hicieron lo mismo, bajaron unas escaleras metálicas que daban a una habitación un tanto oscura, al fondo de esta había una puerta blanca en la que ponía:
"solo personal autorizado"
Patri la abrió, tras ella se encontraba un pasillo, caminaron a lo largo de este hasta un ascensor, Patri entró y tras ella Marco y Jack, pulsó el botón del garaje, mientras bajaban el ascensor chirriaba, era ya muy antiguo, estaba oxidado y mugriento. Al llegar al garaje el ascensor se paró bruscamente mientras que las puertas se abrían lentamente a trompicones y haciendo un ruido estridente bastante desagradable, el garaje era muy amplio aunque estaba bastante descuidado las columnas estaban agrietadas, las paredes picadas y el suelo era muy irregular. Patri giró la esquina muy decidida, sabía perfectamente a donde iba, Marco y Jack le seguían inspeccionando el terreno meticulosamente y con mucho cuidado.
-Y aquí es, esto nos ayudará a cruzar las calles.- Dijo Patri alegremente, se encontraba enfrente de un Jeep acorazado a prueba de balas, en su interior habían múltiples armas, cuchillos, pistolas, lanzallamas, granadas... por no mencionar los enormes pinchos que estaban colocados en el parachoques.
-Vaya, no te andas con tonterias eh Patri.- Dijo asombrado Jack.
-Sólo si tienes uno de estos puedes ir medianamente bien ahí fuera. Bueno vamos a dejarnos de rollos y vamos ya, además creo que vamos a tener que quedarnos a dormir en la guarida de la estatua, no tardará mucho en anochecer.
Patri sacó de su bolsillo las llaves del coche y entró en el asiento del conductor, mientras lo ponía en marcha Marco y Jack entraron en el vehículo, Marco se sentó en el asiento trasero, en todos los cristales había una reja metálica pero en el de atrás había una pequeña rendija más gruesa para poder disparar a través de ella. Patri se acercó con el coche a la puerta de salida y sacó de la guantera una llave con la que la abrió, era una puerta levadiza y hacía un ruido muy similar al de las puertas del ascensor. La salida del garaje daba a una rotonda con una gran fuente en el centro, los zombies al oír el ruido de la puerta fueron hacia ellos.
-Preparaos para la acción.- Dijo Patri entusiasmada, pegó acelerón y atropelló a unos cuantos zombies, se puso a girar por la rotonda apisonando a unos cuantos más, seguidamente salió de esta por una larga calle en dirección al muelle, allí sería donde cogerían una barca para llegar hasta la guarida. Iban mas o menos con normalidad, aunque de vez en cuando los zombies aporreaban las rejas de las ventanas y algún que otro se enganchaba en estas, no parecía extremadamente peligroso. Tras unos quince minutos aproximadamente se oyó un fuerte grito grave, o rugido, no estaba muy seguro.
-Mierda.- Dijo Patri asustada.
-¿Que ha sido eso?- Preguntó Jack preocupado.
-¡Dios mio!- Exclamó Marco con un gran pánico.
Jack miró por el retrovisor, era una especie de zombie más grande que el coche muy musculoso con la piel desgarrada y unos ojos gigantes inyectados en sangre oscura. Les estaba persiguiendo a una gran velocidad, Patri rápidamente giró derrapando por la primera esquina que encontró, mientras, Marco le disparaba a la bestia en vano.
-Prueba con el lanzacohetes de tu derecha Marco.- Dijo Patri un tanto insegura.
-No cabe el misil por la rendija- Respondió Marco. Patri pulsó un botón que hizo que se abriera el techo de vehículo, Marco se incorporó dejando su torso fuera del coche, se dispuso a apuntar, y tras un instante apuntando disparó el cohete, Marco notó un fuerte impulso hacia atrás de la fuerza del misil, al impactar el mismo sobre el cuerpo del zombie se formó una nube de polvo gigantesca que no dejaba ver nada. Patri aceleró por si acaso, Marco tenía la vista fija en la nube de polvo, al cabo de unos instantes pudo distinguir el cuerpo del zombie en el suelo moviéndose algo, no estaba muerto pero en esas condiciones no suponía una amenaza. Tras unos quince minutos llegaron al muelle, había pocos zombies así que aparcaron el coche cerca y los acuchillaron a todos. En el fondo del muelle se encontraba una vieja lancha motora anclada a este.
-Esa es, no es gran cosa pero nos ayudará a cruzar hasta Liberty Island.
Procedieron a subir a la misma, estaba sucia y antigua, además que tenía algún que otro parche, el motor estaba oxidado y, Patri, al intentar arrancarlo tuvo que hacer varios intentos para conseguirlo, hacia un ruido casi excesivo para su tamaño. Antes de que vinieran más zombies pusieron rumbo a Liberty Island. A Jack el estar en aquella lancha le daba muchos recuerdos, cuando era tan sólo un niño iba con su padre al lago a pescar, lo echaba de menos. Estuvieron unos quince minutos y al fin llegaron a un pequeño embarcadero abandonado. Así a primera vista no parecía haber ningún resto de zombies por la zona. Patri amarró la lancha al muelle y se puso en marcha hacia la gran estatua, dieron casi media vuelta a la base de la estatua cuando Patri encontró la entrada, parecía una simple grieta pero la joven metió la mano en esta y tras buscar no se sabe muy bien que se oyó un chasquido.
-Muy bien ya está.- Dijo Patri satisfecha. Colocó las dos manos sobre el mármol y empujó, de repente la gran placa se movió hacia dentro, era como una gran puerta de mármol, tras ella había un gran pasillo oscuro, Patri pulsó un interruptor y se encendieron múltiples fluorescentes a lo largo del mismo, al fondo había una puerta. Aquel pasillo olía a humedad, al llegar a la puerta Patri la abrió con una horquilla, tras ella había una habitación grande llena de estanterías con múltiples objetos, comida, armas...
-Mañana por la mañana cogeré lo necesario y nos iremos.- Dijo Patri mientras sacaba un saco de dormir de una de las estanterías.
-¿Y cómo has conseguido todo esto?- Preguntó Jack asombrado.
-En Nueva York hay muchas cosas Jack, he estado estos dos años buscando y explorando por esta increíble ciudad.
-¿Dos años? No pensaba que lleváramos tanto tiempo infestados, perdí la cuenta hace tiempo.
Patri señaló al fondo de la habitación, había un gran calendario con días tachados. Jack se acercó para verlo mejor.
-El 3 de junio de 2015, ése fue el día en el que todo esto empezó.
Jack dio un paso atrás y decidió no volver a recordar ese día, sacó su saco de dormir e intentó conciliar el sueño junto con Marco y Patri.
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La sombra del apocalipsis
Ficção CientíficaEn un mundo apoderado por el caos Marco y Jack, dos grandes amigos tendrán que sobrevivir a las bestias o también llamados "zombies".