Al día siguiente, el Joker fue dado de alta. Preguntó a todos los médicos si habían visto a su novia. Dijo que la necesitaba mucho. Los médicos le dijeron que no, nadie sabia que si Harley estaba ahí o si había entrado con otro nombre.
-¡Búsquela como Harleen Francés Quinzel! ¡Ineptos! ~grito el Joker
-Lo siento señor, pero aquí no hay ninguna Harleeen.
-¡Mierda! ¡¡¡HARLEY!!! ¡¡¡TE NECESITO!!! ¡¡¡TE AMO!!! ~gritaba el Joker llorando
Por otro lado, en la habitación número 4 se encontraban Harley y Mauricio, él la había hecho pasar como: Amanda Grey. Por eso nadie sabía que en realidad era Harley. Harley ya había mejorado afortunadamente. Seria dada de alta ese mismo día.
-¡Hey! Iré a comprar ropa, la que tienes está en la lavandería. Ya vengo. dijo Mauricio
-Esta bien. ~dijo Harley
Mauricio le había mentido, el se había llevado su ropa a su mansión para guardarla ahí y que ella nunca la encontrara. Guardo su traje junto con los demás que había robado de la guarida la anterior noche y claro, también tenía guardadas sus armas. Fue a una tienda de ropa y le compró vestidos de todos los colores junto con tacones únicamente de color negro y otros de color beige. Cuando llego al hospital, le dijo a Harley que irían a su mansión y que el la cuidaría ahí siempre. Porque esa era la labor de un "esposo". No obstante, el Joker estaba desesperado buscando a Harley, llamo incluso a la policía, cosa que nunca haría si no fuera necesario. Se la paso toda la mañana junto con la tarde viendo fotos de ella llorando. Ni siquiera tenía un traje de ella como para dormir abrazándolo por las noches en lo que ella aparecía. Cundo Harley llegó junto con Mauricio a su mansión, la recibieron sus empleados y la atendieron y ella se volvió un ama de casa. Mauricio le enseñó todas las habitaciones que habían en la casa.
-Y esta es la ultima, es tu habitación, se que estas delicada así que dormirás tu sola aquí. ~dijo Mauricio
-Gracias. Pero... Falta una habitación, la de allá en el fondo. ~dijo Harley señalando una habitación cuya puerta tenía candado
-Esa habitación está prohibida, el único que tiene acceso a esa habitación soy yo. ~respondió Mauricio
-¿Pero que hay ahí? ~preguntó Harley
-¡Nada! ¡Ya deja de preguntar! ~dijo Mauricio tirándola a su cama y encerrándola
Harley se puso a llorar, se sentía muy triste y sola. No tenía a nadie. Le veían recuerdos a su mente de una hermosa risa de un sujeto que era un psicópata como ella lo describía en su libro secreto. Su libro secreto era un libro que había encontrado en su habitación que lo usaba como su diario. Ahí describía todos los recuerdos que se le venían a la mente para no olvidarlos nunca. A menudo soñaba con ese sujeto de pelo verde y cicatrices en la boca. Así como ella, el Joker también soñaba con ella a menudo. Ambos estaban muy tristes y solos. Necesitaban el uno del otro, el Joker había caído en una fuerte depresión, tanto así que no volvió a cometer un delito en 2 meses. Ni de él ni de Harley, se volvió a saber en la Ciudad Gótica, hasta cierto día. Harley tuvo un sueño, donde ella besaba al sujeto psicópata con pelo verde y cicatrices en su boca, ambos se estaban besando. La imagen no era muy clara, era un fondo rojo y ellos tenían la figura de sus cuerpos de color negro. Harley fue de inmediato s contárselo a Mauricio y el se molestó con ella.
-Te exijo que dejes de pensar en ese hombre. ¡El no te ama como yo! ~dijo Mauricio
-¿El me ama? ~dijo Harley con una sonrisa en su rostro
-¡Cállate! ~grito Mauricio dándole una bofetada en el rostro
Harley fue corriendo a su habitación a encerrarse, ahí se puso a llorar. Lo único que lograba ponerla un poco feliz, era leer su libro secreto. Ese mismo día, el Joker recibió la visita de Dos Caras.