Ahí tienes mi venganza,
en tus narices.
Admito que me divirtió mucho
la cara que pusiste cuando entré en la fiesta,
pero me gustó muchísimo más
la cara que pusiste cuando
comencé a bailar con un chico,
y no eras tú.
También
me encantó tu cara cuando besé al chico,
pero estropeaste todo.
Me cargaste como a un saco de patatas,
y cuando lograste llevarme a tu casa,
me arrinconaste contra la pared y me besaste.
"Eres mía,
sólo yo puedo estar en tu mente,
sólo yo puedo besarte,
sólo yo puedo tocarte
y sólo yo puedo hacerte mía.
Que te quede claro,
eres mía en todos los sentidos."
Después,
digamos que cumpliste eso de
"en todos los sentidos".
-W.
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S[he]'s broken
Short StoryLa destruíste. Pero lo que no sabías es que rompiéndola a ella, destruirías lo poco que quedaba de ti.