Siempre Juntos Percabeth

Cap. 6

Percy

-Percy -dijo Annabeth-, tienes alguna idea de lo que quiere hablar Quirón contigo?

-No, no tengo ni idea de lo que quiere hablar conmigo -le aseguré- pero ojalá no sea nada malo -dije pensativo-. Hey listilla -dije abrazándola- no te preocupes.

-Que te parece si caminamos por la arena, hasta que se termine la celebración -me dijo.

-Claro Annie -respondí- yo voy a donde tu quieras llevarme -dije con una sonrisa pícara.

-Sesos de alga, cambiando de tema, pronto cumpliremos un año contando los meses que estuviste ausente -me dijo- ¿te gustaría hacer algo especial para ese día?

-Claro que me gustaría hacer algo especial Annie -exclame- si desde que estoy contigo todo ha sido perfecto, claro dejando atrás lo de la amnesia -murmure- todas las veces que casi morimos viajando en el Argo II -añadí- ah, y sin olvidarnos nuestra visita al Tártaro.

-Annabeth me interrumpió- Ya entendí sesos de alga, no es necesario que sigas -me dijo.

-Tienes alguna idea de lo que quieres hacer ese día -comente-

-Emmm, tengo una idea -me dijo- la llevo pensando varios días, pero no se si estas dispuesto a correr el riesgo.

-Hey! Estas hablando con la persona que ha salvado el Olimpo varias veces -le dije- amo los riesgos, y mucho mas si ese riesgo lo hago por ti - le dedique una sonrisa.

-No se como le haces para ser tan tierno -dijo con una sonrisa- te amo así como eres.

-Y yo te amo a ti chica lista -dije, besando su nariz-.

Nos quedamos un buen rato sentados en la arena, abrazados hablando de nuestra futura vida en Nueva Roma, sonaba tan bien, que ya quería que pasara un año, para poder al fin estar tranquilos y formar una familia.
Cuando nos dimos cuenta ya era demasiado tarde, me acerque a ella y con un beso dije, es hora de ir a dormir, la tome de la mano y caminamos hacia su cabaña.

-Chau chica lista, sueña conmigo, tu novio súper sexy y tierno -dije riendo-.

-Sesos de alga, has silencio vas a hacer que las arpías vengan por nosotros -dijo dándome un beso- chao, hasta mañana, recuerda que tienes que ir a la casa grande a hablar con Quirón.

Me dirigí a mi cabaña, me duche, no note lo cansado que estaba, hasta que me tire a la cama, y mis ojos se cerraron, y me prepare para estar en los brazos de Morfeo.