Primer Día

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Abrió los ojos y vió que no estaba en su cama, sino tumbada en la cama adoselada y de edredón azul en su habitación de Ravenclaw. Ayer la habían asignado un cuarto junto con Cho Chang y dos chicas más. Al entrar en la sala algunos la habían mirado con adoración (por haber adivinado la contraseña), otros con curiosidad (por llevar una ropa tan interesante), y otros ni siquiera la miraron porque estaban muy ocupados con la nariz dentro de sus libros. A Luna la encantó el ambiente de la sala común, pero se dio cuenta de que uno de sus pendientes de rabanitos ya no estaba en su lugar y se fue a la cama muy emocionada, pues eso mismo le había pasado a su madre en su primer día. Y si todo seguía asi, hoy un Weasley se lo devolvería. Ya vestida y con su coleta alta bajó al gran salón a desayunar algo. Cuando estaba acabando se giró y vio que Ron, que ya había dado buena cuenta de sus huevos revueltos, se acercaba con algo brillante en la mano.
-Hola Luna, ayer encontré esto en el suelo al salir de la ceremonia del sombrero seleccionador y creo que es tuyo- dijo un Ron con orejas muy rojas-.
-Sí, es mío, muchas gracias Ron- y mostrándole una gran sonrisa salio del comedor con el rabanito en la mano.
Antes de cerrar la puerta a sus espaldas pudo alcanzar a ver a los gemelos Weasley diciendole algo a Ron y a este poniéndose rojo, mientras Hermione y Harry les miraban, este riendo y esta con una mueca en la cara.
-Señorita Lovegood, llega tarde- dijo una voz grave y espesa cuando Luna entró en las mazmorras para su primera clase.
-Lo siento profesor Snape, es que los Torposoplos se me metieron en los oídos y intentaron embotar mi cerebro. No volverá a ocurrir.
Se sentó en la mesa e hizo la mejor poción de la clase, una clase que compartían con Hufflepuff.
A partir de ahí todo el día de clases fue perfecto. Luna sobresalió entre la media y ganaron bastantes puntos para su casa.
-Luna- dijo alguien que arrastraba las palabras, y Luna vió un reflejo plateado detras suyo-, estas ganando muchos puntos para Ravenclaw, eso en Slytherin no gusta ¿sabes?
-Hola Draco, lo siento mucho por tus amigos serpientes, pero yo estoy muy orgullosa de mis puntos. ¡Y de no haberme topado con ningún Snorkel todavía- dijo ella con una sonrisa dirigida a Draco.
Este se sonrojó un poco pero inmediatamente se recolocó el pelo y con una despedida salió del lugar para dirigirse a su sala común.
A partir de ahí, todo el día fue genial y la pequeña Lovegood se hizo bastante popular entre los Ravenclaw. Lo único que la extrañaba era que durante todo el día había sentido unos ojos sobre su nuca. Y esta vez, no era por culpa de los grinddilows.

Lunatica LovegoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora