Hola gentecilla, siento si os ha salido que he actualizado pero he estado corrigiendo varios errores, de todos modos, gracias por leer, comentar y votar, para mi es más que suficiente para seguir. <3
Los primeros rayos de luz penetraban la habitación en la que Louis dormía plácidamente, así que estiró el brazo y cerró de un golpe la persiana, pero su padre tenía otros planes.
- Louis, despierta, ya son las once y media, te he dejado dormir bastante. - dijo el hombre, apoyado en el marco de la puerta.
- Déjame en paz. - respondió Louis con la voz adormilada, metiendo su cabeza bajo las sábanas.
- Levántate, ahora. - dijo su padre, dejando la luz encendida, cosa que a Louis le ponía nervioso.
No tuvo otra opción que levantarse e ir directamente al cuarto de baño, donde se lavó la cara y se cepilló los dientes, quitándose ese sabor asqueroso y mañanero por el sabor a menta de su pasta de dientes mientras se daba una buena ducha relajante con agua caliente. No importa qué época del año sea, siempre hay que ducharse con el agua templado o caliente.
Una vez estuvo fuera, optó por ponerse unos pantalones de color celeste que le llegaban hasta taparle las rodillas, sus vans y una camiseta con el cuello de forma de V blanca. Pensaba salir a conocer un poco más la zona a parte de toda la playa, por lo que le vendría bien también respirar un poco de aire fresco.
- El desayuno está delicioso. - dijo Lottie para romper un poco el silencio que había en la mesa.
Louis se limitó a comer sus cereales de colores con forma de anillos, los adoraba y aunque no quisiera admitirlo, su padre había dado en el clavo comprándolas.
Una vez que se hubo acabado su desayuno, salió de nuevo a la playa, llevando consigo mismo una mochila en donde metió anteriormente una toalla, una crema solar, un buen libro y en su mano llevaba una sombrilla y la restante una silla de playa, para estar cómodo. De todas formas, frente a la casa de su padre había un buen sitio en donde quedarse, pero él pensó que sería muy antisocial por su parte, así que se dirigió hacia donde había mucha más gente, clavando la sombrilla en la arena de una forma en la que quedara un espacio con sombra, perfecto para Louis. Puso su silla en la misma sombra que él había creado, sentándose para tomar su libro y comenzar a leer, era un libro traducido del español llamado Brújulas que buscan sonrisas perdidas. Louis se había enganchado.
No sabía exactamente cuánto tiempo se había quedado leyendo, pero desde luego, había sido bastante.
Un carraspeo le sacó de su burbuja, así que alzó la mirada, encontrándose con el chico de ojos verdes, quien esbozó una bonita sonrisa, marcando sus hoyuelos.
- Vaya, mira quién está aquí.. Solo. - dijo el chico, simulando buscar al "acompañante" inexistente de Louis.
- Mejor solo que mal acompañado. - respondió Louis, volviendo su mirada a su libro.
- Eso me ha dolido. - dijo el chico, quien se sentó en la arena al lado de Louis.
- ¿Qué haces? - preguntó él, observando hacia abajo esta vez.
- ¿No me puedo sentar? ¿O es que has comprado esta parte de la playa? - respondió con otra pregunta.
Louis se limitó a suspirar y a rodar los ojos. No le conocía de nada y ya estaba empezando a ser molesto en su vida.
- No me dijiste cómo te llamas. - recordó el chico con las piernas más largas, enterrando sus pies en la arena a la vez que jugaba con ellas.
El chico más bajito cerró el libro, ya cansado de él. - Louis, me llamo Louis, ¿ya estás contento?
El chico llevó nuevamente su mirada al de Louis, asintiendo con su cabeza. - Yo me llamo Harry, es un placer. - dijo el chico de ojos esmeraldas, tendiendo su mano.
Louis no correspondió, pero pensó que tenía un nombre bonito.
Harry bajó la mano tras haber esperado un poco a su respuesta, sin haberla recibido, por supuesto.
- ¿Y vives por aquí? Nunca te he vist-
- ¿Es algo que realmente te interesa? Quiero decir, ya te disculpaste cuando me tiraste el batido encima, pero no hace falta que me persigas a todas partes. - interrumpió Louis.
- Está bien. - respondió Harry, levantándose del suelo para marcharse. - Ha sido un placer, Louis. - y con eso, se giró y se fue hacia donde parecía ser que estaban sus amigos. Entre ellos estaba un chico bastante alto y con un buen cuerpo, moreno y con una bonita sonrisa, era bastante corpulento y con ese se encontraba otro chico más pálido, rubio y con ojos azules, por lo que se fijó Louis. Era teñido, eso estaba claro. Sus ojos recorrieron a unas personas más, haciendo, sin querer, contanto visual con Harry, quien lo pilló observándole y sonrió sin más, guiñándole un ojo. Louis rodó sus ojos, pegando nuevamente su espalda al respaldo de su silla, en donde se quitó su camiseta y sus pantalones, quedando en bañador. Obviamente se puso ahora en el sol, tras haberse puesto algo de crema. Lo odiaba porque se quedaban sus manos pegajosas.
Estaba tomando el sol, el cual pegaba bastante fuerte y decidió meterse al agua. Dejó sus cosas ahí, sabiendo que realmente no tenía nada de valor ahí metido, así que sin más fue al agua, metiéndose dentro para disfrutar más del mar. El sabor salado impregnó sus labios, haciendo que se los relamiera. Sin querer, ahí estaba de nuevo ese chico, a tres metros de él, sonriéndole ampliamente.
- ¿Algún día vas a dejarme en paz? - preguntó Louis, pero después, se dio cuenta de que realmente no era a el a quien realmente estaba sonriendo, sino a otro más alto, que pasó a su lado.
Su respiración se cortó cuando ambos se dieron un pequeño beso en los labios y comenzaron a jugar al voleibol en el agua, aunque más bien se pasaban la pelota entre los dos y el chico corpulento y el rubio. Louis sentía las mejillas, arder, por lo que sólo se limitó a salir del agua.
Secó su cuerpo de forma rápida, poniéndose su ropa y zapatos, empezando a recoger todas sus pertenencias, ya había tenido suficiente por hoy, se iba a ir a casa. O mejor dicho, a la casa de su padre.
Tomó sus pertenecias y salió de allí, llegando al paseo marítimo, en donde por casualidad, se encontró junto a Ronnie
- Hola. - dijo la chica, con una amplia sonrisa. - Esta noche hay fiesta en mi casa, así que allí te quiero ver, te presentaré a Bárbara y a Liam, son unos buenos amigos.
Louis no tenía nada que perder, así que llegó a casa de su padre y se dio una buena ducha. Realmente quería conocer gente de aquella zona, porque hace dos meses se prometió que sería un buen verano y ni su padre, ni su madre y ni nadie harían que eso no fuera posible. Se iría a la ciudad de nuevo con buenos recuerdos y ojalá con números nuevos en su lista de contactos.