Capitulo 16: Celos

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Hola... Quiero agradecer a todas esas personas que votan, ven y comenta esta novela.
También quiero agradecer a @MarisleisyGuerrero por su gran idea de este capítulo, y a Cielo_Aileen por comentar y votar.
Gracias.
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—Abril —interrumpe la joven Kunoichi de pelo negro al tiempo que se pone de pie —. Acompáñame a buscar a Leo y Rafa.
Karai en verdad ansiaba ver el desenlace de lo que parecía ser una pelea, pero también sabe que crear un alboroto bajo situaciones tan tensas no es muy sabio de su parte. Sin embargo, Abril parece firme en darle un espectáculo a los presentes, ninguna de las dos chicas parece ceder en su duelo de miradas, si sus ojos tuvieran balas ya estarían agujeradas por todos lados.
—Venus —llama Hanzel tratando de no mirar a los mutantes.
Venus le regala una fugaz mirada a su amiga lo que es señal suficiente para que Abril salga vencedora de su duelo.
—Vamos —dice entre dientes Abril.
La joven se incorpora y sale de la cocina más que molesta y con los sentimientos más revueltos que las clases de matemáticas de su escuela.
Karai observa a las chicas nuevas con atención antes de seguir a la pelirroja de mala gana.
—Quien iba a decir que O'neil está celosa —comienza a burlarse Karai al emparejarse con ella en su caminata rumbo a las habitaciones de los chicos.
—No son celos —defiende Abril de inmediato —. Estoy segura que ellas también te caen mal.
A pesar de ser cierto, la joven azabache quería divertirse un rato más sacando de sus casillas a la pelirroja.
—¡Oh no, para nada! —sus ademanes eran tan fingidos y poco comunes en ella que más que burla Abril los ha tomado como sarcasmo —. Ellas no me han hecho nada ¿por qué habrían de caerme mal?
Pero antes de que Abril pueda responder se topan con Leonardo justamente caminando hacia ellas.
—Leo de la selva, el desayuno está listo —grita Karai mientras se cruza de brazos.
—¿Qué? ¿No se supone que el de los apodos raros era Mikey?
—Te queda mejor que bobo-nardo
Abril le da un codazo a Karai que es devuelto en cuestión de segundos con más fuerza de lo que esperaba la propietaria, Leonardo se limita a sonreír.
—Me parece que ya está el desayuno, ¿cierto?
—Sí, pero no te recomiendo que vayas a la cocina, esas chicas son odiosas y no te permiten comer a gusto —menciona Abril escupiendo las palabras cual veneno.
Karai sonríe de lado antes de agregar:
—Sobre todo si le coquetean a alguien que te gusta.
Un tanto sonrojada Abril le da con el puño cerrado en el brazo a su compañera, quien ríe tras la reacción tan brusca de la pelirroja.
—Ya te dije que no me gusta, estoy con Casey.
—Mejor iré a ver qué tal las cosas —menciona Leonardo abriéndose camino entre las kunoichis para dirigirse a la cocina.
A unos cuantos pasos de ingresar, es detenido por los chicos que estaban adentro con la intención de salir.
—Leo, guardamos un poco de Omelette para ti y para Rafa —dice Miguel Ángel al ver a su hermano.
—Gracias
[...]
Después de que Leonardo se comiera lo que sus hermanos habían guardado para él, decide salir a unirse en el alboroto que venía de la sala.
Grande es su sopesa cuando ve a Monserrat viendo su serie favorita:Héroes espaciales, que sin esperar ni un segundo más se acomoda a su lado y disfruta de la función.
—¿Te gusta héroes espaciales? —pregunta Leonardo segundos después de sentarse.
—¡Sí! —responde emocionada Monserrat —es la mejor serie del mundo.
Instintivamente una sonrisa de oreja a oreja se dibuja en el rostro de Leonardo.
—¡Sí! Es la mejor serie del mundo —contesta sin despegar la mirada de la pantalla.
De esa manera ha transcurrido gran parte del día; sin que Monserrat y Leonardo se despegaran del televisor, repitiendo los diálogos de algunos capítulos anteriores y cantando en más de una ocasión la intro de la serie. Cuando por fin el programa llega a su final ellos parecen volver al mundo real.
—¡Estuvo increíble! No puedo creer que hayan echo un maratón —dice muy alegre Monserrat.
—Sí —comenta Leonardo observando a su joven Kunoichi platicar con Abril a unos cuantos metros de él —. Y lo mejor es que lo vi con una buena compañía.
Sin saber que aquella expresión va dirigida hacia la Kunoichi de pelo negro con amarillos, la chica logra sonrojarse un poco, y después vuelve su mirada al chico para dedicarle una tierna sonrisa.
—Gracias —responde Monserrat haciendo que el intrépido vuelva su vista hacia ella —. No había encontrado a alguien que le gustara Héroes espaciales. Igual me agrada tu compañía, Leo.
Leonardo se queda un tanto confundido pero decide dedicarle una sonrisa, lo que le da bastante confianza a Monserrat para plantarle un beso en la mejilla. En ese preciso momento Karai voltea hacia ellos, no puede evitar sentir como la sangre comienza a hervir en su ser y se pone de pie echa una furia. 
—¡Por algo tenían que ser amigas! —grita Karai desde el otro extremo del lugar, poco a poco se acerca a la chica con una mirada amenazadora —¿Han sido siempre unas resbalosas o apenas adquirieron esa costumbre? 
—¿Qué? —reacciona la chica volviendo su vista hacia la furiosa Karai —. No te voy a permitir que me llamas resbalosa, tu y yo no somos iguales! ¡No tienes ningún derecho de ofenderme!
—Sí —responde Karai encarando a Monserrat —, definitivamente tú y yo no somos iguales, yo soy mas decente que tú... Y para que lo sepas, y lo dejes de una vez en paz, cada uno de ellos ya está ocupado, la chica de allá —señala a Abril con brusquedad —es la novia del flacucho. Y yo soy la ¡NOVIA! de Leo —concluye cruzándose de brazos.
Las palabras han dejado confundidos a los chicos, ninguno de ellos estaba ocupado tal y como afirmaba Karai pero al menos sabía que lo hacía para protegerlos.
—¿somos novios? —pregunta completamente sorprendido, en un susurro, Leonardo. Más para él que para Karai.
—¡Sí! —afirma Karai moviéndose incomoda en su lugar —. Somos novios.
—¡Tu novio fue el que me estaba coqueteando! —defiende Monserrat acercándose peligrosamente a Karai.
—¿¡Qué!? —grita Leonardo volviendo su vista hacia Monserrat —. ¡Yo no dije...!
—Dijiste te encantaba mi compañía, ¿no es así? —interrumpe Monserrat encontrándose con los ojos del chico.
—¡No! —responde inmediatamente Leonardo —Bueno sí pero...
—Así que tú le dijiste eso, Leo
—¿Qué? —pregunta confundido el mencionado volviéndose a Karai tratando de no hacerla enojar más de lo que ya está.
—¡Tú fuiste quien me estaba coqueteando! ¿qué no sabias que tenias novia?
—¡la verdad no! Y yo no estaba coqueteando.
—Vaya que Leo está en grabes problemas —susurra Miguel Ángel para Donatello, quienes observan la escena con suma atención.
El escándalo ha llegado a los oídos de Splinter, quien, tras no dejarlo meditar como es debido, decide salir al encuentro de sus hijos.
—¿¡Qué es este alboroto?! —exige saber Splinter.
Su pose es dura pero relajada a la vez. Típica de Splinter.
—Estas chicas se han dedicado a coquetearle a todos —avienta Karai cual niña pequeña acusando a su hermana con su madre —. Sobre todo esta niña quien le ha plantado un beso a Leo.
—¿Qué? —se sorprende Splinter viendo una y otra vez a sus hijos frente a él.
Las chicas comienzan a gritar cada una sosteniendo el argumento que ha decidido lanzar.
—¡Silencio! —grita de pronto Splinter sumamente enojado.
Todos se quedan callados. Monserrat le dedica una mirada ganadora a karai, y esta le hecha una mirada asesina.
—Karai, hija mía, quiero hablar contigo un momento —dice Splinter antes de dar media vuelta y volver hacia el Dojo, sin embargo, algunos pasos fuera del Dojo, Splinter se vuelve hacia los presentes y añade —. Y contigo, Leonardo.
Ambos chicos asienten con el ceño fruncido para a continuación seguir a su maestro y padre de mala gana.
Una vez que ingresaron en el Dojo Splinter pregunta, nuevamente, con voz ronca:
—¿Por qué inició la pelea?
—La niñita le dio un beso a Leo —responde Karai aún con el coraje a flor de piel, no entiende cómo nadie se da cuenta de lo que eso significa.
—¿Y tú por qué interviniste?
—¡No iba a dejar que las chicas nuevas fueran a —hace una pausa tratando de encontrar palabras adecuadas para explicar lo que siente —... Pues... A... ¡Sacar provecho de la situación!
—¡Leonardo! —grita Splinter de repente.
—Realmente... —suspira pesadamente rascándose la nuca con nerviosismo — yo le dije... No a ella. Yo dije... Ella. No.
La presión era evidente, su padre se mantiene en una posición bastante interrogativa y persistente en saber la verdad de todo ello.
—¿A qué te refieres Leonardo?
—Okey —respira profundo antes de decir —. Dije que me agradó su compañía, pero no me refería a ella, me refería... A alguien más.
Splinter arquea una ceja.
—¿a quién te referías?
—Bueno... Yo —Leonardo le da una fugaz mirada a Karai que bastante para dar a entender a Splinter a quien se refería.
—Escuche decir algo sobre novios...
—Sí, yo dije que era mi novio solo para que dejaran de molestarlo —argumenta Karai cruzándose de brazos.
—Pero no...
—¡Okey! —grita Karai completamente enojada —¡Lo siento por meter mis narices en donde no me llaman!
Y sin más sale del Dojo echa una furia. Leonardo se queda petrificado ante tal escena pero le regala una fugaz mirada a Splinter quien, al entender todo bastante claro, asiente con la cabeza esperando vaya tras ella y le de tiempo de reflexionar ante la nueva situación en la que los hermanos se encuentran.

Nada de distracciones (TMNT) [terminada] (en edicion)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora