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Jay se alejó de mi y me miró a los ojos, cuando nuestras miradas conectaron, noté que sus pupilas estaban de un color amarillento, lo que significaba que no era el, si no su lobo.
—¿Porqué carajos Nishimura estuvo contigo anoche? —habló Jay mientras acomodaba su polera gris—
—Salimos, eso es todo, dile a tu lobo que no tiene que reaccionar de esa forma
—¿estas con el cierto?
—¿Qué?
—Con Ni-ki, estás con el, ¿verdad?
—¿Y que si estoy con el?
—Mira Jungwon, tu puedes salir con quien te de la jodida gana, tener los novios que quieras y todas esas mierdas. Pero mientras estés con MIS cachorros dentro tuyo vas a tener límites, un alfa cualquiera no puede venir de buenas a primeras y marcarte con su olor —Jay estaba celoso, eso era más que obvio y esta ves no era su lobo hablando, si no el mismo—
—Nuestros cachorros no tienen nada que ver, además Ni-ki sabe todo y el no se va a limitar por ti, porque te recuerdo que solo mantenemos una relación de padres, Jongseong
Jay se levanto y me cargo hasta su regazo, ahora me encontraba sentado en sus piernas. Pronto sentí como una de sus manos se posaba suavemente sobre mi marca que estaba cubierta con un parche, comenzó a desprender aquel adhesivo de mi piel con delicadeza y me susurro al oído.
—¿Quién dice que nuestra relación no puede ir más haya de eso?— comenzó hablando lentamente, como si cada palabra tuviese la intención de alterar cada célula de mi ser — ¿Porqué tu marca esta tapada?, ¿Acaso quieres que la vuelva a abrir? —mientras Jay continuaba hablando, mi cuerpo empezó a mostrar las señales que el quería ver, me comencé a estremecer— Eres un omega malo Jungwon, no deberías cubrir aquella marca que tienes, mereces un castigo—
Y sin titubear sentí como los colmillos de Jay abrían de nuevo aquella marca en mi piel, dolía, claro que dolía, como el jodido infierno y mi boca no tardó en dar respuesta a la acción de Jay, pequeños quejidos de dolor salían de mi garganta a medida que los colmillos del enigma se enterraban más en mi dermis, mis manos se aferraron fuertemente a sus piernas y mi cuerpo se tensaba. La sangre no tardo en salir mientras que la lengua de Jay se encargaba de limpiar la zona que contaba con la presencia de la sangre, una ves se aseguro de que no brotaba más sangre de allí, beso la marca recién abierta que se encontraba completamente hinchada y me bajo de su regazo.
Las feromonas de Jay comenzaron a inundar el lugar, el olor a manzana y canela comenzaba a molestarme un poco mientras un ligero mareo se hacía presente. Entendí de inmediato lo que Jay buscaba con eso, el quería que si alguien entrase a casa supiera por inercia que un enigma estuvo aquí, su aroma empezó a impregnarse en mi y en mi ropa, si ya de por si por llevar la marca contaba con el olor de Jay, ahora que el soltaba sus feromonas en el ambiente y se impregnaban en mi olía el triple a el. El aroma a gardenias y toques a vainilla dejo de existir en la casa y sobre mi.