Una pistola presiona su sien,
ella no se inmuta, recuerda su ayer.
Es su propia mano, su voluntad,
presa de una mente incauta, carente de maldad.
En el tocadiscos suena su canción,
¿quién ha puesto eso? Demonios, ¿fui yo?
La inseguridad por completo la invade,
seguir en pie o encontrar por fin un ángel.
Presiona el gatillo y un ruido sordo,
ella sigue viva, más no ve su rostro.
En el suelo yace su cuerpo sin vida,
la pistola al lado, la acompañó en su caída.
En su mente un mantra por fin se repite:
"abre tus alas feliz, eres libre"
Más esto no es lo que ella deseaba,
ahora es etérea, siempre será un alma.
Vale, sé que es puta mierda. Pero bueno, es lo que hay. El caso es que si no escribo es porque no me viene inspiración o porque se me olvida. De todos modos esto no lo lee nadie, ni es ese el propósito, solo me desahogo.