primera parte

294 18 9
                                    

Sus dedos rozaban aquellos castaños cabellos con veneración y ternura, observando desde la oscuridad y la tenue luz proveniente del exterior, de la misma manera aquél dormido rostro que no dejaba de parecerle hermoso. Era un ángel, era un silencioso ángel que descansaba entre sus brazos luego de desfallecer en estos.

Cuánto deseaba poder armar cada parte del contrario, esas que amenazaban con romperse o que terminaban por caerse en contra de su voluntad, curándolo y sanándolo hasta que aquellas profundas heridas no pudiesen ser causadas otra vez. Sería inmune.

Porque "un triste Baekhyun, era un doblemente triste Chanyeol" murmuraba el más alto, casi la mayoría del tiempo, entre dulces palabras que terminaran por alegrar al más bajito, quién inmediatamente esbozaba una sonrisa que derrochaba angustia, pero que era una sonrisa.

Chanyeol quería estar para él siempre.

Chanyeol estaría para él siempre.

Aunque eso significara ir en contra de sí mismo.

Horas atrás antes de que acabaran en esa posición: Baekhyun rodeando parte de su torso y apoyándose en Chanyeol; este último rodeándole con el hombro, acariciando su cabello, su espalda y cuando se permitía a sí mismo atreverse a hacer algo indebido, su cuello y nuca... el castaño había pasado por una difícil situación. Quien amaba, le había vuelto a mentir, engañar o acusar, como solía hacerlo.

A veces, esas acciones o situaciones en la triste relación de Baekhyun y su novio confundían a Chanyeol, porque él creía fervientemente que amar no significaba que una relación se debía basar en cuánto y cómo puedo dominar a mi pareja. Todos esos momentos en los que la relación de Baekhyun y Joonmyun se trizaba, le hacían dudar de la verdadera existencia del amor ¿Acaso el amor constaba de una especie de masoquismo sentimental en el que sufrir es la mayor expresión de tu cariño? No estaba muy seguro, porque otras veces el joven alto de veintitrés años, amaba de esa manera a su querido mejor amigo de veinticuatro años.

Pero no dejaban de ser distintas maneras de amar y el más alto lo sabía.

Baekhyun, entre lágrimas y sollozos, había corrido a tras pies a la casa de el más alto. Inmediatamente al verle, este le abrazó sin esperar que si quiera una palabra saliera de sus labios, porque el dueño de aquella casa ya lo sabía. El castaño había sido herido por su novio, de nuevo.

Esta vez había sido por la total irresponsabilidad que tenía aquél chico que decía amar a Baekhyun, había olvidado que ese día era su aniversario. Casi dos años juntos y un año lleno de penas, molestias y angustias. El tierno castaño le había hecho una divertida sorpresa, una salida a aquél parque de diversiones donde por primera vez se habían dedicado ese tímido «te quiero». Entonces acabó enterándose de que Joonmyun debía viajar fuera de la ciudad por unos días, casi el mismo día, casi en la misma emocionada llamada que resaltaba de amor por parte del más bajito que se vio opacada, apagada y silenciada por las duras palabras provenientes de esa especial persona que debía compartir ese importante día junto a él. Juntos.

Impotencia, impotencia, impotencia; eran esas palabras que resonaban en la mente del chico que amaba al castaño y que se leían en sus acciones, en su fruncido ceño y sus cerrados ojos con decepción, manteniendo a aquél pequeño ser entre sus brazos con protección en el umbral de la puerta.

Impotencia era esa sensación que le presionaba cada vez más intensamente a causa de los daños que su mejor amigo recibía últimamente.

Impotencia sentía al escuchar de este mismo, con lágrimas bañadas en dulzura, cuánto amaba a ese imbécil que no hacía más que destruirle toda la firme esperanza, ilusión y cariño que tenía ese ser.

Mess【ChanBaek】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora