Los engranajes se movían lenta y ruidosamente, al igual que la manecillas del reloj que impulsaban los engranajes, era estúpidamente ruidoso aunque a Toris no parecía importarle, estaba rodeado de esos pequeñas y ruidosas maquinas. Lo único que no era un reloj era una pequeña radio negra y que estaba situada sobre una mesa de trabajo de madera mientras el lituano hacia esfuerzos por desmontar un reloj y sonrió cuando por fin la tuerca contra la que había estado luchando cedía ante la grandeza de su destornillador manual.
La campanilla de la tienda sonó con un suave tintineo mientras la puerta de cristal y madera se abrió obligando a Toris levantar la vista de una forma vaga, se había pasado la mañana rezando por no tener trabajo aunque al ver a la chica de pelo albino esbozo una gran sonrisa que se desvaneció en el momento que sus ojos se cruzaron con los de la joven.
En ese momento Toris se sintió la persona mas ingenua del planeta tierra ¿Por qué Natalia vendría a verle por su propia voluntad y no por obligación?
El lituano esbozo sobre sus labios una sonrisa mas suave colocando sus brazos sobre la mesa mientras la chica atravesaba la tienda algo decaída con la mirada clavada en el suelo.
-¿Otra vez?- pregunto Toris sacando los engranajes del reloj cuidadosamente mientras Natalia asentía ligeramente.
-Sí...-dio una respuesta verbal con una voz rota, el castaño sintió que se habría conformado con su respuesta no verbal por el hecho de no escuchar su voz.
-Veamos....- el lituano suspiro resignado mientras se levantaba.
Se puso delante de Natalia y desabotono los botones blancos de la camisa que llevaba dejando al descubierto sus sujetadores y su piel blanca como la nieve.
Toris agarro el destornillador con una mano mientras con la otra buscaba en el medio del pecho de la chica unos tornillos del color piel casi imperceptibles, y cuando los encontró desatornillo los cuatros tornillos que ocultaban su corazón, su corazón estaba situado exactamente donde lo debía estar un corazón humano.
Miro como el corazón se iluminaba cada vez que latía con un color rojo sangre bastante intenso mientras desatornillaba la aorta, la arteria pulmonar, las venas pulmonares y las venas cavas para extraer el corazón de Natalia.
El corazón para una personas como ellos no era lo que bombeaba sangre a todo el cuerpo, era simplemente la central de sentimientos, sin corazón no podía sentir nada, podía seguir aprendiendo pero nunca sentiría nada.
Toris se acomodo en su sitio nuevamente abriendo el corazón por la mitad como si de un libro se tratase.
Los engranajes situados en las aurículas derechas e izquierdas tenían una raja bastante profunda.
-Un año...-suspiro Toris estimando el tiempo de sanación de esas lineas profundas mientras los extraía de las aurículas cuidadosamente y los situaba en el reloj haciendo que este volviese a funcionar de forma torpe y lenta.
¿Nunca habías escuchado que el tiempo cura las heridas?
Toris colocó los engranajes que había extraído del reloj hace unos minutos en las aurículas del corazón mecánico de Natalia y lo cerro nuevamente colocandolo en el pecho de la bielorrusa y volviendo a conectarlo todo apropiadamente.
Natalia se abotono la camiseta mientras Toris colocaba el pequeño reloj de madera al final de la estancia y volvía a caminar hacia Natalia.
-Ten cuidado con tu corazón esta vez- sonrió Toris tristemente.
Natalia coloco sus manos sobre su pecho y suspiro suavemente.
-Me temo que nos volveremos a encontrar mas rápido de lo que esperas- sonrió Natalia cerrando sus puños sobre su frió pecho.
Toris se inclino levemente hacia ella y agacho su cara para que sus ojos se encontraran con los azules de la albina y tras un intercambio de miradas donde todo parecía tan lejano, el lituano decidió dar el paso y besar a Natalia suavemente mientras por las mejillas de la bielorrusas bajaban lagrimas.
-Estos sentimientos desaparecerán pronto....Para ambos...- susurro Toris separándose de Natalia y dándole la espalda.
Natalia retrocedió un par de pasos y salio de la estancia con pasos lentos debatiéndose si debía quedarse o no.
El sol se estaba empezando a ocultar y las luces de la calle se había comenzado a encender.
Toris agarro un reloj con cuidado y suspirando suavemente mientras oía la campanilla de la puerta sonar nuevamente.
Acarició cuidadosamente la casita de madera observando como las agujas del reloj giraban lentamente mientras encendía las luces de la tienda.
-100 años...- susurro dejando el reloj con forma de casa sobre la mesa de trabajo con suavidad, estimando el tiempo que tardarían los engranajes de su corazón en recuperarse.
Toris se acomodo nuevamente en la silla y dejo a la vista unos engranajes de madera colocando su destornillador a un lado y mirando a una caja llena de engranajes dañados y suspiro pesadamente.
-Alguien los necesita mas que yo....-susurro reemplazando dos de los engranajes de la caja por los nuevos -Yo nunca seria feliz sin ella...-.
La puerta de la tienda se volvió a abrir y el sonido de unos pasos rápidos rebotaron en las paredes de la tienda.
-Eres idiota, el mas idiota de este puto mundo, deberías ser mas egoísta- dijo la voz de Natalia antes de que los brazos de la bielorrusa envolviesen el cuerpo de Toris.
-Natalia ¿Qué...?- intento preguntar Toris aunque Natalia lo corto brutalmente.
-No quiero que me rompan el corazón mas....solo quiero estar contigo...-susurro la albina -Quiero estar contigo cuando el se apague....Y quiero reparar tu corazón sin que cambies los engranajes que te hicieron enamorarte de mi...No ahora que me he dado cuenta de que eres lo mas importante de mi vida-.
- ¿Qué pasa cuando el sol se apaga?- pregunto Toris.
-Que la tristeza sale de los engranajes y rompen mas el tuyo-.
-Entonces cura mis heridas cuando el sol se apague....
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Cuando el sol se apague (Lietbel)
De TodoSe que no me quieres, esta bien creer que no me quieres. Si él rompe tu corazón estaré aquí para repararlo, no tienes que pretender que me quieres.