Capítulo IV

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La vida da tantas vueltas, las decisiones son un obstáculo que a veces tenemos que cruzar depende del camino en el que decidamos seguir nos hace bien o mal. Sólo tenemos una vida y hay que vivirla día a día, mirandonos al espejo se nos va la juventud.

Yo he aprendido muchas cosas a lo largo de mi,no tan larga,vida. Se como es el miedo a expresar lo que sientes o bien demostrar los sentimientos a personas que no sabes si vas a recibir lo mismo.

Eso me pasa con Adrián me da miedo dejarlo pasar, hablo de que el me lástime o que sea un juego como ya lo han sido otras.

- ¡Elena muero de hambre!

- Entonces muere.

- Que grosera hermanita- dijo Daniel haciéndose el ofendido.

- Ya me voy, voy a ir a recoger a mi mejor amiga a la terminal. Así que no quiero que me molestes con tus llamadas,hermanito.

Salí de la casa, últimamente he tenido sueños más extraños de lo común, anoche soñé que estaba en una cabaña vieja y realmente daba miedo era como si estuviera de verdad ahí. Me ericé al pensar en ese sueño.

Iba caminando por la residencia donde vivíamos cuando alguien saltó sobre mi, dandome un enorme susto. Casi me da un pre-infarto.

- Hola preciosa.

- Hola Adrián.

La verdad es qué no quería pelear con nadie, no me sentía con ganas de que alguien arruinara mi día y además estaba muy emocionada ya que iba a ver a Emily ella es mi mejor amiga, nos conocimos en el primer año del colegio y desde eso somos muy unidas.

- ¿A donde vas?

- Voy a traer a mi mejor amiga.

- ¿Puedo ir contigo?

- Si quieres.

- Bueno

Y así caminamos por una hora el silencio abundaba entre los dos, lo extraño es que no era incómodo. En un momento lo miré disimuladamente y lo observé como una idiota embobada por un chico, de verdad era guapo, su perfil era demasiado hermoso, la nariz perfecta, tenía su ceño fruncido como ido en sus pensamientos... en un momento me vio, ¡oh Dios! me agarró viéndolo.

- Elena ...

- ¿Si? - dije nerviosa, demasiado nerviosa diría yo.

- Necesito decirte algo..- el parecía más nervioso que yo, nunca había visto a Adrián tan nervioso, ¡digamos es Adrián!.

Me detuve un momento a observar un hermoso parque, a lo lejos se veía un columpio, quería sentarme en el.

- Quiero ir a ese columpio, todavía tengo tiempo. Emily llega en media hora. ¡EL QUE LLEGA DE ÚLTIMO SE COME UN MOCO!-le dije y salí corriendo y riendo como una niña de 5 años.

Cuando iba llegando, Adrián me atrapó y me tiró al suelo el calló encima mio pero no me aplastó. Reí tanto que me dolía el estomago el solo me veía con una sonrisa divertida.

- ¡Hey ..acabas de hacer trampa!

- Claro que no, sólo me lancé encima de ti - dijo todavía encima de mi. Me reí al ver su cara y como se hacia el ofendido.

- Bueno, pero ahora yo escojo el columpio. - dije como si fuera un gran castigo.

El río y nos levantamos del suelo, me miró intensamente como si quisiera decirme algo. Mi teléfono vibro era un mensaje, ¡Emily!

- Adrián tenemos que irnos ya, ¡Emily ya llegó! - dije emocionada, tanto que lo abracé y tomé su mano para salir corriendo.

Cuando llegamos divisé a Emily entre toda la multitud. Me acerqué a ella.

Cariño mío.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora