Llega a su casa, se encierra en su habitación y grita. ¿Por qué se ha ido sin decirle nada? Le ha dejado ahí sola, con las palabras en la boca. Sabe que hizo mal en besarle, pero él la provocó. Se siente muy mal y lo único que quiere ahora mismo es llorar hasta quedarse sin lágrimas. Se ha metido en una relación y eso le duele, pero lo que más daño le provoca es el hecho de que ahora Hugo está mal por su culpa. ¿Pero qué iba a hacer? ¿Rendirse? Tiene que luchar por él y demostrarle que ella también puede ser su chica ideal. ¿Qué hace ahora? ¿Le llama para disculparse o espera a que la situación se calme? Está muy perdida y no quiere meter la pata, así que decide esperar. Se mete en la ducha, se prepara un café y se va a la cama. Dormirá hasta que su cuerpo le pida hacer algo.
No deja de pensar en Julia. Siente que la ha perdido para siempre y que nunca tendrá la oportunidad de volver a abrazarla, besarla y dedicarle un ''te quiero''. Ha intentado disculparse, pero sabe que eso no es suficiente. ¿De qué sirve pedir perdón cuando el daño ya está hecho? Debería darle un tiempo para que se relaje y piense, pero le preocupa que vuelva a caer. Necesita llamarla; necesita recordarle que la quiere y que él estará ahí para ella. Coge el teléfono y marca su número. Nada, nadie responde. Vuelve a intentarlo y, al tercer pitido, alguien lo coge.
- ¿Diga? – responde una voz femenina. A Hugo le resulta familiar, pero no es la de Julia.
- ¿Julia? ¿Eres tú?
- No, soy Laura, su amiga.
- ¿Dónde está Julia? Necesito hablar con ella.
- Está conmigo, pero parece que no quiere hablar con nadie – silencio.
- Por favor, es importante.
- Escucha, Hugo... Julia no está bien y lo que menos necesita ahora mismo es que la molesten. Dale un tiempo y ya decidirá si quiere hablar contigo sobre lo que ha ocurrido.
- Laura, por favor, necesito hablar con ella.
- No puedo dejarte hacer eso – y la chica cuelga.
Hugo llora de la impotencia y tira el móvil contra la pared. No va a permitir que esto quede así. Sale de su piso y va a casa de Julia. Está tan nervioso que no se da cuenta de que casi ha llegado. Llama al timbre y, para su sorpresa, es ella la que abre.
- ¿Hugo? ¿Qué haces aquí? - tiene los ojos rojos e hinchados.
- Necesito... necesito hablar contigo, por favor - toma aire y vuelve a hablar -. No puedo pedirte que olvides lo que ha pasado hoy, pero sí que me escuches. Estoy muy arrepentido, no sé por qué lo he hecho. Si realmente la quisiera a ella, ahora mismo no estaría aquí, rogándote que me perdones y que vuelvas. Sé que te he hecho daño y que nunca podré reparar esto, pero te puedo prometer que no volverá a pasar.
- Intento autoconvencerme de que para nada era tu intención, pero soy consciente de que esa chica te gusta. ¿Cómo sé que no vas a volver a verla? ¿Cómo sé que no vas a pensar en ella? ¿Cómo sé que no la quieres tanto como dices quererme a mí?
- Sólo tienes que confiar en mí, y resulta irónico que te lo esté pidiendo, pero por favor, dame otra oportunidad. Prometo demostrarte que te quiero, prometo luchar por ti y prometo mejorar.
Julia agacha la cabeza, pero Hugo posa su mano en su mejilla derecha, la mira y le dedica su ''te quiero'' más sincero.
- Te quiero, Julia.
- Te quiero, Hugo.
Y se besan. Es el beso más dañino que se han dado, pero transmite la mayor ternura y fugacidad que alguien haya podido presenciar.
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Opposti.
Teen FictionUn amor adolescente. Un hecho en el pasado que deja marca. Una infidelidad. Una ruptura. ¿Opuestos?