Capítulo 2.

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Me desperté por el molesto ruido del despertador de Celinne. 

Eran las 7:00, ¿por qué mierdas tiene que despertarse media hora entes que las personas normales? Creo que necesito una maldita explicación.

Como sé que no voy a volver a dormirme, y oigo como Cel está en la ducha, me pongo a pensar en que hoy es viernes, y como podemos salir hasta el domingo del colegio, Louis propuso ayer en la cena salir todos juntos, incluidos los cuatro chicos que acaban de integrarse a nuestro grupo.

A las 7:30 mi móvil empieza a vibrar, y segundos después se escucha el tranquilo susurro que produce el piano de Bruno Mars que uso para despertarme.

"I hope he buys you flowers, I hope he holds your hand. Give you all his hours whrn he has the chance... Take you to every party, 'cause I remember how much you loved to dance. Do all the things I should have done, when I was your man. Do all the things I should have done, when I was your man...", canto mientras me meto dentro de mi uniforme y me dirijo al baño. Me peino y me maquillo como siempre hago, y cuando estoy lista, del brazo de Celinne, me encamino a la cafetería.


Al llegar veo a todos los chicos sentados en nuestra mesa habitual, excepto a Zayn, que está en la maquina de café. Mantengo mis ojos en él mientras observo lo bien que sienta el uniforme en su anatomía.

La camisa se ciñe a su espalda ancha, y al estar los puños doblados hasta el codo, puedo ver los numerosos tatuajes que tiñen su antebrazo derecho.

Los pantalones negros le quedan ajustados, y veo como ha dado varias vueltas a los bajos, y dejan ver sus Air Force completamente.

-¿Traigo un cubo para tus babas o no es necesario?- la voz de mi hermano me saca de mis cavilaciones, por lo que desvió la vista al suelo, ya que está agachado, recogiendo una manzana que debido a mi embobamiento se ha caído y no lo había notado.

Noto mis mejillas teñirse de rojo mientras recibo la mazana de la mano de Lou.

-Gracias- susurro dándole un beso en la mejilla.

-No- dice él-. Gracias a ti, hermanita.

-¿Por?

Se acerca a mi oído y susurra un 'Harry' con voz arrastrada.

Yo solo me río al ver su cara de felicidad extrema, y le pregunto si me he perdido algo.

-No, pero ayer estuvimos hablando mucho tiempo y nos acercamos mucho- dice-, pero no físicamente. Nos acercamos en el sentido psicológico de la palabra.

Yo simplemente le miraba alzando las cejas, nunca había visto a mi hermano hablar así, con ese brillo en los ojos. Y por mucho que lo intenté, no pude reprimir mi sonrisa.

-¿De qué te ríes?- preguntó tambien él con una sonrisa torcida.

-No me río, pero es que eres un puto tierno- dije yo, y poniéndome sobre las puntas de mis pies, le dí un pequeño beso en la nariz.


Las clases transcurrieron demasiado rápido, lo cual agradezco, ya que en apenas una hora, todos cogemos un autobús rumbo cada uno a su casa, menos Celinne y Niall vienen a la nuestra, como siempre que salimos.


Son las 8:30, y hemos quedado a las 9. 

Doy los últimos retoques a mi maquillaje y observo como el vestido turquesa de espalda descubierta se pega a mi cuerpo y marca mis caderas. Bendigo a los tacones que suben diez centímetros mi altura, negros, como el maquillaje de mis ojos. Termino de aplicarme la barra de labios rojo cereza y me dispongo a contarle a Cel sobre Harry y sus... ¿preferencias?

Palmer School.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora