Dos

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Haberte conocido fue sin dudas, el mejor día de mi vida. No por los besos que tonta y despreocupadamente dimos, ni por esos 'te amo' que anticipadamente dijimos. Sino por esos malditos momentos donde dos personas rotas pueden volverse una misma, utilizando las partes rotas del otro. Y en ese momento, en tus brazos, jure que era infinita. Que éramos infinitos juntos.

Short stories of a broken heartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora