El sol se abrió paso en Ohio entrando por la ventana abierta de la habitación de Quinn Fabray, la chica que ahora lucía una corta cabellera teñida de un color rosa, en ese momento se encontraba abrazada a su novio Sam Evans que descansaba a su lado tras una noche llena de pasión, Quinn maldijo para sus adentros cuando la claridad del sol pego en su rostro logrando que poco a poco saliera de su mundo de sueños, se removió en la cama buscando esconder su rostro en su acompañante y continuar durmiendo pero la puerta comenzó a sonar con duros golpes y la voz de su madre sonó con fuerza
-¡LUCY QUINN FABRAY! Es día de clases levántate- la voz de su madre sonaba ruda haciendo que Quinn notara el enojo de su madre y es que en los últimos meses se había convertido en un dolor de cabeza para ella desde su cambio de look hasta las veces que la había atrapado cuando Sam se escabullía en su habitación.
-Ya voy, Relájate no llegare tarde.-
-Si en cinco minutos no bajas a tomar el desayuno entrare y DIOS QUIERA QUE ESTES SOLA-
-Aja, ya voy.-
Entre los gritos de Judy y las palabras de Quinn el chico despertó observando a la pelirosa y riendo suavemente ante las palabras de la mujer que ya se había alejado de la habitación.
-Tu madre me va a asesinar un día. Es triste solía caerle bien- comento con una suave risa el chico rubio
-Eso fue antes de que se diera cuentas que te metías por mi ventana para follar en las noches- comento bromeando la chica y se acercó a dejar un beso en los labios de su novio. –iré a ducharme.-
-¿puedo acompañarte?- cuestiono el chico mientras atraía a la pelirosa mas a él colocando sus manos sobre el trasero de la chica aun acostados en la cama.
-Ni de chiste, vete a tu casa. Primer día de clases, no debemos llegar tarde.-
-Para ser una Punk Pelirosa con pircing y un tatuaje sigues mucho las reglas ¿no?- comento el chico alzando su ceja ligeramente intentando convencer a la chica.
-Buen intento, Evans. Nos vemos en el instituto- añadió la rubia guiñándole un ojo al chico y se puso de pie encontrándose completamente desnuda camino hacia el baño que había en su habitación.
-¿Enserio? Ya me pusiste a mil. No me dejes así.- comento levantándose de la cama y caminando hacia el baño pero al intentar abrir la puerta esta se encontraba con el cerrojo pasado. –oh, Fabray. Por favor-
-Adiós, Samuel. Nos vemos ahora. Si tu amiguito está feliz esta mañana puedes usar tu mano o tomar una ducha fría en TU casa. Si Judy entra y te mata no me hare responsable.-
-Está bien, está bien. Me voy. Nos vemos ahora.- comento el chico dándose por vencido, se vistió rápidamente y salió por la ventana de la chica. Solo un par de minutos antes de que Judy entrara a la habitación de su hija y tocara la puerta del baño.
-Quinn se hará tarde.-
-Ya voy, mamá. En unos minutos estaré lista.-
Quinn no tardó mucho en la ducha, al salir comenzó a arreglarse rápidamente colocándose uno de sus ahora cotidianos atuendos que consistían en su mayoría en prendas negras, se maquillo y peino su cabello para luego tomar su bolso y bajar a la cocina donde se encontraba su madre sirviéndole el desayuno.
-Buenos días, Judy-
-Buenos días, Quinn. Allí está tu desayuno, come rápidamente o llegaras tarde-.
Así fue, en tiempo record Quinn comió su desayuno y se marchó de casa caminado hasta el instituto al llegar sonrió ligeramente al sentir como todas las miradas estaban sobre ella y su nuevo aspecto, habían pasado algunos meses desde el ultimo día de clases, muchos estuvieron ocupados en sus vacaciones y ni se veían y realmente ella paso sus vacaciones entre su casa, la casa de Sam y la de Santana. Camino con la cabeza en alto por los pasillos del instituto hasta llegar a donde se encontraba su novio con un grupo de chicos del Glee Club, al llegar con ellos Quinn y Sam se besaron y al separarse Quinn saludo a todos con un simple –Hey, chicos-

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Kiss me
RomansaContinuación de Shared Lips Las cosas cambian a través del tiempo, incluso el amor puede ir perdiendo interés desde el mas puro hasta no fingido, uno que compartes con un chico el cual no te hace sentir bien si no es en la cama. La vida puedes ser...