Tragedias.

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No creo que el recordar las desgracias de otros nos haga sentir mejor con las propias.

No creo que ese método funcione, al menos, no conmigo.

Hay personas que la tienen mucho peor que yo, y en comparación, mi vida es un total sueño;

Pero eso no me hace sentir mejor en momentos de crisis.

Pienso en como herimos a los demás diariamente.

Incluso aunque no queramos, y eso me entristece. Incluso me hace llorar.

Anna Frank decía –si es que aun puedo recordarlo-que en momentos de profunda tristeza es bueno salir, y admirar la belleza que te rodea, apreciarla y sentirte afortunado. Eso seguro te subiría el ánimo.

Tampoco funciona conmigo. Suelo ponerme más triste aún, porque eso tampoco me hace más feliz. Y me molesto conmigo.

Stephen Chbosky dijo que los momentos tristes llegarían en cualquier momento, y por eso, era bueno pensar en es en los momentos felices. Y así "acumular" puntos positivos de esos buenos momentos, y utilizarlos cuando nos sintamos tristes. No me funciona: me frustra y me pone peor.

Pienso que a veces la vida en casa es triste. Una madre que se esfuerza mucho, que se deprime con facilidad. Un padre que trabaja y se ríe, y que hace reír a los demás. Una hija mayor estudiosa, premio de estantería con actitudes perfectas, cansada en el interior. Una hija menor hecha un desastre, que cansada de pelear se dispone a ver a los demás y a asentir ocasionalmente.

Pienso que es triste porque realmente ninguno se conoce. Ni ellos mismos, ni a los otros. Se guardan rencor camuflajeado detrás de una sonrisa forjada. A veces se rien en grupo, otras veces guardan silencios incómodos. Me parece triste la vida en casa, porque incluso en ella, nadie se siente totalmente seguro.

Palabras PerdidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora