"El rol social es un concepto sociológico que hace referencia a las pautas de conducta que la sociedad impone y espera de un individuo"
Desde el momento en el que naces, eres moldeado. Incluso antes, cuando te compran los juguetes con los que deberás jugar, la ropa del color que deberás usar y la música que deberás usar, ya estas siendo alienado. Te construyen bajo un concepto de como debes actuar para ser socialmente aceptado, donde no hay espacio para la individualidad.
Te dicen como debes vestir, como debes actuar y como debes ser. Que cosas están bien y qué cosas están mal y si alguna vez te atreves a preguntar por qué, no obtendrás respuesta.
Créeme, ya lo he intentado.
Si te atreves a salir de los estándares establecidos solo dos cosas pueden pasar: O te conviertes en un nuevo modelo a seguir, o te repudian completamente por simplemente tener otro modo de pensar. Honestamente, no se cual es peor.
Si te conviertes en un nuevo modelo por defender tus propios ideales, no lograrás más que alienar a más personas a tu modo de pensar, convirtiéndote en eso que alguna vez llegaste a criticar. Quizás hasta peor.
Si te repudian, si te desplazan y te juzgan, corres el riesgo de aislarte para siempre. Como tantas veces hemos escuchado, a nadie le gustan los cambios.
Entonces, por miedo a probar, nos quedamos estancamos. Nos mordemos la lengua y seguimos cargando bloques para construir un todo, que al final no termina siendo nada. Te cortas, te pegas y te reconstruyes hasta que terminas encajando perfectamente en el molde que, en conjunto con un millón más, han creado para ti. El círculo se vuelve tan cómodo que cuando tienes la oportunidad de salir, la rechazas, prefiriendo la comodidad ficticia que el peligro real.
No te juzgo, yo soy igual.
Nos consumimos en nuestras mentes mientras nuestros cuerpos se venden a sociedad. Una sociedad que, tan frágil como tu cordura, no acepta un no como respuesta.
Una mujer es mal vista por no querer sentar cabeza, mientras que un hombre es aplaudido por su capacidad de independencia.
Una mujer es protegida ante la violencia de un hombre, pero un hombre no conseguirá más que burlas si es agredido por su mujer.
¿Por qué nuestras reacciones son diferentes, según sean los casos? Porque así funcionamos, es nuestra naturaleza. No puedes luchar contra ella. Puedes intentarlo, Dios sabe que lo he intentado, pero es inútil.
Cuando terminas con las manos ensangrentadas y las mejillas rojas y cortadas de tanto luchar, es cuando te das cuenta que debes volver, debes volver a ese círculo al que perteneces. Debes seguir cargando bloques para una construcción que nunca será terminada, debes seguir cortándote en pedazos para encajar del todo el tu molde, y debes preparar los siguientes para una nueva generación.
Lo peor de todo es, que el círculo jamás te cerrarás las puertas y es por eso que siempre vuelves a él.

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Palabras Perdidas
RandomNo pretendo ser conocida. No pretendo ser popular. Solo pretendo transformar el huracán de mi mente en frases sólidas y armoniosas, esperando quizás, encontrar a un amigo en el camino.