Mi cumpleaños.

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¡Bien!, es 7 de agosto, mi cumpleaños; pero desde hace varios días atrás algo me dijo que este no sería el mejor cumpleaños.

Cumplo dieciséis años, y desde que tengo uso de razón, siempre me han despertado muy temprano mis padres y mis hermanos con alguna canción, deseándome los mejores éxitos y bla bla bla, cosa que siempre se me ha hecho muy lindo, pero este año no fue así.

¿Quién se levantó temprano?, no, no fueron mamá y papá, fui yo. Me desperté 5:40 am, y me dije -"Es muy temprano, dormiré un rato más así les doy tiempo a mis papis"-me dormí- Después de algún tiempo me despierto asustada, porque ya eran las 6:20am, y aunque era "mi día" no era pretexto para faltar al colegio, me levanté ya convencida de que nadie me iba a cantar y desperté a mi hermano mayor, Enathan. Después de ducharme, y cambiarme, decidí ir al dormitorio de mis padres; al entrar dije -"Heeey, ya levántense, que se hace tarde"- y lo primero que me dijeron fue-"Esta cumpleañera salió relajosa, ya deja dormir"- me dirigí al baño, me cepillé los dientes, y salí, busqué a mi hermano, y volví a entrar, pregunté si mi papi nos iba a dejar al colegio y dijo que no, ya que la noche anterior se había quedado hasta muy tarde por cuestiones de trabajo, después de todo era entendible, besé su frente, le pedí la bendición; hice lo mismo con mi mami, y después de decirles que los amaba, salí con dirección al colegio.

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Llegué al colegio, algo tarde como de costumbre, después de esperar varios minutos, por fin pude ir a mi salón. Al subir las escaleras, me topo con una de mis amigas quien con muchas fuerzas me abrazó, y me deseó feliz cumpleaños, junto un par de palabras muy lindas, por cierto. Subí otro poco las escaleras y dos de mis amigas que más estimo, me abrazan y empiezan a cantar -"Solo importas tú nena, porque cumples dieciséis, pienso solo en ti nena, hoy voy a hacer lo que tu pidas. Hoy tú eres el centro de atención, por que solo importas tu, solo importa Elhita"- fue muy cómico, pero me emocionó mucho, después de un par de minutos de apapachos, entramos al salón, donde ya se encontraba el profesor, quien al ver que muchos de mis compañeros se levantaban y me abrazan, notó que era mi cumpleaños, y se dispuso a cantar la cancioncita de feliz cumpleaños, y mientras lo hacía yo insistía que haga el baile de la gallinita, jaja entre risas, medio la bailó, al terminar me dedicó unas palabras y continuó con su clase.

Pasaron dos horas, nos correspondía matemáticas, los ejercicios estaban bastante fáciles, al ver que terminé rápido, me di tiempo de revisar whatsapp, y fui directamente al chat grupal de la familia, donde recibía varias felicitaciones, pero no voy a mentir, la que más de una u otra forma me interesaba era la de mi payino, quien envió un audio, e inmediatamente me dispuse a escuchar. Fue inevitable no llorar al escucharlo, muy discretamente las lágrimas empezaron a caer, mi profesor lo notó y me dijo -¿Señorita, qué está haciendo?-secándome las lágrimas le dije-Un tío me mandó a felicitar, estoy susceptible-sonreí-Tranquila, es tu día- me dijo. Al terminar su hora clase, me fui a un rincón del salón, y terminé de escuchar el audio, lloré por un par de minutos, me levanté, sequé mis lágrimas, unas amigas lo notaron, pero les dije que estaba, bien; como método de confortamiento me dieron cereal y empezamos a reír, hasta que entró la profesora, y cada quien fue a su asiento. Apenas culminó su hora me levanté y en cuestión de segundos Andrea y Nathalia quienes son más que amigas para mi, brincaron hacia mi, y entre abrazos me empezaron a gritar- "¡FELIZ FELIZ FELIZ FELIZ CUMPLEAÑOS A TIIIIII!"- jaja, las abracé mucho más fuerte, y luego bajaron; seguía en el aula, hasta que mi mejor amiga subió y después de un muy efusivo abrazo me dio una hermosa justificación de porque no había llevado las gomitas, le dije que no importaba pero se empeñaba en darme explicaciones. Bajamos, fuimos a comprar, y pasamos todo el recreo juntas, mientras ella le prohibía a todo el mundo tocarme. Después de eso pase tres horas de clases muy aburridas, hasta que bajé y encontré a mi crush, quien se acercó y me dijo-"Feliz cumpleaños"-me dio la mano, y besó mis mejillas, no sé si notó el rojo que las invadió o no, pero lo único que dije fue-gracias- me di la vuelta, y fui a mi salón. Siguieron las clases aburridas, hasta que se entonó la musiquita que servía para comunicar a toda la unidad educativa, que el suplicio acababa, era la hora de irse a casa. A pesar de tener ensayos de un baile tonto, le dije que tenía cita con el odontólogo, cosa que no era cierta, pero me hizo tener razones para no quedarme. Mi mamá fue a verme, y fuimos al centro comercial. Comimos, compramos algo de ropa, un par de zapatos, apresuré a todos porque mi mejor amiga, y otra amiga, quedaron en irme a visitar, al llegar a casa tengo un mensaje diciendo -No voy a poder ir, te debo una salida, plox- me decepcioné mucho, porque a pesar de "no querer nada" para mi cumpleaños, pasar con ellas era algo que realmente quería, al igual que pasar con mi papá, cosa que tampoco pasó. Eso quiere decir que pasé el resto del día en mi habitación, muy abrigada gracias al frío, hasta las siete aproximadamente que iba hacer skype con mi primo, Mariano, por ende con mis payinos, por lo que prendí la computadora, y al encender completamente mi primo me dice que mi padrino se había puesto muy molestó, dándome a entender que no podríamos hablar. Decepción número tres en el día, no sé precisamente en que momento empecé a contar la decepciones, pero ahí estaba yo, lo suficientemente deprimida, como para no hacer nada hasta el día siguiente; pero llegó papá, justificando con trabajo el hecho de no haber pasado conmigo, me dijo que me cambie, ya que había puesto a cocinar algo especial. Lo hice, la "estar lista" salí, vi la mesa lista y me dio mucha nostalgia; en realidad extrañaba mucho a mis tíos, fui al dormitorio de mi mamá y ella notó que no estaba tan bien, me preguntó si me pasaba algo, y solo me limité a contestar que los extrañaba mucho; supo claramente a quienes me refería. Me levanté, entré a mi dormitorio y abracé a mi hermano, empecé a llorar intensamente, los quería abrazar, era mi día, y ellos son importantes, los necesitaba conmigo. Después de casi diez minutos, me lavé la cara, y con un poco de labial en los labios, fui al comedor. Todos notaron que no estaba bien, empezando porque no soy de las personas que se entristecen con facilidad, o por lo menos no lo notan.

Antes de la comida, mi papá hizo una oración, todo iba bien hasta que el trabajo lo solicitó de nuevo, comió, se tomó dos fotos, soplé las velas y siguió con lo suyo, cuando él regresó yo ya estaba en pijama, a punto de ir a dormir.

No fue un buen día, y sabía que no lo sería. Tenía muchas ganas de que sea ocho.

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Noches de insomnio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora