"Es momento de ser fuerte", le repito a casi toda mi familia. Pero sin embargo la mas débil soy yo.
Se que a muchos les ha tocado pasar por la partida de un ser querido, porque después de todo el migrar no es cosa del otro mundo, y bueno, es verdad no es el primer familiar al que tengo que despedir en el aeropuerto, pero es primero al que me duele tanto saber que no lo volveré a abrazar dentro de mucho tiempo.
Mi tío, mi "payino", el hermano de mi mamá, es el mejor de todos. Tengo casi 16 años conviviendo con él y todos los recuerdos en familia vividos juntos, son únicos y perfectos.
Desde que era una bebé, ese grandote es de los seres más importantes en mi vida.
Hace aproximadamente un mes nos enteramos que viajaría junto a su familia, mi "mayina", Mariano, Joseph y "Romano". Desde ese momento me dije "Mierda, los voy a extrañar mucho", no había día que por las noches como esta no parara de llorar. Trataba de aprovechar cada segundo con ellos, y la verdad lo hice.
Una semana antes de viajar, empece a ver a mi mamá, mi abuelita, mis tíos, familia de mi tía, primos, es más a los mismos viajeros derramar abundantes lágrimas, cosa que me dolió aún más. Fue ahí cuando trataba de fortalecerlos, y que ellos no notaron lo rota que estaba por dentro. Los abrazaba y les repetía una frase que hace mucho se volvió para mi más que solo palabras -"Dios da las mas grandes peleas a los mejores luchadores"-Llegó el día, era imposible no llorar, pero hoy, no me centré mas que en mi abuelita, ella no lloraba, simplemente su nariz se le tornaba de un color rojizo. Sabía que estaba mal, fue entonces que por ella deje de pensar en mi y en el dolor que sientía, me acerqué, la abracé, pero mi primer intento lo fallé, fui yo la primera en quebrarme haciendola sentir mucho peor. Me sentí la peor nieta del mundo.
Después de un par de horas, nos unimos todos y en familia levantamos un par de oraciones, las cuales ella era quien dirigía. Mi tío al recibir su bendición se arrodilló y con lágrimas en los ojos repetía "Amén", al colocarse de pie, la abrazó y ella empezó a llorar, pero esta vez no quería tranquilizarla, queria que llore, quería que lo haga el tiempo que sea necesario, crei que ese tiempo sería algo prolongado, pero no fue así, al terminar ese abrazo, restregó sus ojos, y camino hacia la puerta, mi tío y su familia levantaron sus maletas, se dirigieron hacia el vehículo, que iría directo al aeropuerto.
Llegamos, nadie lloraba, sabía que no podíamos hacerlo, ya que se suponía que ellos irían solo de vacaciones y si lo haciamos, los de migración sospecharían que la razón de su viaje no seria precisamente turístico.
Después de una larga fila, debían entrar, antes de hacerlo hubieron abrazos, fotos, besos, risas, y lágrimas muy sutiles, y al dar la vuelta lo único que quería hacer era salir de ahí, lo cual hicimos inmediatamente.
Después de un largo día en el que intentaba pensar en otras cosas, regrese a casa de mi abuelita, la vi rojita, pero no lo tome en cuenta porque sabía que como no había hecho antes me quebraría mucho antes que ella.
Me dirigí a la cocina junto a mi mamá, detrás de mi venía mi abuelita, quien se dirijia a la habitación de mi tío. Entro por un par de segundos y al salir se apoyo a la pared y me dijo -"esto es mucho para mi, no se si podre con esto"- e inmediatamente se volteo y empezó hacerlo de nuevo, lloró. Mi mami la abrazo y le susurraba con lágrimas en loa ojos -"Se que esto es difícil para ti, y que mis palabras no son consuelo suyo ahora, pero la amo y no esta sola"- al ver eso, fui a la habitación de mi abuelita me arrodillé bruscamente y empecé a pedirle a Dios la fuerza que tanto no hace falta a todos.No comí, solo me acosté sobre el mueble y me dormí.
Luego de una hora, me despertaron, tenia que regresar a casa, me lavé el rostro e inmediatamente lleve las maletas al carro de papá. Regrese y con mucha firmeza abrace a mi abuelita y le dije. -"Somos la fortaleza que necesitamos, nosotros estamos para usted, y usted esta para nosotros. La amo mucho abuelita, y verá que todo esto traerá consigo muchas bendiciones".- Nos dimos la bendición y me despedí de mi mamá, que se quedara con ella y mi hermano menor durante un tiempo.
Al subir al carror y emprender camino, me di cuenta que Dios me escuchó y fue el quien puso en no boca todo lo que había dicho.No es fácil no llorar, pero estoy consiente de que Dios esta de nuestro lado.
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Noches de insomnio.
Genç KurguNo pretendas leer la mega historia, esta no es una novela, son simples escritos que jamás me he atrevido a enviar y parte de mi historia que no me gusta contar. Noches de insomnio en las que no dejo de soñar e imaginar.