Aún Te Quiero Como Siempre

Capítulo 3

Mi mirada se ensombreció mientras él daba la vuelta para, tal vez, irse a su habitación. miré el suelo y unas lágrimas rodaron por mis mejillas mientras sonreía con rabia.

Corrí hacia donde él estaba y lo acorralé contra la pared más cercana, apoyando mi frente en su espalda instintivamente.

-¿Eh? -preguntó sorprendido y desconcertado.

-¡¿Por qué haces eso, aru?! -pregunté mientras las lágrimas caían con más frecuencia - ¡¿Por qué me dejaste de esa forma, aru?! ¡¿Por qué?! -.

Le gritaba mientras la voz se me quebraba poco a poco, sin dejarme hablar de una forma en la que no tuviera que romper en llanto, porque sentía que si hablaba eso pasaría, inevitablemente.

Después de un rato llorando en silencio me calmé. Nos quedamos de esa forma por un rato mientras mis lágrimas aún más silenciosas caían sin notarse.

"Creo que ni siquiera él tiene una respuesta."

- Yao...- susurró.

Caí de rodillas al suelo dejándolo libre para voltearse e irse, pero para mi sorpresa solo hizo lo primero y se agachó a mi altura. Lo miré y tenía la misma mirada inexpresiva de siempre, pero con algo más de triztesa en sus ojos.

-Creo que debí enseñarte a ser más expresivo, aru - reí mientras las lágrimas seguían cayendo. Las sequé con una de mis mangas y lo volví a mirar.

"¿Quién debería disculparse?"

Pensé.

Siempre creí que él era el culpable de todo esto, y pensaba en como haría que se disculpará si estaba conmigo. Pero ahora que lo está, empecé a dudar de que es lo que tengo que hacer.

"¿Qué pensará él?"

Lo abracé y apoyé mi cabeza en su hombro, tal vez contra su voluntad, mientras volvía a llorar de la misma forma.

-¿Fue mi culpa qué te quisieras ir? - pregunté levantando un poco mi cara.

Él no dijo nada.

-¿Acaso hice algo mal, aru? ¿Algo te molesto, aru? ¡Dímelo! - exigí mientras las lágrimas volvían a caer con la misma rapidez.

Él siguió en silencio y sin hacer nada.

Dejé de llorar un rato después y me separé de él con la cabeza gacha.

-Aún quiero saber que te cambio de esa forma -le dije mirando el suelo.

-Lo siento - susurró.

No sé si se podría llamar una sonrisa sincera a lo que hice.

Pasaron unos momentos de un calmado silencio hasta que pude analizar lo suficiente sus palabras como para responder.

-Sabes, aunque me odies, yo aún te considero mi hermano -.

Él no estaba tan sorprendido, como si hubiera esperado esto, lo noté rápidamente, pero lo siguiente no me lo habría esperado jamás de él.

-No podría odiarte - susurró mientras me abrazaba.

Volví a sonreír, claro, esta vez sinceramente, y correspondí su abrazo.

"No importa cuanto tiempo pase, siempre te apreciaré de esta forma."