La Historia Que Todos Quieren ❤||Sebastian Villalobos & Tú||

Parte 2: Ya veremos.

A la mañana siguiente me despertó mi teléfono, vibraba debajo de la cama.

¿Que rayos hacia mi teléfono en el suelo?

Era Sebastian.

-:Bueno.

S:¿Estas bien?

-:Si si ¿Porque?

S:Te marque ayer y no contestabas, creí que te había pasado algo.

-:No no, perdón cielo, Es que me dormí muy temprano.

S:Oh, perdón entonces es que me preocupe.

-:No importa Cielo, ¿Como amaneciste.

S:Pues normal.

-:¿Y eso?

S:Tenias que estar tu abrazandome.

-:Cierto, pero hoy lo estaremos ¿Quieres?

S:Claro, claro.

-:(Rei) ¿Vendras?

S:Si, Claro.

-:Bueno cielo, entonces te dejó Tengo algunas cosas que hacer en un rato te marco.

S:Esta bien linda, no te preocupes, Te amo. Cuidate.

-:Yo te amo aún más. Chau

*Colge*

Salí de la cama y fui directo a la ducha.

Cuando salí, como el clima era frío me puse un pantalón de mezclilla, una bufanda cerrada blanca, de igual manera un suéter blanco con un corazón negro en el medio y unas botas negras. Me hize un chongo despeinado y listo.

Cuando termine recogí mi cuarto y sali para ver si Gerardo ya estaba.

Toque la puerta de su cuarto, haber si no interrumpía nada.

-Pasa-Escuche que dijeron.

Abrí la puerta y los mire allí tirados en la cama.

-Huele a sexo-Abri mis ojos.

-No seas asquerosa ovbio no-Rio.

-Bueno ¿Iras a la Uni?

-No, quizá no.

-Bueno pues yo me Tengo que ir, Te veo alrato ¿Esta bien?

-A donde vas-Pregunto.

-A la cafetería-Dije.

-No no, tu no puedes-Salio de la cama de un salto desnudo.

-Me gire y cerré mis ojos- Ahí Dios, lo bueno que no paso nada-Rei.

-No seas mamona, ya voltea-Dijo con la sabana en la cintura-Tu no puedes ir.

-Porfavor hermanito, te amo y alrato te veo-Sonrei.

Salí hacia mi cuarto, tome mi teléfono, las llaves y dinero. Las metí a los bolsillos de mi pantalón y salí de mi casa.

Tome un taxi hacia la dirección de aquella cafetería, pero era aun peor porque era donde conocí a Sebastian. Así que mientras estuviera allí me trairia recuerdos de Sebastian. Esperó y eso no pasará.

En el camino mire la que antes era mi casa, ahora pintada de un color diferente al que tenía, los árboles tristes y jugetes tirados por el Jardín. Sin encambio mi ventana seguía igual que como la deje.

Cuando llegue pague lo que tenía que pagar y cruce la calle para ir a la cafeteria, mire a toda la gente. Después de varios minutos lo encontré, sentado una banca, con una bermuda blanca una sudadera negra, y una gorra negra.

-Hey-Dije[...]