019.¤Narración¤

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Dejé de leer los comentarios de mi reciente foto en instagram a causa de las cosas horribles que decían de mí.

¿Cómo una persona que nisiquiera conosco puede decir ese tipo de cosas?

Dejé de pensar en eso un momento y me miré al espejo.

Mi vestido blanco y negro bien arreglado, mis tacones negros de punta, mi maquillaje recién retocado y mi cabello ordenado básico.

- Espero que a Cam le guste. - Pensé.

El antes nombrado me invitó a cenar a un restaurante elegante. Según él, tenía que decirme algo realmente importante.

Hace unas semanas llegué a Los Ángeles por el hecho de querer conocerlo, empezamos a salir, pero nunca fue algo formal. Conocí a casi todos sus amigos y juro que son las mejores personas que conocí en la Tierra.

El sonido de la bocina de un auto inundó mis oídos.

— Llegó. —Dije para mí misma antes de que los nervios se empezarán a hacerse cargo de mi cuerpo.

Bajé las escaleras mientras mis manos temblaban, tomé un pequeño bolso de mano y coloqué mi teléfono, llaves y dinero dentro.

Al mover el cerrojo y empujar la puerta hacia mí, detrás de esta pude presenciar a ese chico de ojos obscuros, cabello color chocolate, moreno, con la sonrisa más hermosa que vi. Y que debo admitir que me trae loca desde hace unos meses que le dio like a mi foto de instagram.

— Hey. —Dijo sonriendo y estirando su mano hacia mí.

— Hey. —Mencioné tomando su mano y mostrando mis dientes.

Me abrió la puerta de su auto, le agradecí y subí a este. Cameron lo rodeó y subió de piloto.

En el camino prendió la radio, de esta salía 679 de Fetty Wap. Yo la comencé a cantar y Cameron me acompañó riendo.

— No puedo creer que una chica como tú se sepa toda la canción. —Dijo terminando con una risa.

— ¿Qué te puedo decir? Tener hermano y amigas dementes no es bueno. —Reí.

El auto comenzó a detenerse, pero no era nada técnico. Cameron estaba estacionando.

— Bien, llegamos.

Me ayudó a bajar, para luego ir los dos juntos hacia la entrada del restaurant. Al entrar nos dirigimos a la mesa que Cam había reservado. Al llegar allí el chico arrastró la silla hacia atrás darme paso a sentarme, de agradecimiento le di un beso en la mejilla.

La cena pasó excelente, fue basada en risas, sonrisas, anécdotas y chistes malos.

Al salir del restaurant nos subimos de nuevo a su auto y partimos hacia un destino desconocido para mí porque él no me quería decir.

— ¡Vamos!, dime. —Arrastré la última letra.

— Ya dije que no. —Rió.

— ¿Por qué? —Saqué mi labio inferior a la luz.

— Porque es una sorpresa. —Me miró rápido para luego devolver la vista al camino.— Ten, ponte esto. —Me pasó una caja delgada color azul marino.

— ¿Qué es esto?, ¿un traje erótico de enfermera? —Dije al tomarlo y antes de que él contestará después de su risa, mencioné.— No, espera, es de azafata...o quizás de gatubela...o de pirata...No se por qué sería de pirata pero quién sabe lo que hay en tu cabecita. —Toqué su cabello. Cameron río antes de hablar.

— ¡Estás loca!, no soy tan pervertido...supongo. —Reí.— a pero ya, abrelo y colocatelo.

Abrí la caja y dentro había un cobertor de ojos negro.

— ¿Quién eres?, ¿Christian Grey? —Dije divertida colocandomelo.

Lo último que escuché fue su risa, para luego seguir escuchando la música que ahora era de Coldplay.

— ¿Sabías que cuando uno de tus sentidos ya no está activo los otros mejoran? —Pregunté.

— ¿Ah sí? —Preguntó él.

— Sí, ahora sé que en la radio está A Sky Full of Stars de Colplay.

— Bien. —Dijo Cam.

— Hueles a una mezcla de perfumes. —Seguí.

— No me decidía, ¿Qué quieres que diga? ¿Pero huelo rico?

— Muy. —Sonreí.— Ahora siento el sonido de las olas ¿Estamos en la playa? —Giré mi cabeza hacia donde estaba él, pero era inútil ya que no lo podía ver.

— Recuérdame nunca más volverte a tapar los ojos para una sorpresa. —Mencionó. Reí.

El auto paró, sentí que la puerta se abría, cerraba, sentí pasos, y mi puerta se abrió.

— Ven, baja. —Posó una mano en mi cintura.

— Pero me voy a caer. —Dije obvia.

— Eso nunca mientras yo esté. —Dijo suavemente.

Me pareció muy tierno lo que hizo que sonría. Traté de pararme, pero los tacones me lo impidieron, ya que se entrerraban en lo que sería la arena.

— Quitatelos, no te van a servir. —Dijo.

— Me encantaría hacerlo, pero señor genio, no veo nada. —Dije con obviedad.

— Claro, yo te los quito. —Tomó mi pie con delicadeza y quitó el zapato suavemente y lo repitió con el otro.— Listo, ahora sí, baja, yo te ayudo.

Me paré con su ayuda y sentí la fría arena entre mis pies. Caminé hasta donde me guió y al parar, quitó el cobertor de mis ojos y me dejó ver lo que había frente a mí.

Ahí estaban Nash quien sostenía un cartel con la palabra Will, a su lado Matt con otro cartel que decía You, seguía Hayes con otro cartel con Be en él, a su lado Taylor con un cartel que decía My y por último Aaron con uno que decía Girldfriend? en rosa. Para que estos se vean, había unos caños cubiertos de luces amarillas y un poco de velas. Shawn estaba sentado en una silla tocando una melodía con su guitarra.

— ¿Qué dices? —Preguntó Cam mirándome.

— ¿Bromeas? —Pregunté mirándolo, su rostro cambio totalmente. Su expresión se volvió preocupada.— Claro que quiero. —Sonreí al igual que él al escucharme. Se acercó lentamente a mí hasta que nuestros labios tuvieron contacto. Se escucharon los gritos de alegría de los chicos, lo que nos hizo sonreír en el beso.

— ¡Hayes no mires eso, es prohibido para tu edad! —Gritó Nash haciéndonos reír.

Luego de eso aparecieron los demás felicitandonos. Había una cabaña grande alado nuestro, allí nosotros teníamos ropa cómoda, ya que nos íbamos a quedar a dormir todos allí. Todo idea de Cam, ahora mi novio.

Ahora estamos en una fogata, todos sentados en la arena. Cameron y yo nos habíamos cambiado y ahora él estaba a mi izquierda con los brazos alrededor de mi cintura y su cabeza apoyada en mi hombro izquierdo, mientras yo acariciaba su brazo y todos hablábamos de cualquier cosa.

Definitivamente hoy es el mejor día de mi vida.

Instagram© |cameron dallas|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora