VII

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-Dan-

A veces pienso que el tiempo pasa demasiado rápido.  Levanté la mirada de la página en la que estaba escribiendo para mirar por la ventana de mi piso de estudiantes en York. El cielo estaba despejado, pero ya que era marzo, podía imaginar el frío que haría en la calle. Me siento como si llevara siglos sin ver a Phil. Claro, podría coger un tren a Manchester y en una hora y media estaría allí, pero el dinero y el tiempo no están de acuerdo con mi plan. La universidad es un asco. Derecho es la carrera más aburrida y larga que ha podido crear el ser humano. Y como yo soy tan listo, me pongo a estudiarla. Bravo, Dan. Ni siquiera me gusta este piso. A ver, me lo paso bien con la gente cuando hacemos locuras o vamos de fiesta, pero no sé. No creo que esto sea para mi. Tengo ya 7 vídeos en Youtube, y poco a poco más gente va viéndolos. Obviamente, no soy ni la mitad de bueno que Phil en eso... Él tiene vídeos creativos y geniales, como si se tratara de un cuadro de Monet, mientras que los míos parecen los dibujos que hacen los niños en la guardería. Me lo pasé tan bien cuando fui por primera vez... He vuelto a ir antes de Navidad, ya que se que es su fiesta favorita, quería darle mis regalos y puede que quisiera pasar tiempo conmigo. Quizá no es así, pero yo necesitaba verle de todos modos. Cerré lo que llevaba siendo mi diario casi un año y lo escondí debajo del colchón, donde nadie miraba nunca y podía dejar bien ocultos mis pensamientos e ideas. 

-¿Dan? ¿Estás aquí? -la dulce voz de Alice inundó la habitación en cuanto abrió la puerta, justo cuando yo había acabado de colocar la cama. 

-Alice, hola.- Dije como saludo, dedicándola una leve sonrisa. Alice estudiaba química en la universidad, y nos conocimos en la biblioteca cuando empezó el curso. Era de Halifax, un pueblo cerca de Manchester. Su piel era pálida, con algunas pecas adornando su nariz. Pelo liso, marrón chocolate, y ojos de un precioso color verde. Siempre que la veía, una chispa de felicidad se mantenía en sus ojos. Era verdad que Alice era guapa, tenía un tipo de belleza tanto exterior como interior, ya que era una chica muy agradable, simpática y comprensiva. Siempre que había necesitado su ayuda con cualquier cosa, ella había estado ahí para ayudarme. Mi amistad con ella fue de las primeras por las que pensé que valía la pena luchar, ya que en cierto modo, ella había sido una de mis primeras amigas en mi vida (si no contamos a Phil y un chico del instituto que se pensaba que yo podía conseguirle drogas o algo así). Realmente cuando salía con Alice y sus amigos me sentía cómodo, ya que ellos intentaban conocerme y llevarse bien conmigo, pero yo era una persona difícil de manejar. De alguna manera, sólo Alice y pocas personas más lo habían conseguido hasta entonces. 

-Dios, llevo buscándote horas.- dijo antes de entrar y cerrar la puerta, quedándonos los dos dentro. Se estiró y se dejó caer en mi cama. 

-¿Pasa algo? -pregunté intentando sonar despreocupado, aunque estaba triste y enfadado conmigo mismo. Me puse al lado de la ventana, mirando de nuevo a través de ella, fijando la mirada en los pocos estudiantes que se quedaban, como hacía yo, los fines de semana aquí. 

-No, es que no te he visto desde ayer, y me aburría. Quizá podíamos ir a dar una vuelta, a tomar un café... O algo.- Mi mirada seguía fija en la calle, aunque podía sentir su mirada en mi nuca. Tras un largo silencio, durante el cual reflexioné sobre lo bonitos que tenían los ojos mis amigos más cercanos y lo comunes que eran los míos, me giré para mirarla y asentí.

-Claro, con tal de salir de aquí me vale.- la dediqué una sonrisa que me devolvió rápidamente, y unos minutos más tarde estábamos saliendo del edificio.

-Phil-

-Phil, este es Chris. Es de Harrogate, lo mismo le conoces.- Me dijo Mark mientras yo agarraba la mano de ese muchacho. Era de mi altura, quizá un poco más, aunque no tanto como Dan. Phil, para. Deja de pensar en él. Tenía unos ojos verdes brillantes, aunque con un leve toque cansado. Su piel era más morena que la mía, aunque no tanto como la de D-NO, PHIL. El chico me dedicó una amable sonrisa, que devolví inmediatamente antes de soltar su mano.

The Cat Whiskers ||Phan||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora