Eternamente (Alan Navarro, Jos Canela y _____)

Capitulo XIII: Un nuevo Jos.

______'s POV.

-¿Por qué demonios los invitaste a la fiesta?- Pregunté enfadada. Hace un par de minutos, Jos había invitado a la idiota de Becky y a Alan a la fiesta de Brayan y yo no tuve más remedio que pedirles con una enorme y falsa sonrisa que fueran. - Ni siquiera es tu fiesta José.

-Es en mi casa, así que tengo derechos- respondió encongiendo los hombros. Para el era demasiado fácil porque no estaba consumiendose en celos- Además, no entiendo porque estas tan molesta. Alan es tu amigo y Becky es demasiado buena contigo. Incluso me atrevería a decir que quiere ser tu amiga- Sonrió alegre.

- No se te ocurra volver a mencionarlo José Miguel- Sentí mi sangre hervir de sólo pensar que Becky y yo podríamos ser amigas.

-Esta bien, ya no hablemos de eso- Jos alzó sus manos en señal de derrota. Me giré y seguí caminando hasta el estacionamiento de la Universidad. Sentí un par de brazos alrededor de mi y un beso en el lóbulo de mi oreja que me hizo estremecer.

-Me excita verte enojada- Dijo Jos y me apretó más a él. Cerré los ojos al sentir a *su amigo* en mi trasero.

-Jos- su nombre salió más como un gemido.

-Señores Canela y Rojas- Escuche el grito del Director y abrí los ojos rapidamente- Dejen de tener esas actitudes indecorosas en los pasillos y vayan a tomar sus clases. - Asenti levemente e intenté caminar pero los brazos de Jos a mi alrededor lo impidieron.

-¿A donde vas pequeña?- Esta vez beso mi cuello repetidas veces. Este nuevo Jos me gusta.

-A... a clases. - dije tartamudeando.

-¿Tienes tu vestido preparado para esta noche?- Negué recordando que ni siquiera había ido al centro comercial a comprarlo. - Pues vayamos a comprarlo, hermosa.

-No tengo dinero- Había gastado todos mis ahorros en mi viaje a París.

-Bueno, eso no es problema para mi- El es dueño de una de las empresas más importantes no sólo de México, sino del mundo, así que el dinero no es un problema para el.

-Mejor vayamos a mi casa- Me di la vuelta y lo mire a los ojos- No te preocupes por el vestido, compre muchos en París. ¿Qué te parece si mejor me los pruebo y tu me dices cual te gusta más?- Recorrí su cuello y parte de su pecho con mi dedo índice.

-Eso me parece una mejor idea. - Me dio un beso lento y suave.

Caminamos de la mano hasta llegar a su hermoso Camaro y el, como todo un caballero, me abrió la puerta del copiloto y entre. El se subió del otro lado y condujo hasta mi casa. En el camino, puso un CD de Sam Smith (N/A: si no les gusta Sam Smith imaginen que es de su artista favorito) Y subió el volumen del radio. Coloque mi mano sobre la suya que estaba en mi pierna y lo mire fijamente.

Todo el es simplemente perfecto. Su cuerpo, su cabello, su rostro y ni hablar de sus enormes ojos. Me trataba como si fuera una princesa, siempre ha sido educado, caballeroso, comprensivo y tierno; pero su repentino cambio de actitud esta logrando que mi autocontrol se vaya al infierno. Paró en un semáforo en rojo, me miró y sonrió para después guiñarme un ojo, movió su mano lentamente hacia arriba y la dejó quieta en la parte superior de mis muslos, muy cerca de la zona más débil de mi cuerpo. Sentí un leve calor en donde me tocó. Me volvió a mirar y sonrió pícaro. Esa actitud es de la que hablo. Si pudiera lo tomaría aquí mismo.

Llegamos a mi casa y el rodeó el auto para abrirme la puerta. Después entramos a mi casa y lo tome de la mano para llevarlo hasta mi habitación. Cerré la puerto con seguro y comencé a besarlo con desesperación. El me tomó de la cintura y caminó de espaldas hasta mi cama, al llegar al borde, tropezó y cayó conmigo sobre él, reímos ante lo ocurrido y seguimos besandonos. Posó sus manos sobre mis caderas y las apretó con fuerza. Gemi de dolor, la vez que hice el amor con Alan, él me había dejado un par de moretones debido a la fuerza que empleó en su agarre sobre mis caderas.