Capítulo XXI

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Freddie's Pov

-No entiendo que es lo que tratas de hacer con mi primo- Dije una vez que salimos de la habitación. Había pasado un mes desde que Alan había despertado y hoy lo habían dado de alta del hospital, así que ahora se encontraba recuperándose en casa, todos habían regresado a sus actividades cotidianas, Becky y yo íbamos al colegio, nuestros padres habían regresado a Monterrey y _______... bueno, de _______ y de Jos no se sabía absolutamente nada desde aquel día en que Alan despertó.

-Es fácil entender Feddy, lo que quiero es hacer que Alan se olvide de _______.

-Pero no estoy de acuerdo con lo que haces- dije un poco enojado- pretender que ella nunca ha existido me parece algo vil. ¿Qué harás si el recuerda pronto?

-El médico dijo que pasarán años para que recuerde. Para entonces él y yo estaremos casados y nunca la buscará.

-Estas muy segura de tu plan- negué ligeramente con la cabeza- esperemos que _______ no aparezcan en cualquier momento y tire todos tus esfuerzos a la basura.

-Sólo dame tiempo para enamorarnos.- me dirigió una tierna sonrisa- No menciones a _______ para nada, por favor.- asentí. Después de todo creo que Becky merece estar con Alan.

_______'s POV.

Estaba recostada en la cama leyendo uno de mis libros favoritos. Últimamente no hacía mucho en casa, teníamos una sirvienta que hacia todos los quehaceres así que yo no tenía ni siquiera que mover un dedo. Ya no iba a la escuela porque Jos no me lo permitía, cuando se lo dije a papá, pensé que él hablaría con Jos para evitarlo pero en lugar de eso me sino que le alegraba saber que viviría con un verdadero "hombre". Creo que esta por demás mencionar que mi padre es un poco machista. No salía de casa a menos de que fuera con Jos.

Jos salió del baño perfectamente arreglado, se recosto poniendo su cabeza en mi estómago y permaneció en esa posición unos segundos. Coloque el separador de mi libro y lo deje en el buró a un lado mío. Mire los grandes ojos marrones de Jos, son hermosos. Puse una de mis manos sobre su pecho e hice pequeños círculos con mis dedos.

-¿Ya te vas?- pregunté con fingida tristeza porque lo cierto es que necesitaba un respiro de Jos.

-Si, princesa. Tengo que ir a arreglar un par de asuntos pero mañana mismo vengo por ti.

-¿por que tenemos que irnos a vivir a Alemania? -pregunté por enésima vez.

-Ya te lo dije _______, tengo que administrar personalmente la nueva sucursal que abrimos allá, además estoy intentado cumplir tu sueños de vivir en otro país.- suspire.

-¿A que hora vendrás por mi?

-A las nueve de la mañana tienes que estar lista para que nos despidamos de nuestra familia.- asenti ligeramente. Jos recibió una llamada y salió de la habitación para contestar.

Me levanté de la cama y fui al closet para buscar que ropa ponerme puesto que aún estaba en pijama. Hacía demasiado calor, así que busqué entre las decenas de vestidos que Jos me ha comprado. Mientras miraba, Jos volvió a entrar a la habitación y me abrazó por la cintura. Hizo mi cabello a un lado y comenzó a dar pequeños besos y mordidas desde el lóbulo de mi oreja hasta mi hombro. Cerré los ojos disfrutando de las caricias de Jos, pase uno de mis brazos hacia atrás para acariciar su cabello. Una de sus manos se deslizó por el elástico del short de mi pijama y de mis bragas y comenzó a tocarme. Al sentir sus hábiles dedos acariciar mi clítoris, mi espalda se arqueo hacía atrás y un gemido salió de mis labios.

Cuando estaba a punto del orgasmo, el paro y me dio la vuelta bruscamente. Me besó con pasión, con intensidad. Colocó sus manos en mi trasero y me levantó con facilidad, enrredé mis piernas en su cintura y el caminó conmigo hasta la esquina más cercana de la habitación. Allí me recargo en la pared, me bajó para quitarme las prendas interiores que me cubrían de la desnudez y el se bajó la bragueta de su pantalón y saco su virilidad. Después, en un rápido movimiento volvimos a estar en la posición inicial y el me penetró. Sus embestidas eran salvajes, sólo se escuchaban gemidos por toda la habitación. Me aferre a su espalda cuando el orgasmo estaba cerca. Él me miro, sus ojos oscuros por la excitación, me besó nuevamente y sobre mis labios artículo un "Te amo" casi inaudible justo antes de que los espasmos hicieran vibrar a todo mi cuerpo, segundos después fue su turno de terminar, su cabeza cayó sobre mis pechos y yo sentí un líquido que viajaba en mi interior y entonces abrí los ojos de golpe.

-¡Jos!- Exclame alarmada.

-Dime- dijo agitado y levantando su cabeza con dificultad.

-Lo hicimos sin condon- dije asustasa, el salió de mi y me puso en el suelo.

-Eso no tiene nada de malo, vivimos juntos y pronto nos vamos a casar, además yo quiero un bebé.- Abrí mis ojos más.

-Pero yo no quiero uno- le grite. Él, tranquilamente, se arregló el pantalón y se acercó a mi.

-Esas decisiones tampoco las tomas tu.- me besó y se fue.

Me metí al baño para darme una ducha rápida. Mientras el agua caía por mis hombros, pensé en lo que había dicho Jos. No entendía porque me trataba así, como si yo fuera su esclava sexual o algo así. Si, era tierno y cariñoso como antes, pero ahora era posesivo y yo no tenía ni voz ni voto en esta casa. Lo único que yo podía decidir era que comeriamos hoy.

Me resultaba muy difícil esta situación. Yo amaba a Jos, pero no podía soportar seguir viviendo así. Todo sería por Alan, para evitar que le hagan daño.

Tenía un mes desde que no veía a Alan. Mañana me iría a Alemania y tal vez jamás vuelva a saber de él. Decidí ir a verlo.

Salí del baño y me coloque un vestido de flores y unas Vans negras. Me arreglé el cabello y me maquille ligeramente.

La señora Cleotilde estaba en la cocina preparando la comida, seguramente. Me acerqué y hable con ella.

-Doña Cleo.

-Dígame señorita, ¿se le ofrece algo?.

-No... bueno si- dije nerviosa, jugando con mis manos- Es que quisiera que usted me dejará salir y que no le diga nada a mi novio.

-¡Ay! Senorita- se mostró pensativa- esta bien, la dejaré salir sólo porque no estoy de acuerdo con lo que el joven le hace- sonreí ampliamente- pero con la condición de que este aquí esta misma noche.

-Gracias doña Cleo- la abracé con fuerza y tomé las llaves que ella me extendía para salir rumbo a mi destino, el hospital en donde estaba internado Alan.

Hola!

Al fin actualicé después de meses.
Estoy muy feliz de saludarlos y quiero agradecerles por sus votos en esta historia, verdaderamente estamos creciendo comparado a las expectativas que yo tenía.
Más de 3K leídos y casi 300 estrellitas. Muchas gracias chicas y chicos.

Esto es todo de mi parte. Las amo.

Sofía.

Eternamente (Alan Navarro, Jos Canela y _____)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora