Capítulo 1.

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*Melanie

Mi último año de preparatoria acaba de comenzar, es la segunda semana de clases cuando mi profesor de algebra me cita en su oficina al terminar el día y me dirijo a ella (sin ganas de hacerlo) en cuanto el timbre de salida suena.

- ¿Para qué crees que te llamo? - Pregunta Ana S.

- Seguramente para felicitarte por pasar algebra en segunda oportunidad.- Interrumpe irónicamente Ana K.

- Da igual, solo espero que no sea nada importante.- Me encojo de hombros.

- Si te llamo debe ser algo importante, tal vez se dio cuenta de que eres un genio.- Dice Ana S.

- Gracias, supongo... Pero definitivamente no es eso, si fuera así no hubiera reprobado, daah.- Niega con la cabeza siguiéndome la risa.

- Como sea ¿segura que no quieres que te esperemos? - Ana K. nos interrumpe, mirándome con preocupación, a veces actúa como una mamá.

- No es necesario, solo caminaré a casa, está bien.- Ambas asienten.

- Bueno, entonces nos vemos mañana.- Muevo la mano apurándolas a salir y sonríen al dejarme en medio del pasillo que está casi solo, no las culpo, todos odian estar en la escuela cuando regresamos de vacaciones, es como cuando bajas de una montaña rusa con muchas curvas, en un minuto estabas divirtiéndote al sentir la adrenalina producto del vértigo por las alturas y después sientes las piernas temblorosas con esa horrenda sensación en el estomago acompañada de ganas de vomitar, en fin, regresar a clases es como tener nauseas hasta que vuelves a la rutina.

Suspiro mientras las veo alejarse, son mis mejores amigas, aunque entre ellas son mas amigas entre sí que conmigo, se conocen de toda la vida y no es porque sean gemelas como piensa la mitad del colegio, solo comparten el primer nombre (Ana Sophia y Ana Karla), cumplen años el mismo mes, ambas tienen el cabello castaño, la piel bronceada, las dos miden 1.73, viven a dos calles de distancia y son inseparables desde que las conozco, pero también tienen varias diferencias como el color de ojos, la forma de sus narices y... Bueno, ahora no se me ocurre ninguna otra diferencia porque a ellas les gusta parecerse, solo sé que ambas son las mejores amigas que alguien puede tener, me apoyan en todo y siempre están ahí cuando las necesito, me dejaron llorar con el corazón roto en sus casas cuando termine con mi primer novio hace más de un año, compartimos la varicela cuando teníamos 9 y me ayudan a teñir mi cabello cada mes, mis padres las aman y si no fueran tan buenas conmigo habría dejado de hablarles solo para molestar a mis padres.

- Disculpa.- El conserje me saca de mis pensamientos, acaba de dejar caer un trapeador tan cerca de mis pies, hubiera sido más amable empujarme para que él pueda limpiar, ahora mis zapatos están mojados, pero bueno, fue mi culpa por quedarme parada a mitad del pasillo.

- Lo siento.- Me giro y camino unos metros hasta la oficina del profesor, tomo aire y toco la puerta.

- Adelante.- Escucho su voz en interior y abro la puerta sin evitar sentirme sorprendida de ver al fantástico Joe sentado frente a su escritorio.

*Joe

- Tome asiento señorita Arias.- Le pide el profesor y se sienta a mi lado evitando mi mirada mientras abraza su mochila y juega con sus manos.

- ¿Para qué me llamo? - Pregunta en voz baja.

- Cuando presento la segunda oportunidad para poder aprobar algebra el año pasado sus padres se reunieron conmigo, ¿recuerda? - Ella asiente.- Ellos no estaban conformes con su calificación y para dejarlos tranquilos quedamos en asignarle un tutor, por eso el joven Person está aquí.- Me señala, gira su cabeza bruscamente para verme con los ojos totalmente abiertos, suelta un leve quejido de sus labios y le regalo una sonrisa antes de que pose su mirada de nuevo en el profesor.

Melanie & JoeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora