De vida desconocida que muchos aseguran existen, como yo. Pero otros, en cambio, creen que es solo un mito. Claro, cada uno tiene una manera diferente de referirse a los seres mágicos y, en especial: a los duendes. Esos pequeños seres que viven en los mundos rurales, en los montes y bosques más espesos que atormentan a los humanos. Son flacos y con extraños sombreros en punta; vestidos con las jardineras del olvido, no miden más de un metro, que es lo máximo que alcanzarían.
Algunos niños, sin acordarse, han tenido su infancia marcada con ellos, jugando hasta casi perderse en las profundidades de su conocimiento parcial; pero no siempre aparecen en la infancia de los pequeños porque necesitan de una reina que acompañe al Duende Líder (que a veces son todos) ya que las mujeres advierten de los peligros que acechan los bosques, conocen cada trampa que su humanidad crea con el fin de cazar animales. La elegidas deben beber una poción hecho por las Hadas para que vivan los quinientos años de vida y puedan reinar con su futuro esposo. Con una relación entre humanos y duendes, sus hijos son una extraña creación muta génica. Un Hibrido que vive de manera diferente, puesto a que es más alto que todos los demás. Ellos no salen de su escondite, protegidos en todo momento de quien fuera su familiar humano. Ese príncipe siempre muere muy joven por malos cuidados.
Los duendes son solo hombres que consiguen una reina, el engendro que se procrea muere y el Duende Líder sigue solo con la reina sin tener más hijos (Si se tiene uno, nace como un duende cualquiera) hasta que muere, pasan a lo menos unos quinientos años y otro continúa su lugar. Siempre ha gobernado un duende ya que ningún hibrido pudo lograr vivir hasta su madurez. El único humano que sobrevivió a los ataques minuciosos de su misma condición y reinó por los quinientos años fue Esteban Sora, príncipe de uno de los miles de grupos de duendes que existen, ha pasado toda su vida bajo los mandatos de su Padre. Su Madre, una humana raptada por los duendes, no se aleja de él dándole amor cada vez que puede, aun sabiendo que tiene más de la mitad de su adolescencia hecha y no es un bebé. Aquel ser no tiene hermanos, juega con todos los niños que viven en las casuchas mal hechas de los campos; pero después no le recuerdan. Muchacho de cabello café oscuro con algunas tonalidades moradas y verdes que sobrepasa sus hombros, lleva una polera blanca y pantaloncillos cortos, toda sucia malgastada y descuidada, aunque con polerones robados de alguna casa que queda cerca. Tiene botas rojas muy grandes y un gorro de duende del mismo color. En su cuello cuelga un collar hecho por un hada y le da poderes que los duendes tienen porque nació con un defecto nunca antes visto: su sangre es completamente humana. En su cintura lleva un cuchillo pequeño en caso de peligros. Por su parte humana tienen una mal formación, en donde la mano derecha es frágil y delicada y la otra muestra unas temibles garras que esconde bajo un guante de seda rojo, creado con el propósito de ocultar el peligro de sus gigantescas uñas y es que cuando nació se hirió la cara con la mano mutante y ahora en su frente se esconde la cicatriz de la niñez. La seda fue hecha por las brujas, es inexistente en el mundo, ya que ninguna mente podría crear la fuerza de una fina tela contra las garras de potencia ilimitada.
Al principio las brujas creían que sería como un duende, pequeño y horripilante; al momento de nacer aún pensaban en la posibilidad de que no crecería y estaría perdido en la vida de un engendro humano, con manos y piernas diminutas y chuecas; pero a la edad de cinco años era del porte de su padre, ya cuando cumplió sus doce años era un temible gigante. Debía caminar con las piernas muy abiertas y en puntas para no pisar, con sus enormes pies, a su familia.
Escuchaba bien atento las historias de su madre: la televisión, el teléfono, la luz y miles de cosas que desea tocar. A parte de hablar con ella, también hablaba con las brujas y las hadas; a veces con las ardillas y los picaflores, era bastante minucioso y quería conocer cada parte del mundo porque, según su madre, donde viven es un estrecho lugar a lo que puede llegar a ser todo el planeta. Sabía que nació con mala suerte y cada vez era mucho peor, sus Padres han muerto por una enfermedad contagiada por los humanos. Necesitaba encontrar a una esposa cuanto antes o de lo contrario los duendes le matarían y elegirían otro líder. Está en apuros, pues quien elige a su esposa es su Padre, ahora la elegirán los demás duendes y si no encuentran a una mujer, su vida se irá como la de todos los otros engendros que no llegaron ni a la edad de dieciocho años.
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Lo de Allí
Romance“El hablar de amor resulta ya muy repetitivo, pero por alguna razón es casi imposible de no prestarle atención. Las historias de amor son indolentes y frágiles. Son traicioneras y recelosas. Y todo eso es mágico. Ría Kim es una muchacha cualquier...