Imsomnio

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El viento golpeaba violentamente las ventanas de mi habitación haciendo que me sobresaltara de vez en cuando mientras editaba los videos que debía subir hoy mismo. Pronto una llovizna hizo acto de presencia para convertirse a continuación en una feroz tormenta. De verdad me estaba empezando a inquietar, y es que una simple lluvia resultaba algo reconfortante de escuchar, pero el sonido que provenía del exterior era como para empezar a preocuparse. En todo el tiempo que llevábamos viviendo en L.A. jamás había presenciado una tormenta similar.

Terminé por fin de editar el video por lo que lo dejé subiéndose a Youtube y me recosté sobre la cama al tiempo que leía comentarios de twitter en el móvil. Pasaron unos cuantos minutos y el único sonido que podía escuchar era el repiqueteo de la tormenta sobre mi ventana. De seguro mi compañero de piso seguía encerrado en su respectivo cuarto editando algún video puesto que la casa permanecía en perfecto silencio. Pronto me aburrí y dejé el móvil sobre la cama. Revisé si el video se estaba subiendo correctamente y salí de la habitación. El pasillo que se dirigía a la cocina estaba en completa oscuridad por lo que el resplandor al final de éste se dejaba ver con claridad. Caminé en silencio hasta la sala para ver de dónde provenía esa tenue luz hasta que me topé con un Willy dormido y acurrucado en el sofá como un niño pequeño. Sonreí ante esa escena que me pareció por demás tierna y me acerqué para apagar el televisor que había quedado encendido. Volví a mi habitación y tomé mi manta favorita, aquella color morada que tanto me gustaba y me dirigí nuevamente hacia la sala. Willy seguía entre los brazos de Morfeo, soñando vaya uno a saber qué cosa. Me quedé admirándolo más de lo debido hasta que caí en la cuenta de que aún llevaba la manta en la mano, por lo que lo cubrí con ella con cuidado de no despertarlo. Willy se removió un poco debajo de la manta y entreabrió los ojos para encontrarse conmigo en frente, observándolo descaradamente. Qué pensaría de mí el pobre chaval!

-¿Qué hora es?- preguntó Willy restregándose los ojos para acostumbrarse a la tenue luz que provenía de la lámpara de mesa.

-Las 2 de la madrugada.-Me senté a su lado puesto que él también se sentó.-No se cómo puedes dormir con todo el ruido que viene de afuera. Pareces un oso hibernando.-Comenté riendo.

-No me despiertan la tormentas pero si los pringados.-Respondió uniendo su risa a la mía.

Permanecimos así por un buen rato, solo hablando y comentando lo que habíamos hecho en el día. No sabía decir con exactitud cuánto tiempo permanecimos así o cómo es que terminamos ambos acurrucados debajo de mi manta morada muy cerca el uno del otro. Tenerlo tan cerca hacia que una extraña electricidad recorriera mi cuerpo y se concentrara en mi estómago. Y es que hasta ese momento no había querido admitir que este chaval, mi compañero de piso, mi mejor amigo, provocaba en mí más de mil y una sensaciones. No era un simple cariño de ese que se tienen los buenos amigos, era un sentimiento mucho más complicado de explicar el que sentía y es que ni siquiera yo mismo sabría definirlo con exactitud.

El sueño amenazaba con vencernos a ambos en cualquier momento, pero seguíamos riendo y hablando sobre cualquier cosa que se nos ocurría. Jamás se nos acababan los temas de conversación, nos teníamos la suficiente confianza como para hablar de cualquier cosa que se nos pasara por la cabeza. Nuestras voces cada vez se escuchaban más bajas y nuestros cuerpos se acurrucaban un poco más. Pronto su cabeza estuvo perfectamente ubicada sobre mi hombro y mi brazo izquierdo rodeando su cintura, atrayéndolo un poco más cerca si es que eso era posible. A punto de quedarnos dormidos un estruendo hizo que nos sobresaltáramos. En algún lugar cercano cayó un rayo que provocó que la luz de nuestro pequeño departamento se fuera abruptamente y nos dejara envueltos en total y completa oscuridad.

No pude evitar aferrarme un poco más a Willy. No era que la oscuridad me asustara, pero tampoco me agradaba demasiado no tener electricidad a mi disposición.

-¿Volverá pronto la luz?-Preguntó Willy, aún con la voz media adormilada en medio de un bostezo.

-Espero que sí.-Respondí sincero.-No me entusiasma la idea de quedarme a oscuras mucho tiempo.

En ese momento Willy pareció percatarse de que mi brazo aún rodeaba su cintura por lo que se removió en el lugar algo nervioso. Yo por mi parte me aparté bruscamente sin quererlo del todo y me dispuse a inventar alguna excusa para escapar de aquella situación. Por más que sintiera algo más que amistad por él, me negaba a dejar que nuestra amistad se arruinara por mi culpa.

-Mejor me voy a dormir, quizá pueda conciliar el sueño de una vez.-Dije al tiempo que me levantaba del sofá.

Ni siquiera esperé respuesta alguna, me escabullí por la habitación tratando de no llevarme nada por delante y llegar a mi habitación lo antes posible. Me recosté sobre la cama, aún un tanto nervioso. ¿Y si Willy se daba cuenta de lo que sentía? No podía arriesgarse, no quería. Si bien ambos tonteabamos con el dichoso tema wigetta mientras grababamos videos o incluso, a veces en la vida real, yo muy bien sabía que todo eran simples bromas, ¿o no? Al menos para Willy lo eran.

Bien sabía que esa noche precisamente volvería a tener insomnio, ese que siempre aparecía cuando me asaltaban las mismas dudas.

Habrían pasado veinte minutos quizá cuando la puerta de mi habitación se abrió lentamente, como no queriendo hacer ruido. La cama se hundió a mis espaldas por lo que me di vuelta.

-Willy, ¿pasa algo?-Le pregunté algo preocupado.

-N-nada, es, es que no puedo dormir.-Hizo una pequeña pausa.-Perdón, pensé que quizá estabas despierto.-Dijo mientras se levantaba de la cama, como debatiéndose entre decir y no decir algo más.

-Tranquilo, no estaba durmiendo, otra vez el insomnio.-Dije algo resignado.-Ven. –Le di una palmadita al costado de mi cama, invitándolo a recostarse.

Willy obedeció como niño pequeño y se acostó a mi lado, manteniendo una distancia prudente.

-¿Qué es lo que no te deja dormir?- Me preguntó volteando a verme aunque no hubiera luz, lo supe porque sentí su voz más cerca, casi susurrándome al oído.

Y aquella era la pregunta del millón verdaderamente. Ni siquiera yo sabía muy bien qué responderme a mi mismo y Willy intentaba que le explicase a él. Justo a él, que de él todo el asunto se trataba.

-Mmm, no lo se en realidad, es todo muy confuso, todo esto.-Esas últimas dos palabras fueron pronunciadas casi en susurro. Willy pareció entender al instante a qué me refería.

-Sí que lo es- Dijo, tomando mi mano izquierda entre las suyas.

Otra vez esa extraña corriente eléctrica recorrió todo mi cuerpo y en un instante de pura valentía volteé hasta quedar a escasos centímetros de su rostro.

Nuestras respiraciones eran todo el sonido que podíamos escuchar en ese momento entremezclándose con el sonido de la lluvia.

Ambos nos acercamos solo lo suficiente como para rozar apenas nuestros labios. Bastó solo aquello para ganarle a mis miedos y en un acto de locura me atreví, por fin, a probar uno de sus besos, aquellos con los que tanto habían fantaseado en mis noches de insomnio.

No podría decir cuanto tiempo estuvimos inmersos en aquel beso pero de lo que si estaba seguro es de que ambos estuvimos esperando este momento demasiado tiempo.

La claridad del día se filtraba por la ventana de la habitación iluminándola a medias. ¡De seguro me había quedado dormido y yo con tantos videos por grabar! Hacía tanto tiempo que no dormía tan bien y sin despertarme a la noche que ya ni recordaba esa sensación. Me dispuse a levantarme pero algo me lo impidió, mejor dicho, alguien. Willy me tenía totalmente envuelto entre sus brazos mientras su cabeza descansaba cómodamente sobre mi pecho. Las mil y una sensaciones que este chaval provocaba en mí eran inexplicables, me asustaba realmente necesitar y querer tanto a alguien de esta manera en la que lo hacía pero aún así, no podía evitarlo.

Decidí que mis obligaciones podrían esperar un rato más, solo me dedicaría a vivir ese pequeño momento de felicidad que, gracias a la tormenta, había aflorado.

-Quiero despertarme así todos los días.-Dije en un tono que creí que era apenas audible.

-Yo también.-Dijo Willy, acurrucándose aún más entre mis brazos si es que eso era posible.


One shots wigettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora