Prólogo

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   Era divertido pensar en la situación que me encontraba, quien hubiera creído que después de todas las guerras, explosiones y muertes; esto acabaría así. Sin duda mi fin no era el más digno de todos, pero lo que les puedo asegurar es que descansare en paz sabiendo que él está a salvo. Sentía lagrimas calientes caer por mis mejillas, no solía llorar era fuerte como una roca, no tenía debilidades –excepto él- . Había sido criada para soportar el dolor, mis padres me enseñaron que no importa lo que sucediera siempre debía mantenerme fuerte, claro después de ver mi madre morir en los brazos de mi padre a la corta edad de los doce años debió haber sido el punto decisivo en mi vida en el cual comprendía que nada podía doler más. Mi madre lo era todo para mí. Ni siquiera pude despedirme, ellos solo me habían dicho que corriera al escondite del armario apenas habían escuchado el sonido de la explosión y vidrios rotos que se desperdigaron por el suelo del piso superior de nuestro hogar. Sabía que al entrar al escondite tendría que presionar el botón rojo que se encontraba en el suelo. Mis pies desnudos resonaban en el suelo frió de mármol, todo sucedió muy rápido. De repente ese monstruo apareció, no era un humano, recuerdo cerrar mis ojos escondiendo mi cabeza entre mis rodillas repitiendo en mi cabeza que todo estaría bien. Cuando escuche el grito ahogado de mi madre junto a un golpe seco, la respiración pesada de mi padre y los sonidos inhumanos de esa cosa se podían escuchar en toda la casa, sentí que ese era el final para todos. ¡Era insoportable! Abrí mis ojos forzándome a ver, debería haber peleado con ellos.

   Pude observar la sombra de mi padre en el suelo abrazando el cuerpo sin vida de mi madre, mi cuerpo estaba rígido y no podía respirar. Cuando el monstruo se abalanzo a por mi padre sentí un grito escapar de mi garganta, la relación con mi padre era un poco complicada pero no para desearlo muerto. Entonces sucedió, la sala se llenó de sombras. Supe por la cantidad y los sonidos de disparos que eran de los nuestros. Habían salvado a mi padre... Me habían salvado... Pero mi cuerpo seguía sin querer responder, estaba petrificada y nadie me podría engañar. Mi madre había muerto. Observé a mi padre acercase al armario, abrir las puertas y agacharse para cargarme en sus brazos apretándome fuertemente contra su pecho. Jamás había sentido que mi padre me abrazara así. Él siempre estaba fuera de casa y cuando estaba era frió conmigo. Nunca entendí por qué hasta hace unos meses de mi vida.

   En fin esa es otra historia nos concentraremos ahora en el presente bueno en el casi último momento de mi corta vida. Por lo menos había llegado a cumplir la mayoría de edad y estos últimos meses había estado agradecida por todas las memorias que ahora poseía, gracias a él, mi fuerza, mi salvador. Pero ahora los roles habían cambiado yo era su salvadora. La verdad él se había metido en lo más profundo de mi duro ser, comprendió mi actitud y me hizo caer profundamente enamorada. Si, lo gracioso de este momento de reflexión en los últimos minutos de mi vida era el admitir que estaba profunda y locamente enamorada de él. Después de haberlo negado más veces de lo que puedo contar con mis dedos que ahora estaban inmóviles, nadie podría nunca encontrarme, era inútil luchar. Al fin la cazadora estaba presa. Presa por un enfermo que grabaría mi muerte y difundiría el vídeo a todos en el mundo como una advertencia. ¿Cómo había sido tan ingenua? habían encontrado mi debilidad y me habían torturado con eso, había engañado y traicionado a mi equipo para poder mantenerlo a salvo.

   Me decía a mí misma que era por el bien de los demás. ¡El mundo lo necesitaba! Él era el agente más fuerte y valiente que había conocido jamás. Y sabía que los iba a derrotar por completo. Ya que yo no pude lograrlo... Él lo haría. Claro primero debería de enterarse de mi muerte pero sabía que no iba a demorar en descubrirlo. Lo que me dolía y la razón por la cual lloraba era que había sido injusta con él y conmigo misma.

   Solo cerré mis ojos al sentir el clic del arma completamente indefensa y rendida ante los brazos de la muerte.

   Espero que él algún día me perdone y también espero que sí existe una vida después de la muerte, mi madre espere a por mí.

   Este era el fin.

THE RECRUITMENTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora