Hidden

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Las noches después de ser Capitana, nunca fueron las que Kate se esperaba. Papeleo, y más papeleo. No tenía tiempo para dormir o para pasar tiempo con Castle. Era la primera en llegar a la oficina y la ultima en retirarse.

Los lunes en la noche, siempre estaban llenos de casos. Esta vez, aunque algunos detectives aún tenían su pizarra encendida, ella decidía volver a la oficina y relajarse un poco.

Observo unos segundos el ''Capitana Beckett'' que adornada la mesa y rio, viendo transcurrir su vida delante de sus ojos. Se giró para el pequeño mueble negro de atrás y se sintió un sonido cálido de unos nudillos chocar contra el cristal de la puerta del despacho.

- Pase - dijo pero después no sintió más ruido. Espero unos segundos para volver a girarse. - ¿Castle? ¿Qué haces aquí? – observo como las cortillas ya estaban cerradas, al igual que la cerradura.

- Pasar tiempo con mi esposa. – se acercó. Sus manos lograron la perfecta posición alrededor de la cintura de Kate. – Siento como si no te hubiera visto en una eternidad. – la beso.

Sus labios fueron agresivos desde un principio, provocando un sonido delicioso para sus oídos. Al solaparse, Castle mordió el labio inferior de Beckett. Esta gimió.

- Vodka, ¿no? – pregunto y Rick rio.

La lengua traviesa de Kate roso el labio de Rick, al entrar. Se encontraron y se disfrutaron. Conocían ese camino, y lo demostraban.

Las palmas calientes de Caste se encontraban tocando terreno peligro. Bajaron, acariciando su trasero. Lo apretó contra su cadera para que pudiera sentir su creciente erección. Becket volvió a gemir.

- Estamos en la oficina.

- ¿Y?

- Aún hay...personas. – pudo decir, entre besos, junto con su agitada respiración.

- Entonces tendrás que ser silenciosa, amor.

Y acto seguido la levanto y se la enredo en la cadera. Ella coloco sus pies alrededor, hasta llegar a la mesa. Castle agarraba a Beckett con una mano, a la vez que la otra le hacía espacio en el mármol, logrando que los papeles cayeran al suelo y que un pequeño sonido se volviera a sentir en aquel ambiente silencioso.

La coloco y continúo devorando sus labios. Tiro el chaleco gris, pero noto que sus músculos estaban tensos y su corazón latía deprisa.

- Relájate... – le susurro en la oreja, para después besarla y morderla. Le hizo caso a Castle, y sus manos también empezaron a formar parte del juego. Botón a botón, dejo su pecho al descubierto. Lo acaricio.

Rick no se resistió, y sus manos tocaron los pechos de Beckett, debajo del sujetador. Mordió su propio labio inferior al sentirlas chocar con la piel de Kate. Rozo uno de sus pezones, logrando que un escalofrió recorriera el cuerpo de Beckett. Jadeo y dejo que Rick jugara con ellos, dándole pequeños pellizcos, succionándolos.

Ahora era su turno, Kate fue desabrochando el pantalón negro de Castle, pudiendo ya sentir su eminente erección. Mediante la tela de su apretado bóxer, tomo su miembro y lo apretó, mientras de que su boca lograba un camino, casi perfecto, alrededor de su cuello y oreja.

No resistió más y acarició la punta de su sexo, logrando que fuera ahora Rick quien gimiera. Cada quejido hacia que se excitara más.

Castle al ya conocer su próximo pasó, quito la mano de Beckett y dijo:

- Todavía no. Me toca a mí. – acaricio su muslo y levanto su saya lo suficiente para poder ver su braga azul de hilo. – Siempre quise hacer esto.

Acto seguido su mano ya estaba delante del sexo de Kate. Provoco un cosquilleo por todo su vientre al rozar sus pliegues.

Dos de sus dedos entraron en círculos, de adentro-afuera, logrando que Beckett se arqueara y jadeara unos segundos. Castle la aguanto con la mano restante, cuidando de ella. Cada vez, aumenta más el ritmo, haciendo que Kate perdiera sus sentidos.

- Beckett? – pregunto Ryan.

- Le hizo una señal a Castle para que no hablara, pero él estaba pendiente en solo darle placer. – Si, ¿Qué sucede?

- Nada, Espo y yo ya nos vamos, era para saber si te esperábamos o no.

- Castle siguió con el trabajo, logrando que la voz de ella se oyera ronca y ahogada. Lo miro y gimió su nombre bajito. El paro el movimiento de sus dedos, logrando que ella ahora sí que quisiera matarlo. – No, todavía tengo bastante papeleo, mañana nos vemos.

- Hasta mañana. – los dejo solo.

La erección de él rozó directamente su sexo, pero después se separó un poco.

- ¿Qué haces? – si la dejaba si, prometía cortarlo en pedacitos y tirarlo al mar.

- Nada, solo observar el poder que tengo en ti y... - Beckett maldijo, pero en un solo movimiento sus piernas lo atrajeron. Sus manos se colaron entre su cabello, el cual agarro con fuerza para poder besarlo salvajemente, sin dejar que escapara otra vez.

- No vuelvas a hacer eso. – dijo y mordió su labio.

- ¿Ah si? - Y la penetro sin aviso, logrando que ella se apretara a su cuello y el agarre que había logrado se desvaneciera en el momento en que sus piernas se volvieron locas. Un gemido salió sin aviso. - ¿Qué te dije? – volvió a devorar sus labios para calmar sus gritillos.

El ritmo de las embestidas aumentada, a la vez que Kate clavaba su uñas en la espalda de Rick. Ambos aferrando su placer en los hombros y labios del otro.

Ninguno quería cesar con las emociones que causaba el calor en el ambiente y el miedo a ser descubiertos, pero el sudor lograba que Beckett se resbalara por su piel.

Kate apretó sus músculos, presionándolos así sobre su miembro, para producirle más placer y llegar juntos a ese punto, donde se sintieron plenos y complacidos.

Ella aun seguida unida al cuerpo de Castle, a la vez que las penetraciones disminuían de frecuencia y su respiración entrecortada terminaba en el cachete de él.

- Increíble... - ambos dijeron a la vez, cuando se dejaron caer en sus propios cuerpos húmedos.

One Night Stand With Your HusbandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora