Capítulo 4

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Se va acercando a mí hasta que...

- No, no puedo joder -Dice mirándome y apartándose-

- Adri... yo mejor me voy... Adiós.

- No, espera, Paula -Me agarra del brazo y tira de mi, haciéndome pegarme a él-

- Que no joder, que me dejes ya -me suelto de su agarre y me voy-

Pequeñas lágrimas recorren mis mejillas, ¿por que lloro?

Camino por la acera, una mano tira de mí metiéndome en un callejón, me tapan la boca y me susurran un "shhh"


Narra Dani

Ainhoa y yo hemos estado hablando todo el camino.

Jesús se fue por un camino, y ella y yo estamos dando un pequeño paseo.

Me encanta como es, su carácter, su forma de ser, ella es un poco, lo que se dice, pija.

Pero a la vez agradable, amable, sincera...

Son tantas las palabras para un ser tan pequeño pero a la vez tan grande como ella.

- En que piensas dani? - me sonríe, me sonrie como ella solo sabe-

- En mi vida

- Y que hay de tu vida?

- Que ahora mismo está a mi lado hablándome

(...)

Narra Jesús

Joder, joder,  joder.

Están a punto de besarse

No.

No.

No.

Espera, espera, se acaba de apartar?

Aparto un poco las hojas del matorral en el que estoy escondido y  miro mejor.

Paula está llorando.

Hijo de puta, que coño le habrá hecho a Paula...

Paula sale corriendo y yo me voy de mi escondite

(...)

- Shhh

Ella se mueve un poco, dejo que vea mi cara y se tranquiliza

- Por que lloras?

- Nada que a ti te importe, no?

Agacho la cabeza, me siento gilipollas la verdad.

- No, no, perdón jesus, no estoy bien, y contesto mal...

Me levanta la cabeza y me cruzo con sus ojos brillantes llenos de lágrimas.

Me da un coraje esta situación, ella llorando por un puto tio, dios no.

- Paula, que coño ha pasado con Adrian que lo reviento?

- Jesús, nada, una tontería, me voy

- Te juro que lo mato eh

- Ya... haz lo que quieras, simplemente, ya me da igual todo... - se le escapa una lágrima y se va corriendo, pero no me da tiempo a detenerla-

No voy a hacer nada, por paula, se que si le pego empeorare las cosas

Pero odio ver así a Paula

Ella parece tan fuerte ante todos, tan borde, tan feliz, pero por dentro es la persona más insegura, mas sentimental, mas triste del mundo.

Y ya  no sé como demostrarle que llevo enamorada de ella desde que la vi por primera vez, con sus dos coletas, su muñeca, en el parque.

Cuando se fue a Canarias me derrumbé, pensé que nunca más la volvería a ver, y ahora que la tengo aquí de nuevo, un tío la amarga.

No puedo verla así...

(...)



Juntos de la mano.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora