Capítulo 2

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-¿Triste?
Entonces relinchó. Mary subió al caballo y se acercó hacía el resto de animales de la granja.
-Pórtense bien, y mucho cuidado con el río, sobre todo en época de lluvia. Ya saben que el barro es traicionero y pueden quedar atrapadas. Y tranquilas, que no estoy tan loca como para dejarlas solas durante mucho tiempo. Tendré visita pronto.
Todos los animales en mudecieron, y Mary entendió que era el momento de cabalgar.

Samuel, desde el porche de su granja, vio una nube de humo acercándose por el camino.
-¿Mary?
La joven se desmontó del caballo, que trotó hacía el campo, sumergiéndose en un mar de hierbas altas, verdes y brillantes.
-Buenos días, Samuel. ¿Eso que bebes es café?
Mary le cogió la taza humeante y le dio un sorbo. Después se la devolvió y caminó al interior de la casa. Samuel entornó su mirada y la siguió.
-¿Se puede saber que haces aquí? Imagino que no has venido desde tu granja a desayunar.
La joven ya se había untado unos pares con meremela, mientra terminaba de servirse un zumo.
-No, Samuel, aunque debería haberlo hecho más a menudo. Voy a echar de menos tu pan de centeno.
Samuel se sentó frente a ella.
-¿Echar de menos? No comprendo.
-Samuel, he venido para pedirte un favor. Un grandisimo favor.
El joven tragó saliva, con serias dudas de querer escucharlo.
Mary, sin embargo, no parecía preocupada en absoluto y masticaba y bebía zumo y leche sin parar.
-Bueno, me lo vas a contar?-preguntó Samuel.
Mary tragó como pudo.
-Te regalo mi granja-dijo ella con la mirada iluminada.
-¿Qué?-

A♥Marte/#Wattys2015Donde viven las historias. Descúbrelo ahora