Capítulo 3

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-¿Es genial, verdad? No me des las gracias...
-¿Las gracias? No, no, no, no, no. A ver, ¡no ne vas a regalar tu granja!
-Sí, lo voy a hacer-dijo Mary segura de sí misma, prigando de mermelada otra tostada.
-Pero, ¿por qué?
-Porque ya no voy a volver...¿te parece una razón suficiente? Los animales necesitan cuidados y no me los puedo llevar conmigo, no me lo permiten. Ah, por cierto, también te quedas con el caballo.
-No, eso sí que no, el caballo no. Espera, espera..., sigo sin entender bien todo esto. ¿Me estás diciendo, o al menos eso intuyo..., que ya no vas a volver?
Mary afirmó y negó con la cabeza en dos tiempos.
-Así es. Por cierto, necesito que me prestes tu furgoneta.
Samuel resopló, clavando los codos en la mesa.
Después inspiró profundamente y la miró fijamente.
-¿Y adónde vas si se puede saber?
-A Marte-respondió sin dar demasiada importancia a hacer un viaje interplanetario.
-A Marte..., muy bien. Mary Ackerson, creo que la gente del pueblo tenía razones para llamarte Loca Ackerson.
Mary se encogió de hombros.
-¿Se puede saber qué se te aperdido a ti en Marte?
-Nada, pero me eh cansado de este pueblo. Entiéndeme, no es nada personal. Yo te adoro, como adoro mi granja,
el río, las apuestas del sol, la limonada en el porche a media tarde, si es que alguna vez llegué hacer limonada..
Es posible que eché de menos todo eso.

A♥Marte/#Wattys2015Donde viven las historias. Descúbrelo ahora