En el momento en que Ina Vitello me llamo perra engreída mi sangre comenzó a arder, en ese momento lo único que quería hacer era golpear ese lindo rostro suyo, no pude evitar sonreír al pensar en ella sangrando pero me contuve, debía hacerlo; Roxana se molestaría demasiado si me metía en problemas dentro del instituto y no quería eso o la tendría metiendo sus narices en mis cosas.
Así que simplemente ignore a esa estúpida y eso pareció enfurecerla aun mas.
Seguí caminando como sin nada.
- ¿adonde vas? -su voz tembabla de furia. Esa chica me odiaba realmente. La ignore de nuevo y continúe caminando a mi siguiente clase-. ¡Hey perra engreída te estoy hablando!
Ina podía insultarme tanto como quisiera, lo único que lograría seria enojarse mas ella misma al ser ignorada.
Gire en el pasillo que me conducía directo a biología de repente ella tiro de mi brazo jalandome hacia atrás, me gire para encararla, su mano apretaba con poca fuerza mi brazo.
Oh, te arrepentirás por tocarme.
Mire su asquerosa mano sobre mi brazo y después la mire a ella fulminandola con la mirada. Una chispa de miedo se instalo en los ojos de Ina y aparto su mano al instante. Ni siquiera tuve que decirle nada, se dio media vuelta y se fue tan asustada que daba risa; pobrecita era tan poca cosa y aún así se creía tanto, no era absolutamente nada.
El resto del día escolar fue aburrido, para cuando las clases terminan prácticamente salgo corriendo del edificio lo único que quiero hacer es irme a casa para poder ir con Tyler.
Camino apresuradamente por las calles hacia mi casa vivo como a unas quince calles del instituto por lo que Roxana ni siquiera se molesta en recogerme despues de clases y lo prefiero asi, me gusta mi soledad.
Al llegar a casa se de inmediato que Roxana no esta, tiro mi mochila en la sala y me voy directo a la cocina con mi lista de deberes y unos cuantos libros.
Me siento a la mesa y comienzo a escribir en una de mis libretas.
Roxana seguramente sigue en casa de el abogaducho de su novio.
El estúpido abogado Johan Cantón no me agrada en lo absoluto, bueno en realidad nadie me agrada.
Las personas son un fastidio, son patéticas y estúpidas.
Cuando termino mis deberes guardo mis cosas y subo a mi habitación.
Necesito darme una ducha y cambiarme para ir con Tyler.
Me desnudo frente al espejo de cuerpo completo que hay en mi cuarto de baño y sonrió al ver mi hermoso cuerpo desnudo; soy perfecta, mi cuerpo es hermoso soy alta pero no demasiado, mis piernas son largas y bien torneadas, soy delgada, mi cintura es extrecha y mis senos del tamaño perfecto ni muy chicos ni demasiado grandes.
Todos los chicos en el instituto mueren por mi.
Tengo un cabello precioso rojo intenso que cae sobre mis hombros hasta mi espalda en lindos tirabuzones, además mis ojos son de un gris tormentoso, mis labios tan rojos como la sangre contrastan con mi marmoleada piel, mi rostro es tan hermoso que nadie se da cuenta del verdadero monstruo que habita dentro de mi, bueno solo mis ojos muestran la demencia de mi ser; en mis ojos no se encuentra ninguna emoción están tan vacíos como los de una muñeca, sonrió y mi reflejo me devuelve una sonrisa psicópata.
Abro el grifo y dejo que el agua corra por mi cuerpo en la regadera y me doy una ducha que dura mas de lo necesario, la sensación del agua caliente sobre mi cuerpo es tan placentera que permanesco ahí dejando que el agua caiga en mi cuerpo hasta que esta se termina y entonces salgo.
Me seco con una toalla y me visto.
Poniéndome unas medias de red, un pequeñisimo short negro, un top del mismo color que deja al descubierto mi vientre plano y un par de botas estilo militar, ato mi cabello en una coleta y me maquilló solo un poco.
Estoy apunto de irme a donde Tyler cuando escucho el auto de Roxana al estacionarse frente ala casa.
Me dejo caer en el sofá y espero a que entre, unos minutos después la puerta se abre y Roxana entra pero para mi disgusto no viene sola... El abogaducho la acompaña y un chico de unos veinte años.
-hola-. Saludo levantandome del sofá y pongo mis ojos sobre el chico quien me mira de arriba a bajo.
Es guapo, no puedo negarlo.
Tiene cabello castaño completamente desalineado y unos ojos de un azul tan frío como el mismísimo hielo que no muestran ninguna emoción y esta vestido completamente de negro.
Alejo mi mirada de el chico y observo a Roxana ella me sonríe.
- Cariño dejame presentarte a James -me dice sonriendo de oreja a oreja mientras le da una palmadita en el hombro al chico de ojos azules-. Es el hijo de Johan.
Sonrió pero la sonrisa no llega a mis ojos nunca lo hace.
-hola yo soy Julia.
Le tiendo mi mano y el la acepta inmediatamente sonriendo tan falsamente como yo.
- Mucho gusto mi padre me ha hablado mucho de ti -su voz es tan profunda y sexy.
James suelta mi mano y se cruza de brazos, Johan sonríe.
- James acaba de regresar de Seattle.
Asiento fingiendo otra sonrisa pero no me importa en lo absoluto de donde a regresado, lo único que me importa es lo jodidamente bueno que esta.
- Cariño Johan y James se quedaran a comer -anuncia Roxana.
Ella aparta su melena rubia de su rostro y me sonríe.
Roxana es mi madre adoptiva, hace cuatro años que vivo con ella me adopto después de que fui abandonada en un maldito orfanato después de que mi padre muriera y se ha hecho cargo de mi desde entonces.
- hmm... Es una lastima que yo no pueda quedarme a comer.
La sonrisa en su rostro se desvanece.
- ¿porque?
- Quede de ir a comer a casa de Tyler -se que ella adora a Tyler simplemente por ser mi único amigo.
-Ahh...
- Bueno, ya me voy -sonrió al chico y digo-. Fue un placer conocerte.
El asiente.
Y salgo de casa.
Mientras camino por las calles pienso en James, no se que tiene pero me llama la atención hay algo en el.
Cuando llego a casa de Tyler apenas si han pasado unos diez minutos. Toco una vez el timbre y Tyler abre de inmediato, me recibe con una sonrisa y yo le correspondo.
-Creí que no vendrías hoy -dice Tyler mientras entramos a su casa.
La casa de Tyler es hermosa y espaciosa. Pero no me gusta tanto como el cuarto de juegos.
Si el cuarto de juegos, este se encuentra en el sótano y es enorme en el se encuentran todo tipo de instrumentos para entrenar.
- Dime una sola vez que haya faltado sin avisarte antes -le digo entrando a la casa y yendo directo hacia la puerta que conduce a nuestro cuarto especial, llevo casi un año viniendo aquí casi todos los días para entrenar con Tyler.
Abro la puerta y bajo las escaleras hacia el sótano con Tyler pisandome los talones, la habitación es enorme y en ella se encuentran todo tipos de aparatos para ejercitar pero lo que yo amo es la mesa llena de cuchillos que hay al fondo de aquella habitación, Tyler tiene una enorme colección de todo tipo de cuchillos además de maniquíes y blancos con los cuales practicar y justo en el centro es donde ambos peleamos. Sonrió de lado cuando Tyler me toma de la cintura y entonces me giro hacia el pretendiendo seguirle el juego, como esperaba eso lo distrae y no se da cuenta del momento en que mi puño viaja a su mandíbula hasta que este a impactado, el se va hacia atrás sorprendido por el repentino dolor y no pierdo tiempo me abalanzo hacia el y comienzo a tirarle puñetazos pero el se recupera de inmediato esquivando con agilidad la mayoría de mis golpes, lanzo mi pierna asía arriba dispuesta a propinarle una buena patada pero para mi mala suerte el chico atrapa mi pie en el aire y lo retuerce, hago una mueca del dolor y entonces me lanza al suelo, mi cuerpo se da de lleno contra el piso y vuelvo a hacer una mueca el me aprisiona bajo su peso sosteniendo mis manos sobre mi cabeza.
- Perdiste -murmura burlándose de mi.
Y entonces levanto con fuerza mi rodilla hacia arriba golpeando su entre pierna el cae de lado haciendo una mueca de dolor. Su primer error fue no aprisionar mis piernas, sonrió ampliamente y me pongo de pie esperando a que Tyler se recupere para continuar con nuestro entrenamiento.
- Vamos, levantate -ahora es mi turno de burlarme.
Tyler y yo hacemos esto cada vez peleamos entre nosotros aprendiendo las técnicas de cada uno, después de eso continuamos con los cuchillos lanzamos estos de pie frente a los blancos y por ultimo apuñalamos maniquíes.
Adoro a Tyler por su forma de ser y de pensar, Tyler ama todo lo que tenga que ver con sangre y violencia y yo bueno encuentro en ese extraño chico la manera de calmar mis impulsos psicópatas.
Peleamos un poco mas y cada ronda termina de la misma manera con Tyler en el suelo con golpes mios, el es bueno en la lucha cuerpo a cuerpo pero por desgracia es demasiado lento por lo que me es aun más fácil ganarle gracias a mi rapidez y agilidad ala hora de moverme. Entrenamos hasta terminar agotados y entonces es hora de irme a casa.
Tyler me toma de la cintura cuando estoy a punto de salir de su casa me hace girarme para observarlo, su cabello rubio cortado al ras y sus verdes ojos lo hacen ver guapo pero por alguna razón no me atrae, su belleza es tan sosa y aburrida. Por un momento pienso en el chico que acabó de conocer, James con ese salvaje y alborotado cabello castaño, unos labios tan carnosos y por supuesto esos ojos tan fríos y carentes de emoción, Tyler y James no tienen nada de común son como dos polos opuestos Tyler están común y corriente que aburre, pero James el es del tipo de belleza peligrosa, todo en el indica problemas solo lo he visto una vez y puedo decirlo con seguridad.
- Sabes, hace tiempo que quiero besarte -murmura el chico frente a mi.
Comienzo a reírme al instante y su expresión se torna confusa.
- oh Tyler, mejor sacate eso de la mente -digo apartandome de el y alejando sus manos de mi cuerpo-. Nunca pasara.
El chico me mira algo molesto pero antes de que diga algo mas me largo de ahí cerrandole la puerta de un portazo, camino a casa con calma sumiendome en mis propios pensamientos.
Uno de los defectos mas grandes de Tyler es que cree que yo podría fijarme en el su retorcida fascinación hacia mi le impide ver cuan grande es mi indiferencia hacia su persona.
- No deberías caminar sola por una calle tan poco transitada -brinco al escuchar aquella voz tan cerca de mi.
Me giro hacia el dueño de aquella voz y mi sorpresa aumenta al encontrarme con el hijo de Johan estudiandome con sus ojos azules puestos en mi, le sonrió con falsedad aunque me intriga que el chico haya aparecido de la nada a mi lado.
- Puedo cuidarme sola -digo solo por no quedarme callada, comienzo a caminar de nuevo y James me sigue de cerca se que me esta mirando y eso en verdad me molesta pero me controlo, el chico no me ha echo nada.
- De eso estoy seguro.
El tono de su voz tan indiferente y frío me hace sonreír y pensar por un momento que ese chico no es una persona normal, que es como yo pero descarto inmediatamente aquella idea.
Seguimos caminando en silencio observando las asquerosas calles por las que pasamos, la humanidad es un asco, las personas patéticas y miserables. Desprecio a todas las personas en este mundo y quisiera acabar con ellas pero a pesar de querer asesinar a medio mundo no lo hago y me molesta aun pensar con humanidad.
- Eres demasiado callada -anuncia James-. Y pareces demasiado inquieta.
Lo miro desconcertada por lo que dice ¿Acaso esta analizandome? Porque su manera de mirarme me hace pensar exactamente eso.
- Y tu bastante observador -le dedico una sonrisa demasiado forzada y el ríe, lo que hace que me comience a cabrear.
- Además eres bastante temperamental.
Esta vez lo ignoro cerrando mis manos y caminando mas a prisa, al llegar a la puerta de mi casa la abro metiendo la llave en la cerradura y la empujo conteniendome de golpear su sensual rostro, se que no ha dicho nada malo pero su manera de decirlo, su maldita actitud y esa arrogancia y superioridad con la que me mira me hacen enfurecer y cambiar totalmente mi manera de verlo podrá ser muy guapo pero eso queda de lado volviéndose algo sin importancia.
Entró a casa y estoy apunto de cerrar la puerta en la cara del chico cuando este empuja la puerta con su mano e interfiere con mis planes de cerrarla en su cara.
- ¿No me invitaras a pasar? -finje una expresión dolida y después comienza a reír.
- No.
James observa mi rostro con diversión y eso me desquicia.
- Roxana se molestara si no lo haces -dice con una sonrisa pintada en el rostro y exploto porque no me importa en lo absoluto si Roxana se molesta porque no lo he dejado, simplemente este chico están odioso y desquiciante que me tienta el matarlo.
- Me importa un carajo si Roxana se molesta -digo intentando cerrar la puerta pero el chico vuelve a impedírmelo- Largate de mi casa ahora mismo.
La sonrisa divertida en su rostro no desaparece y por su mirada se que este chico trama algo.
James como si de su propia casa se tratara entra empujandome con gentileza a un lado, lo fulminó con la mirada.
- Siento decírtelo pero no puedo irme -hace una pausa mirándome por un segundo y sonriendo aun mas-. Mi padre y Roxana salieron, ella me dio la dirección de tu amigo... ¿Como se llama? Taylor.
- Se llama Tyler para tu información -digo con amargura.
- Como sea, me pidió que fuera por ti y me quedara a cuidarte hasta que ellos regresaran.
Frunzo el ceño.
Gracias Roxana, por cagarla y arruinarme el día. Pienso ¿Como se le ocurre a esa mujer dejarme con este chico tan desquiciante? Oh esta me la pagara Roxana.
- No necesitó que nadie me cuide, así que largate.
- No.
Gruño del coraje y opto por ignorarlo, paso a su lado para irme a mi habitación dispuesta a no salir en el resto del día pero para mi sorpresa y disgusto el chico me toma del brazo deteniendome.
Vale ¿Acaso hoy es el día de fastidiar a Julia? Primero Ina y ahora James el hijo del estupido Johan al cual acabó de conocer.
- SUELTAME -gruño mirándolo con odio.
Detesto que me toque, no lo soporto solo Tyler y Roxana pueden tocarme, pero ellos son diferentes.
James me observa y enarca una ceja en mi dirección sin lucir afectado por mi tono de voz tan agresivo.
- O si no ¿Que? -dice retandome.
O no debió haber dicho aquello.
Lanzó mi puño hacia su rostro para golpear su nariz pero este no logra su propósito ya que lo detiene a centímetros de su rostro. Comienza a reír y la rabia aumenta en mi interior ¿Quien se cree para tocarme y ahora burlarse de mi?
Me lanzo hacia el a pesar de tener mis manos atrapadas por las suyas y lo empujo con mi cuerpo hasta chocarlo contra la pared bruscamente pero el sigue riendo aparentemente divertido por lo que hago.
Lo fulminó con la mirada y logro que suelte una de mis manos sin pensarlo lo golpeo en el rostro ocasionando que su labio comience a sangrar pero aun así el chico continua riendo como si ni siquiera lo hubiese golpeado. Levanto mi rodilla y golpeo su entrepierna, eso si parece afectarle pero no hace nada por apartarme solo ríe y ríe como un maldito loco. Que no se defienda es lo que más me molesta, me enfurece, vuelvo a lanzar mi puño a su rostro y golpeo su nariz esta comienza a sangrar al igual que su labio y el ver la sangre en su rostro me ínsita a seguir golpeándolo. Quiero ver mas de ese vital líquido carmesí sobre el.
Dejo de golpearlo cuando la intensidad de ese pensamiento me abruma, lo intenso que es mi deseo por su sangre, las ganas tan intensas de matarlo.
- ¿Eso es todo lo tienes? -se burla mirándome.
Le frunzo el ceño pero me aparto de el, no debo seguir golpeándolo a pesar de la necesidad tan grande que tengo por hacerlo sangrar.
Estoy confundida. Una parte de mi la mas grande y mas profunda me dice que lo mate, que acabe con el por atreverse a retarme; Y quiero y deseo obedecer a mi instinto asesino pero no puedo hacerlo seria demasiado peligroso, matar no es algo que se haga a la ligera; si lo hiciera, si lo matara me atraparían y no quiero terminar sin siquiera haber comenzado. Jamás he matado a una persona.
- Callate -murmuro tratando de calmarme.
James se acerca a mi sonriendo con el rostro lleno de sangre.
- ¿Porque te contienes?
No entiendo lo que trata de decir, a lo que se refiere.
- No se a que te refieres -digo pasando mis manos por mi cabello. Siento la ansiedad en mi al ver la sangre en el rostro de James.
- Dejalo fluir Julia, no te contengas -su tono de voz es diferente ahora suena excitado-. Vamos hazlo.
Lo miro confundida, sus ojos brillan de una extraña manera y sus labios se curvan en una demencial sonrisa y sin poder evitarlo me encuentro analizándolo, y me sorprendo al darme cuenta de las muchas facetas de su personalidad. Este chico frente a mi observándome con demencia es frío y calculador.
- Estas loco -digo de repente para ver su reacción.
El me dedica una sonrisa y se acerca a mi, me toma con fuerza del cabello echando mi cabeza hacia atrás y jadeo por la sorpresa su boca viaja hacia mi cuello y el hijo de puta, muerde con fuerza haciéndome gemir de dolor.
Se aparta al instante aun sonriendo pero no suelta mi cabello si no que tira aun mas fuerte, quiero hacer que me suelte pero no me muevo.
- Oh claro que estoy loco -hace una pausa y su mirada viaja a mi cuello-. Ambos lo estamos solo que tu no pareces querer dejarlo salir.
- Yo no estoy loca -me defiendo pero por alguna razón aquello suena como una mentira.
- No te mientas a ti misma, puedo ver lo que eres.
Me sorprenden sus palabras.
- ¿Y que soy según tu?
Una enorme sonrisa se forma en su rostro y me suelta alejándose unos metros de mi, sus ojos vuelven ala normalidad tan fríos y calculadores como antes.
- Una psicópata al igual que yo.
![](https://img.wattpad.com/cover/47163737-288-k402672.jpg)