Katherine White.

Películas.

Los hice pasar y se sentaron. Bueno, Dylan se sentó y Melissa recostó su cabeza con los pies sobre las piernas de Dylan. Vaya pareja.

Son amigos, claro, pero creo que ambos se gustan, muy en el fondo. Supongo.

Les ofrezco helado y ambos aceptan gustosos. Sirvo en tres vasos y los entrego.

-¿Ya escogieron una película?

-La escogería si no tuviese unas piernas sobre las mías que me impidieran moverme a tomar un CD.

-Cállate, irrespetuoso.

-Cállense, tórtolos.

-¡Cállate, bruja! -gritaron ambos.

-Idiotas -suspiro.

-Bien, veamos la película.

-¿Diario de una pasión? -sugiere Wilson.

-¡BUSCANDO A NEMO! -grito decidida.

Pongo el CD de Buscando a Nemo y me siento sobre las piernas de Melissa, que sigue con los pies en Dylan y se queja, pero la callo y como mi helado.

A mitad de la película mis ojos de vuelven pesados y... Siento como alguien humedece mi rostro con algo frío, pero no le tomo importancia y sigo durmiendo hasta que... ¡Mierda, es helado!

Me levanto rápido y corro a la regadera, donde abro la llave y me mojo con ropa. Dios, qué estupidez.

Escucho risas...

-¡WILSOOOON! ¡JONEEEEES!

-¡Mande! -escucho ambas voces.

-¡IDIOTAAAS!

-¡Tienes visitas! -grita, esta vez, Melissa.

Confundida, tomo ropa cualquiera y me visto. Bajo y... Harry.

-Hey, hola.

-Eh... ¿Estás ocupada mañana?

-Sábado. Supongo que no.

-¿Quisieras...-voltea a ver a Melissa y Dylan- venir a cenar? Cortesía de mi madre.

-Eh... Sí, claro, supongo.

-Bueno, era todo. Tengo que irme, adiós.

Y se fue, sin más.

-Dios, qué tipo tan raro.

-Cállate Meli -dijo Dylan.

-Tiene razón -dije yo.

-Estoy de acuerdo, pero no sea irrespetuosas.

-Bien, papá.

Así llamábamos a Jones cuando se comportaba así. Regañón.

Bien, mañana tendría que cenar en casa de Harry. No me acostumbraré nunca a tenerlo de vecino.