Cena.

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El gran día había llegado.

Bueno, el día de la cena había llegado.

Uf, estoy nerviosa.

Vaya que estoy nerviosa.

No sé qué ponerme.

¿Un vestido?

¿Una falda?

¿En bikini?

Mierda.

Me coloqué un vestido de flores, muy lindo, por cierto.

Dejé mi cabello al natural, con un poco de ondas en él. Estoy orgullosa. Dejé mi rostro al natural, cepillé mis dientes y me senté en el sofá de la sala en la planta de abajo, jugando Piano Tiles, hasta que escuché el timbre sonar.

Me levanté y abrí la puerta con una sonrisa, sí, Harry.

-Hola, te ves linda. ¿Vienes?

-Gracias. Claro -tomé su brazo.

Sonrió, vaya sonrisa que tienes Harry.

-A mi madre le encantará conocerte.

-Eso espero.

Seguí sosteniendo su brazo, tiene músculos.

Ay, pero qué zorra, Kat.

Fuimos a su casa y él toco la puerta, estaba preparada emocionalmente.

Bueno, poquito.

-¡Hola, cariño! -dijo una hermosa mujer castaña, su madre.

-¡Hola, madre! -dijo Harry sonriendo. Qué lindo.

-¡Buenas noches, señora! -dije amable y sonriendo. Dios. Qué vergüenza.

-Dime Anne, querida.

-Oh, disculpe. Anne. Está hermosa.

-Gracias querida, tú igual. Pasen.

-Gracias, madre.

Pasamos, linda casa, a pesar que acaban de llegar.

Bueno, la comida estuvo deliciosa, la compañía fue linda. Gran noche, sin duda.

Al terminar quedamos charlando, riendo y viendo fotos de bebés desnudos en la tina, con Harrys sonrojados y madres excepcionales.

-Bueno, madre, tengo que llevar a Katty a su casa, permiso.

Oh.

-Muchas gracias por todo, en serio.

-No, en serio, gracias a ti, linda.

Salimos de su casa y una pregunta que rondaba por mi mente salió de mis labios.

-¿Katty?

-Te pega.

Río.

-Linda noche.

Miro a las estrellas.

-Como tú.

Katherine White.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora