CAPITULO 20

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- Tu amigo.

- Espero no te haya asustado, es un ca.brón...siempre ha sido así. – Gerardo abrió una lata de RedBull. ____________ no le quitaba los ojos de encima. Había escuchado poco, pero lo necesario como para tener ciertas dudas.

- No me ha asustado.

- Entonces espero no a verte asustado yo.

- ¿Te puedo hacer una pregunta? – sus bonitos ojos brillaron de repente. Gerardo la miró... que bien se sentía perderse en su mirada.

- ¿Qué?

- ¿Qué más harás conmigo? – le preguntó ____________. Y en realidad era la pregunta que se había estado haciendo desde que había llegado ahí.

Gerardo arrugó la lata, tirándola al pequeño basurero de la cocina. Y es que... ni él mismo lo sabía.

- Te tendré aquí por un par de días más. – le dijo sin mirarla. No quería que ningún sentimiento estú.pido se pasara por él en ese momento.

- ¿Para qué? – le volvió a preguntar ella. Esta vez necesitaba saber más información, se puso de pie. - ¿vas a matarme, es eso?

- No digas tonterías.

- Dime la verdad... lo he escuchado de tu amigo...

- Te lo dije, es un ca.brón. – Gerardo intentó irse, ahora fue ____________ quién lo tomó de una mano antes de que él pudiera desaparecer.

- Dime. – le pidió ____________. Gerardo bajó la mirada, la tibia piel de ____________ rozaba con la suya tan exquisitamente, le gustaba, le parecía tan sublime. Volvió a mirarla.

- Te he dicho que no... - susurró él. Ahora ligeramente tímido. Oh mi.erda. Odiaba con el alma sentirse de esa forma. Como si le costara hablar con ella.

- ¿Puedo saber por qué? - ____________ volvió a preguntar. Y quizá esa era la pregunta más absurda que los oídos de Gerardo habían escuchado. Su propia víctima preguntándole por que no la asesinaba.

- Que te de igual saberlo ¿vale? No te interesa ____________. Es problema mío. – Gerardo la soltó de las manos, intentando irse de nuevo.

- Pero quiero saberlo... - ____________ volvió a jalarlo, esta vez del brazo. Y a pesar de que él tenía la fuerza suficiente como para soltarse, no lo hizo. Sus fuerzas habían desaparecido en ese entonces.

- No quiero ir a la cárcel. No quiero problemas, solo quiero el dinero y te dejaré libre...

- ¿Solo por eso? - ____________ lo miró deseosa. Quería escuchar más. Tal vez un...'no te haría daño' algo que le diera una pista, ¿una pista para qué? Ya ni siquiera ella misma sabía lo que quería.

- Sí ____________. – le respondió él. Y no diría más. – no quiero ni un jo.dido problema más en mi pu.ñetera vida. Ya son bastantes los que tengo.

- Perdón...

Gerardo se soltó esta vez, ____________ lo dejó ir.

- Y pronto yo también dejaré de ser un problema para ti... - le dijo él. Como siempre. Sintiéndose la mi.erda más repugnante del mundo. La persona más cruel. El problema más grande. Él y siempre él. Sin pensar que tal vez para ____________... y solo para ____________, él nunca había sido un problema. - pronto te dejaré libre.

SECUESTRADA  (COMPLETA )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora