CAPITULO 24

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El reacciono ante sus palabras. No podía creerse lo que acaba de escuchar... la misma ____________ pidiéndole que la llevara a donde él fuera a parar.

- ¿Qué? – preguntó.

- Quiero ir contigo... - volvió a repetirle ella. También se le acercó. El pulso de Gerardo empezó a acelerarse, dándose cuenta de que solo se ponía de esa forma cada vez que ____________ solía acercársele. – es lo único que pido.

- ¿Te has puesto a pensar en lo que sería eso, ____________? – le preguntó él. ____________ bajó la cabeza. – jo.der...yo no tengo las comodidades que tú tienes, a esas que estás acostumbrada a vivir. – ahora volvió a subir su mirada. – no tienes idea de las cosas que tengo que pasar, cosas que no estarías dispuesta a vivir...

- Tú que sabes.

- Lo sé por que hasta yo mismo me arrepiento de ser quién soy. – la miró a los ojos. Se dio cuenta de que no pararía hasta convencerlo, por lo que él tendría que actuar primero. – si te dijera...al menos una cosa de las que he hecho.

- Dímelas. No te juzgaría.

- Eso lo dices ahora... - Gerardo intentó ponerse de pie, pero las manos de ____________ lo obligaron a sentarse de nuevo.

- Si te he pedido que me lleves contigo es por que sé a lo que me estoy enfrentando.

- No, no lo sabes.

- Entonces déjame probar... - le acarició los brazos, desnudos por no traer ninguna camiseta puesta. Sus músculos se tensaron al sentir las tibias manos de ____________ acariciarle la piel. Al verlo sentado, decidió sentarse sobre sus piernas. Gerardo la miró. Que hermosa era. Le acarició la cintura al tenerla frente a él. Las piernas de ____________ se acomodaron a los costados.

- Tú... tú no sabes lo que sería... vivir con alguien como yo.

- He vivido contigo todo este tiempo.

- Sería diferente...

- ¿Por qué?

- He hecho muchas cosas malas ____________. Siempre he sido así. Jamás me perdonaría hacerte algo malo. No... no podría vivir con alguien como tú...

- ¿Tan inocente? – ella se inclinó para besarle la boca. Gerardo le correspondió el beso. Un beso pequeño. Sencillo. Ahora él le apretó la cintura con sus brazos.

- Tan pura... - admitió. – tienes tantos planes...tantas metas y yo...

- Déjame ir contigo un tiempo... - le pidió ella, una vez más. Acariciando su cuello, sus ojos penetraron los de Gerardo.

- ¿Por qué?

- ¿Por qué, qué?

- ¿Por qué quieres venir conmigo? – preguntó él. Deseoso. Deseoso de escuchar las palabras que ella le diría después. Necesitaba escucharla hablar sobre sus sentimientos. Que le dijera todo lo que sentía por él.

- Contigo soy diferente... - le confesó ella. – y quiero sentirme así por mucho tiempo más

SECUESTRADA  (COMPLETA )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora