LEMONADE • larry

11.

Louis corrió con sus cortas piernas hasta la mesa donde se encontraba Zayn esperándolo, dejando la bandeja en esta, tratando de no derramar nada.

—¿A qué no sabes a quien acabo de chocarme?—Louis murmuró, sentándose frente al castaño, que lo miraba curioso. —A Harry.

Zayn rodó los ojos apenas escuchó su nombre. Se dedicó a abrir la botella de gaseosa que había pedido. Sentía como Louis lo miraba, esperando una respuesta.

—¿No me vas a decir nada?—Louis le volvió a hablar. —Te estoy contado que choqué con Harry—. Hizo una pausa. —Y me llamó maricon.

—Que se joda—Zayn se rio falsamente. Louis sabía que seguía enojado con él desde el día que él rizado decidió hacerlo a un lado de su vida.

Nunca hablaron mucho del tema y a Louis le pareció buena oportunidad.

—¿Nunca más volvieron a hablar?—Preguntó el ojiazul dando una mordida a su sandwich, sin mirar a los ojos a su amigo. —Ustedes eran muy unidos.

—No.—Zayn desvió la mirada. —Ni siquiera sé por qué se alejó, Lou.

El menor asintió. Él sabía lo mismo que Zayn. Un día Harry era su mejor amigo, y al otro ni siquiera los miraba cuando pasaba por su lado.

—Lo único que tengo entendido es que estuvo de novio con Emilia—el tatuado siguió hablando. Miro a Louis a los ojos y esbozó una media sonrisa en su rostro, burlón. —Tu mejor amiga.

—Si. La mejor—Louis rio falsamente del chiste de Zayn.

—Ya no están más juntos igual, pero si duraron.—El morocho terminó de hablar y miró a Louis, que lo había escuchado atentamente. Le golpeó la pierna por debajo de la mesa. —¿Celoso?

Louis lo miró con cara de odio. —Jamás.

—Si te morías por el idiota de Harry cuando éramos niños—Zayn se carcajeo.

¿Cómo le explicaba que él aún vivía en ese sentimiento?

—Y tú te besabas con Darla.

—Agh. Ni me lo recuerdes—Zayn negó con la cabeza.

Luego de terminar de comer el sandwich ambos caminaron hasta la casa de Zayn. Hablando en el camino de su infancia y haciéndose chistes el uno al otro.

Louis recordó cómo el morocho se había burlado de su enamoramiento hacia Harry. Aquel rizado que había aparecido un día a comprarle limonada. El mismo que le había prometido ser su novio para luego besar a la amiga de su prima.

Por eso mismo rechazaba estar en una relación. Desde pequeño había tenido su cabeza tan confundida. Y muy en el fondo, siempre suspiraba al recordar aquellos ojos verdes.

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