La sombra del pasado

Capítulo II

Al final vino con un coche, que según el se lo habían prestado, ( a saber si no lo robó ...). Me senté en el asiento de copiloto y un silencio invadió el coche durante varios minutos. Hasta que decidí ponerle fin a esa situación.

- ¿Hace mucho que trabajas aquí? - le pregunté.

- Dos años - dijo serio.

- ¿ Y acostumbras tirar zumos a tus clientes?- dije con una sonrisa falsa.

- No, solo a los que van de graciosos y no hacen gracia- dijo burlándose.

- ¡Que chistoso!, vas para el club de la comedia hijo. - dije enfurecida.

Justo en ese momento llegamos a mi calle. Le dije donde debía aparcar y me bajé del coche. Subí lo más rápido que pude y me cambié rápido. En menos de cinco minutos ya estaba dentro del coche. No hablamos nada durante todo el trayecto. Cuando me bajé decidí que era la hora de ser algo amable.

-Gracias por llevarme - dije más serena.

- De nada, era mi deber- dijo con una sonrisa neutra.

- Chao, ya me toca ir a trabajar- dije

- Adiós comisaria Giselle- dijo.

Por lo que parece el también miro mi placa- pensaba mientras me dirigía a la estación de policía.

Me pasé las próximas horas trabajando. Mientras iba conduciendo hasta mi casa, con Laura, me pareció verle cruzar en un paso de peatones. Es tan estraño... ¿ Por qué tiene esa amargura en sus ojos ? ¿ O quizás sea tristeza ?, tengo que averiguar quien es Leo Martínez - pensaba mientras conducía. Me recuerda tanto a mi años antes.

-¿ Conoces al chico de la cafetería ? - le pregunté a Laura con disimulo.

-Le vi algunas veces en la discoteca con amigos - me dijo.

- ¿ Es igual de torpe siempre ? - pregunté.

- Giselle... No deberías juzgar a alguien que ni conoces -dijo con cara de advertencia.

- ¿Sabes algo de el que deba saber? - le pregunté seria.

-Quizás- me dijo.

- ¿Me lo contarás ? - pregunté.

- Quedamos mañana a la misma hora en la cafetería y te contaré todo lo que quieras y sepa de el. - dijo.

- Vale- dije resignada.

Subí a casa y me encontré con la señora Ana. Nos pusimos al día con cotilleos y cenamos . ( Le debo tanto a ella, siempre confió en mi. Es como mi segunda madre).

Me quedé dormida y al día siguiente me desperté con una idea clara: yo conozco a Leo de antes.