Pasaron los días y no había señal de vida de parte de Karlo.
¿Que pasa?
Llego al fin el ansiado miércoles.
-Apurate mamá, vamos a llegar tarde.
~encerio mi mamá tarda horas arreglándose.
-¿De cuando acá te gusta ir a la iglesia?
~ Desde que conocí a Karlo.
-Bueno, el punto es que ya me gusta ¿No?
-ya vámonos.
-¡Al fin!.
Llegamos exactamente a las 7:50 pm. Justo a tiempo.
~¿Donde esta Karlo?
No lo veía por ningún lado. Di vueltas por toda la iglesia y no estaba en ningún lugar.
-Y llegaste.
~Vaya, hasta que lo encuentro.
-Y llegue.
-¿Que tal la tarea? ¿Acabaste a tiempo?
-Bueno ya ¿No? La verdad no tenia tarea ¿Contento?
-¡Orale con tus moditos! Bajale no pasa nada.
~Oh no, de nuevo me sonroje.
-Otra vez te sonrojaste, y hoy no hace calor.
-Claro, lo que digas ¿No tienes a quien más molestar?
-No, la verdad no.
Giré los ojos y me fui.
No quise ser inmadura pero no se valía como me trataba, piensa que puede hablarme como quiere.
~Necesito ayuda. Cuando no lo veo o hablo con el me siento mal, y cuando estoy con el me dan ganas de cachetearlo.
Acabo el servicio y el se acerco.
-Te veo el sábado en la reunión, espero que no tengas tarea.
-Ya te dije que dejes de molestarme-.contesté enojada.
-No, no lo aré.
-¿Porque?.
Se acerco demasiado para mi gusto y dijo:
-Porque me encanta cuando te sonrojas, adiós.
Ni siquiera pude contestarle.
Se fue y no pude decirle todo lo que se merece.
~Lo bueno es que es cristiano y no trata así a la gente.
Y lo peor, todas las preguntas que tenia se quedaron sin respuesta.
