Cruce de miradas.

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Era un día nublado, el viento arrastraba las hojas de los árboles por las aceras mientras caían pequeñas gotas de los negros nubarrones que se cernían sobre el cielo.
No era precisamente un día ideal para empezar en mi nuevo instituto.
Me llamo Sally Stuart, y este año empiezo secundaria en el instituto Raimon.
-¡Hola! ¿Tu eres nueva,no? - me dijo una chica con el pelo naranja y unos ojos verdosos como piedras de jade.
- Si.- Afirmé.
-Ya decía yo, si vas a 1º,tienes que ir a la planta de abajo, allí están todas las clases de ese curso.Aquí estamos los de segundo. - Me explico amablemente.
- Por cierto, me llamo Jade Green -termino con un saludo.
Tras las explicaciones de Jade,salí por una de las puertas exteriores del instituto.
Era todo enorme y me sorprendió la cantidad de alumnos que había.
Pase por las sedes de todo tipo de clubes hasta que por fin, llegué a mi clase.
-Clase 315 - leí en el cartel de la puerta.
Justo antes de abrir la puerta una tormenta se desató en la ciudad. El ruido de un trueno me estremeció. Y justo cuando abrí los ojos, allí estaba él, al fondo del pasillo, con una mirada fría que llegó hasta el fondo de mi alma.
Un nuevo trueno sonó y me volví a estremecer.
Cuando abrí de nuevo los ojos,ya no estaba.
- Jamás me olvidaré de ese cruze de miradas - dije para mis adentros.
Tras eso pasé a clase.

El profesor me presentó ante toda la clase y me senté junto un chico bastante formal, de pelo castaño y rizado.

Se llamaba Riccardo y era uno de los alumnos orientadores.

Era de segundo y había sido elegido para un programa de adaptación a nuevos alumnos, programa al que solo acceden los alumnos con mejores calificaciones.

Estuve todo el día con Riccardo y me enseño todos los rincones del instituto,era un chico muy noble y fiel así mismo, creo que eso fue lo que más me gusto de él.

El día acabó y volví a casa por el barrio de tiendas, la tormenta amainó y pude ir tranquilamente mirando todas las tiendas del barrio.

Hasta que me cruce con un chico que me recordó al mismo con el que me crucé esta mañana.

Tenia una mirada huraña y fugaz, su mirada me transmitió fuerza y luz, al contrario que la del chico de esta mañana.

Mi corazón palpitó más y más rápido a paso que me miraba.

-¡Hey! - interrumpió una voz familiar ; Era Jade. - ¡Te has quedado en Babia!
¿Vives por aquí?

- Si,vivo junto a la ribera del río. - Contesté.

Tras encontrarme a Jade seguí mi camino a casa.

Papá y mamá no estaban en casa (para variar) así que me tome unos fideos de bote y me fui a dormir pensando en todo lo que me había sucedido.
¿Por qué me han afectado tanto las miradas de esos chicos?

Siento que este capítulo sea así,pero me he animado hoy con varias ideas que tenía a hacer la novela, pronto las iré completando y formando la historia.
Gracias por leerla

"Polos opuestos" - Inazuma ElevenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora