- Bueno, entonces mañana luego de las clases te acompaño al trabajo? - preguntó Jack, mi mejor amigo.
- Vale, sería lo mejor- respondí besando su mejilla y montándome en Benson.
Las clases pasaron más lentas de lo que imaginaba. Por suerte ya acabaron, pero ahora debo ir al trabajo.
Jack se ofreció a llevarme mañana porque, con lo tarde que llegaré a casa a penas dormiré y no quisiera conducir en estado zombie.
Encendí el radio e inmediata mente la voz de Axel Rose invadió mis oidos.
-Oooh, Oh oh sweet chiled of mine! - canté el coro gritando mientras la gente me abucheaba por lo mal que canto. La verdad no me importaba y canté más fuerte.
Estacione a Benson en el estacionamiento de empleados y bajé. Fui a ponerme el uniforme que consistía en una falda diminuta color negro, una camisa de mangas cortas en azul marino y unas botas azul marino también. Salí y me dispuse a hacer mi trabajo, tomar órdenes y llevar comidas. A las 18:00 comenzaría la dichosa fiesta esa, y ahora eran a penas las tres de la tarde.
- Uy que carita. Ha pasado algo en la universidad?- pregunto Carl, uno de los meseros, también un muy buen amigo.
- No, es solo que nuestro jodido jefe me dijo que me quedaré hasta más tarde- dije tomando una taza de café y poniendola en la charola que traía en mano.
- Oh, lo siento cariño. Pero que te parece si el domingo vamos a tomar un helado? Y puedes llevar a Sue- sonreí. Carl está perdidamente enamorado de mí, o eso dice, y hace de todo para "conquistarme".
- Ok, me parece bien. Estoy segura de que Sue estará encantada. - le respondí y fui hasta la mesa a la que estaba atendiendo.
Las horas se pasaron volando y solo faltaban diez minutos para la fiesta del jodido jefe. Él estaba de lo más tranquilo besándose en una de las mesas con Sarah, una de las camareras. No quise seguir viendo esa escena y fui al baño a refrescarme. Odio tanto a este chico, jamás olvidaré el día en que vine a solicitar trabajo.
*Flashback*
-Le juro que no le fallare señor Dylan- le dije al dueño del bar en el que fui a solicitar trabajo.
-Eso espero Johnson. Mi hijo está a cargo de este local de "The Kibitz Room" él será tu jefe cuando yo no esté aquí- explicó y yo solo asenti. Era un hombre bastante agradable, era alto, con cabellos negros y algunas canas se colaban en el frente, le pongo unos cuarenta y tantos.
Me dijo que podía empezar desde ya y así lo hice, iba a tomar un pedido pero un chico me tomó de la cintura y me giró para verlo.
-Hola preciosa, veo que hay ganado nuevo... Yo soy el jefe, y debes hacer todo lo que diga sí?- acarició mi cintura.
-Lo siento, pero tengo novio. Adiós- le dije y fui a tomar la orden.
*Fin del Flashback*
Desde entonces me llama preciosa, aquí no le puedo decir nada, pero en la Universidad le pongo los puntos sobre las ies.
Volví a fuera y afortunadamente, el jodido jefe ya no se estaba besuqueandose con Sarah.
Vi que ya habia mucha gente y me dispuse a atenderlos. Todos eran niños mimados, pedian cócteles y champagne. Demonios! que no saben que existe la cerveza? Pobrecillos.
Iba de aquí para allá con tragos y más tragos, ya todos estaban ebrios. Cuando fui al baño vi la hora y eran las 11:15 pm. Genial, ya me puedo ir.
Fui por mis cosas pero alguien me interrumpió.
- A dónde diablos crees que vas? Hay mucha gente aquí y debes atenderlos- me giré y vi al jodido jefe en el umbral de la puerta, con los ojos inyectados de sangre. Definitivamente estaba borracho.
- Ya me voy, jefe. Ya se pasó mi hora- le respondí poniéndome la chaqueta.
-No! tú no te vas, te acabo de decir que hay mucha gente- dijo acercándose a mí.
-Pues ya se pasó la hora, ya no eres mi jefe en este momento y si necesitas ayuda, puedes llamar a Sarah. De seguro estará encantada de venir a ayudarte- dije como pude y pasé por su lado chocandolo con el hombro, lastimosamente mi salida dramática no pudo ser, ya que me tomó del brazo.
- Asique es eso? estás celosa porque ella está mucho mejor que tú y si le hago caso? Tranquila, creo que tengo tiempo en mi agenda para ti dentro de... - se tocó la barbilla pensando- un siglo?
- Ash! eres un idiota- le mostré mi bello dedo corazón y salí del bar. Sé que no debí hacer eso, pero de seguro se le olvida hasta su nombre para mañana.
Me monté en Benson y conduje a una alta velocidad. La verdad me encanta la velocidad, la adrenalina, la emoción que siento al hacerlo. Desde los dieciséis he ahorrado para comprarme un auto deportivo y ya me falta muy poco. No dejaré de lado a Benson, pero necesito uno nuevo.
Llegué a mi casa pasada la media noche, entré y fui a ver Sue a su cuarto. Parecía un angelito, mi angelito. Besé su frente y fui a darme una ducha, apestaba a alcohol y cigarros. Me puse la ropa interior y me acosté a dormir. Odio usar ropa, si pudiera andaría en paños menores todo el día...
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- Bueno, creo que esto del arte no se me da para nada - le susurré a Jack quien era mi compañero en clase de artes.
Era la primera hora y lastimosamente teniamos artes, otra de las tantas cosas para la que no sirvo. Teníamos que hacer un dibujo de nuestro compañero de al lado, y yo estaba dibujando a Jack. Él es blanco, muy blanco asique no le pinte la piel, el cabello lo tiene negro asique le puse sus rulos con acuarela negra, sus ojos son azules como el mar y se los hice con, obviamente, azul. Aunque eran como dos manchas gigantes que abarcaban la mitad del rostro, asique su boca y nariz las tuve que hacer diminutas.
- Wow, he visto obras de arte muy malas, pero esto es pasarse de la raya Johnson- me dijo la maestra Caroline. Es una de las maestras más cool que he tenido, es como una amiga más, siempre me da consejos o me hace gestos con chicos guapos. Es joven, tiene 31, tal vez por eso todos la adoramos.
- Oww, gracias Caroline, no sabes lo orgullosa que me siento- dije fingiendo llorar y con una mano en el corazón, como si sus palabras me hubiesen llegado. Soltó una carcajada y fue a revisar los demás trabajos.
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- No puedo creer que me veas de esa forma tan fea! Jamás te lo perdonare Lia! - dijo Jack refiriéndose a su "bello" retrato.
Estábamos en el comedor ya que era hora de almorzar y estábamos en una de las mesas del centro. Iba a responderle pero fui interrumpida por el estruendoso sonido de las puertas al abrirse. Los chicos populares habian entrado. No sé porqué en todos, y cuando digo todos me refiero a TODOS, los lugares deben haber chicos tan huecos. Si sus padres se tomaron la molestia de traerlos al mundo, por lo menos deberían corresponderles siendo inteligentes para que no se sintieran avergonzados de haber traido al mundo especimenes tan idiotas y descerebrados como ellos. Vi al jodido jefe acercándose a mi mesa.
- Hola, preciosa. Ayer estaba borracho, pero no lo suficiente como para no acordarme de cada una de tus palabras, y de ese gesto taan inapropiado- dijo haciéndose el ofendido- cuando llegues al bar ve a mi oficina.
Demonios! Y yo que pensé que ni vendría hoy por su borrachera de anoche.
Hay Lia, qué haz hecho...
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Fake Smile
Teen FictionPrólogo Admito que me consumió, me despedazó, me destrozó. Pero también admito que me hizo mirar hacia delante y entender que todo en esta vida tiene un motivo. Y, que cuando has sufrido mucho, llega el día en el que todo empieza a doler menos... Es...