Su Oficina

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-Uy y ahora qué hiciste?- preguntó Jack dándole un mordisco a su hamburguesa.

-Pues... no me queria dejar salir del trabajo, y eso que me pase con quince minutos, entonces digamos que... lo mandé al diablo y le enseñé mi hermoso dedo medio- dije tranquila comiendo mi trozo de pizza.

-Y lo dices así de tranquila? Probablemente te despidan y tú tan tranquila? - dijo cruzàndose de brazos y dirigiéndome una mirada de desaprobación.

-Tranquilo sí? no creo que me despida, además es su padre quién toma la desicion a fin de cuentas. Él le debe hacer saber porqué quiere despedirme a su padre, y si su padre piensa que es correcto, lo hará. Pero no es el caso- le informé al rubio que seguía con esa mirada puesta en mí.

En el almuerzo nos la pasamos discutiendo por mi trabajo porque Jack dice que soy una bocona y que uno de estos dias si me van a despedir por ello.

Estaba en clase de Biología, amo esta materia, se me da excelente. Lastimosamente esta clase la tengo con mi jodido jefe. No sé ni porqué viene, sinceramente nunca hace nada, no tiene buenas calificaciones, siempre lo hechan de alguna de las clases, y hasta falta la mayoría de las veces.

Me distraje observàndolo un instante. Es alto, con la piel un poco bronceada, cabellos color castaño claro y algunos que otros son rubios. "Su pelo es raro" pensé. Tiene unos ojos color verde muy bonitos y un cuerpo bien trabajado. Sinceramente es muy atractivo, pero lo que tiene de atractivo lo tiene de idiota.

Seguí haciendo mi trabajo de biología cuando un papelito hecho bolita cayó sobre mi libro. Lo desdoble y lo leí.

"Vaya que te ves bien con esos shorts, preciosa. Y a la próxima trata de que no se te caiga la baba al verme xo"

Al leerlo supe inmediatamente quién había sido el gracioso. Mi jodido jefe. Él es el unico que me llama por ese estúpido mote. Giré para verlo y tenía esa estupida sonrisa arrogante plasmada en su rostro. Puse los ojos en blanco y rompí el maldito papel en pequeños pedazos.

Las clases pasaron muy rápidas para mi gusto. Creo que el Universo está en mi contra. Cuando quiero que vaya rápido va más lento que un caracol, y cuando quiero que vaya lento, es más veloz que el corre caminos.

Iba a mi casillero a sacar un libro que necesito para un trabajo pero no iba mirando mi camino y choque con alguien.

-Oh, lo siento, no fue mi intención. Soy Ryan Benward, estás bien? - pregunto un chico con el cabello negro y unos ojos celestes demasiado bellos. Creo que ya lo había visto en alguna parte. Aunque no sé en donde.

-Tranquilo, yo iba distraída, y si estoy bien, gracias. Yo soy Lia, un placer. Oye disculpa, te sonará raro pero... ya nos conocíamos?- dije todo atropelladamente.

- Wow, tranquila. No lo sé, pero tu rostro me es famíliar. Tal vez nos vimos en la calle o algo.Bueno, adiós

-Si tal vez, adiós- dije. Tomé el libro y fui al estacionamiento donde ya me estaba esperando en su BMW gris Jack.

-Hasta que al fin llegas! - dramatizó- llevo aquí como 20 minutos.

-Oye lo siento sí? es que me topé con alguien y me distraje hablando con él - le dije sincera.

-Con ÉL? y quién es? si se puede saber claro- dijo abrochandose el cinturón y poniendo en marcha el auto.

-Es un tal Ryan Benward, la verdad se me hizo muy familiar. Lo conoces? - le pregunté a Jack observandolo. Estaba pálido y con los ojos más abiertos de lo normal.- Jack? Estás bien?

- S...sí, tranquila. Solo no te juntes con él quieres? - dijo notablemente nervioso.

- Y porqué no?

- Ya llegamos. Adiós- dijo besando mi mejilla y abriendo la puerta. Demonios! tan rápido llegamos? Qué? Acaso Jack es pariente de Paul Walker y no me lo dijo? . Bajé del auto y me despedí con la mano.

Me adentré al bar y vi a Carl limpiando la barra. Lo saludé y me dijo que el jodido jefe me esperaba en su oficina. Rayos!

Fui a ponerme el uniforme y luego caminé hasta la oficina. Toqué tres veces y escuche un "Adelante" por parte del chico. Le hice caso y abrí la puerta para luego cerrarla detrás de mí. Observé el lugar con detenimiento. Jamás había entrado aquí. Era bastante amplio, las paredes estaban pintadas en color blanco, los muebles eran todos de color negro. Tenía un sofá grande también en negro y varios cuadros en las paredes. Hasta que mi vista se fijó en el escritorio del centro, en el cual habian dos pies recargados, seguí las piernas largas con la mirada hasta que mis ojos se toparon con los suyos. El jodido jefe me miraba directo a los ojos. Debo admitir que se veía bastante sexy tras ese escritorio.

- Vaya, pensé que no llegaría jamás, señorita Johnson. - dijo mirándome de los pies a la cabeza.

- Perdón Jod... Jefe, se me hizo tarde. No volverá a ocurrir. - dije bajando la cabeza.

- No te preocupes, necesito hablar con tigo. Toma asiento.- dijo señalando uno de los asientos que estaban frente a su escritorio. Lo hice y lo miré a la cara. La verdad no creo que quiera fastidiarme esta vez, se ve demasiado serio.

- Bueno, la razón por la que necesitaba que vengas es porque necesito hacerte unas preguntas. Y déjame te aseguro que no saldrás de aquí hasta que las respondas de acuerdo? - lo miré confundida. Qué clase de preguntas me haría que tal vez no quisiera responder? - de acuerdo? - volvió a preguntar.

- Am... am. S... si- dije muy nerviosa.

-Bien, tus padres fueron Steven Johnson y Marie Benward, no? - Qué? a qué venía eso?

- Sí.

- Y de casualidad sabes a qué se dedicaban ambos? - bien esto se puso raro. No, no sabía. Jamás lo supe, siempre que preguntaba me cambiaban de tema.

-No.

Me observó detenidamente, como si no me estuviera creyendo.

-Segura? - elevó una ceja. Carajo que si está guapo.

- Sí, a qué viene todo este interrogatorio? - pregunté borde.

- Nada, puede retirarse Johnson. - dijo observando su ordenador.

Esto es demasiado raro, qué rayos le importa a este la vida de mis padres? Me levanté del asiento y fui a la puerta, cuando la iba a abrir él me detuvo.

- Ah, se me olvidaba. Te vez condenadamente sexy con este uniforme- susurró en mi oido y depositando sus manos en mi cintura. Aunque no quiera admitirlo, me gustó que hiciera eso. Pero cuando bajó sus manos a mis piernas me vi obligada a apartarlo.

- Basta, suelteme, Jefe- escupi lo último y me zafé de su agarre. Abrí la puerta y me dispuse a hacer.mi trabajo.

Sinceramente me sentía bastante aliviada de ya no estar en esa oficina. Su, oficina.

Fake SmileDonde viven las historias. Descúbrelo ahora