Capitulo 3

199 12 2
                                    


Lo que me encanta de las dichosas fiestas es que mis padres quedan medio muertos y solo despiertan casi siempre alrededor de las seis o siete. Prácticamente estoy sola en casa, perfecto como para levantarme como a las doce pero mis planes fallan al escuchar mi celular sonar. Me levanto rápidamente para que no despierten a mis padres y lo reviso. Un mensaje anónimo, mi corazón da un vuelco, se quién es. ¿Enserio, tan temprano?

"¿Te parece respetuoso ver a la princesa hoy?

-Sr. Beneficio :)"

Sonrió y respondo.

"Muy respetuoso de su parte."

"Genial. ¿Hora?"

Miro mi atuendo, aun tengo puesta mi pijama obviamente.

"¿En una hora?"

"No :)"

¿Que con él?

"¿Qué? ¿Por qué no?"

"Simple. Porque mi mano esta a cinco centímetros del timbre :)"

Me quedo callada y tiesa por si lo escucho, rezando para que sea una broma de mal gusto. Escucho el fuerte ruido del timbre. Mierda, doble mierda. ¡Estoy en pijama! Bajo corriendo por las escaleras con mis pantuflas y pijama de conejitos. Veo a Kenny caminando hacia la puerta. No, no, no.

-¡No!- ¿Enserio, Lizst? ¿Gritar como una persona no normal?

Kenny se voltea y me mira curioso.

-¿No que, Lizst?

-Yo abro, no te preocupes sé quién es.

-Bien.- se aleja lentamente, tal vez sospechando, pero se va.

Abro la puerta un poco solo para que me vea yo mientras paso mis manos por mi pelo sabiendo que tengo una jungla ahí arriba. Y ahí está el chico de ojos chocolate, vestido con un pantalón gris, blusa negra y aquellos tenis que siempre he querido pero mi madre no me deja comprarlos, Vans negros. Se pasa la mano por su cabello ya desordenado y sonríe. Contrólate, Lizst. Por favor no hagas algo estúpido.

-Hola.- Mierda, su voz. Estoy mal, muy mal.

¿Qué le contesto? ¿Estará bien si le digo un "Que onda"? ¿O tal vez algo formal como "Buenos días"? Después de todo es un príncipe. Diablos.

-Ho-la.- ¿Enserio, Lizst? ¡Parezco un teletubbi!

-Creo que te tome desprevenida.- ¡Se dio cuenta de mis nervios! ¡3312, Repito, 3312!

-Sí, un poco.- logro responder. Dios.

-Bueno, acostúmbrate.- sonríe.

Oh, hablaba de los mensajes. Entonces no se dio cuenta de mis nervios, bien olviden el 3312, fue un simulacro. Escucho ruido y no sé dónde.

-Creo que...mejor subimos a mi habitación.- digo mientras abro mas la puerta, invitándolo a pasar.

El entra y cierro la puerta sigilosamente. Lo último que quiero es a mi madre despierta haciéndome un cuestionario. Cuando volteo a su dirección él me está mirando perversamente.

-¿A tu habitación?- sonríe grande.

Le doy un golpe en el pecho riendo, estoy muy segura que me he sonrojado.

-No quería decir... Nosotros no... ¡No a eso!

-Tus palabras no las mías. Aunque es una buena idea para empezar el día.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 15, 2015 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Un Príncipe No Tan Príncipe.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora